¿Por dónde van a pasar? Se terminó de desprender carretera en San Cristóbal
La vía que se cayó es la única salida que tienen 160 familias de la vereda El Patio para comunicarse con el resto del corregimiento y del casco urbano de Medellín.
La vía que comunica a los habitantes de la vereda El Patio con el resto del corregimiento de San Cristóbal, en el occidente de Medellín, terminó de desprenderse y amenaza con dejar incomunicadas a 160 familias campesinas.
Los derrumbes habían generado pérdida de la banca en el sector, pero en la mañana de este sábado el pavimento fue tragado por la tierra.
“No hay paso de nada. El pedazo que nos quedaba se fue del todo. La gente amaneció incomunicada. Esta mañana vino un funcionario de la secretaría de Movilidad y puso una señal preventiva, nada más. En el lugar hay una persona en muletas y adultos mayores discapacitados que necesitan transportarse, además, la gente debe estar moviéndose para abastecerse de agua”, relató Clara Meneses, habitante de la zona.
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En la vereda El Patio habitan 160 familias campesinas que necesitan de la vía para sacar sus alimentos. Hasta la tarde de este viernes 11 de noviembre habían puesto sobre la desaparecida carretera tablas que les servían de puente para pasar en medio de los derrumbes y deslizamientos que se registran en el lugar desde el pasado 4 de julio. Este sábado amanecieron incomunicados.
La comunidad ha alertado por cinco meses a la Alcaldía, porque la vía es la única salida que tienen los campesinos para comunicarse con el resto del corregimiento y con el casco urbano de Medellín.
“Un muchacho dijo que se iba a arriesgar a pasar la vía para sacar sus cebollas, pero yo no creo que lo logre. El paso está imposible”, relató Meneses y añadió que este domingo arribarán a la zona delegados de la secretaría de Gobierno para evaluar la situación.
El drama de la comunidad
Óscar Jaramillo vive arriba del derrumbe. Tiene dos hijas pequeñas y, tambaleándose, exponiéndolas a un desastre, ha tenido que cargarlas para llevarlas a citas médicas a Medellín.
“Esta semana tuve que salir con mis niñas para ponerles unas vacunas en Medellín. Estamos aislados, sin ninguna solución. La gente ha puesto una tabla, pero no nos han dado una alternativa más segura. Todo depende de lo que la misma gente haga”, comenta Óscar.
Por la tabla, temblando, Jorge Ospina cargaba un manojo de cebolla. Se queja porque ahora que no hay vía tiene que cargarla y descargarla, lo que la magulla: “Vea cómo se nos pone la cebolla. Me da mucho miedo pasar por esa tabla, pero es peor perder el cultivo”.
La escuela de la vereda refleja el aislamiento. De 45 niños, solo 20 están yendo a clase. Los demás están arriba, en la montaña, incomunicados. “¡Qué venga el alcalde y nos ayude, por Dios!”, dice Dora Cecilia sin levantar la vista .