Así miden en el Valle de Aburrá cada gota de lluvia que cae
El Siata cuenta con 227 estaciones de monitoreo hídrico y metereológico en la ciudad. Con la información logran prevenir grandes emergencias.
Periodista de la Universidad de Antioquia interesado en temas políticos y culturales. Mi bandera: escribir siempre y llevar la vida al ritmo de la salsa y el rock.
El plan consiste en que no hayan víctimas. Si bien los desastres naturales, causados por las lluvias o el desbordamiento de ríos y quebradas, son impredecibles, con las alertas tempranas los organismos de socorro pueden estar mejor preparados para atender emergencias.
El Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (Siata), conocido por controlar las estaciones de calidad del aire en la ciudad, tiene también una red poco conocida dedicada al monitoreo de cuencas hidrográficas y precipitaciones que trabaja sin descanso en esta tarea.
“Arrancamos en el 2010 en barrios y luego se expandió a todo el Aburrá. Es un sistema, lamentablemente el único en Colombia, que ayuda a salvar vidas porque con la información que recopilan 227 estaciones en tiempo real, se coordinan acciones, llamados y alarmas para la comunidad”, explicó Carlos David Hoyos, director del Siata.
66 sensores para medir el nivel de ríos y quebradas, 126 pluviómetros que indican la intensidad de las lluvias, y 35 puntos que recopilan información meteorológica, contienen datos que cualquier ciudadano puede conocer en la página web del Siata, que este año registra más de 5.000 descargas.
Una red única
El Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático de Bogotá reportó que, hasta el año pasado, la capital tenía 40 estaciones en su red de monitoreo hidrometeorológico, pero son distintas a las del Valle de Aburrá pues, según Hoyos, cada territorio es particular.
“Hay experiencias internacionales que hemos tomado, pero no podemos decir una en particular. Tenemos precipitaciones y topografía distintas a las de Estados Unidos o Europa, entonces nuestra red se planea de acuerdo a lo local, respondemos a lo que dice nuestra naturaleza, no la de otros sitios”, anotó.
La red no impide que las inundaciones sigan ocurriendo, o que en ocasiones aludes se lleven por delante algunas viviendas, pero el Siata busca, coordinando con organismos de socorro, que los daños sean solo materiales y no cobren la vida de personas.
“En enero de este año, logramos activando una de las alarmas instaladas en Bello (ver mapa), que la comunidad saliera de sus casas antes de la inundación súbita causada por una creciente de la quebrada La Loca. No hubo ni un solo herido”, reveló Hoyos.
Al comienzo la red solo tenía $200 millones de presupuesto al año. Hoy en día el sistema creció hasta llegar a requerir cerca de $300 millones al mes para funcionar.
La petición de las mesas
José Fernando Álvarez, integrante de la Mesa Ambiental de El Poblado, valoró el esfuerzo del Siata y su red de monitoreo de cuencas y lluvias.
No obstante, señaló que, “aunque la información que recopilan los sensores es importante, si con base en esos datos se evidencia un problema repetitivo en un lugar, no sirve tener tantas estaciones si no se remedia el problema de raíz”.
Por su parte, Hilda Castaño, secretaria de la Mesa Ambiental de Envigado, expresó que hay que complementar la red con planes de educación en gestión del riesgo.
“La gente necesita estar preparada para saber cuando está frente a un riesgo. Conocer zonas de evacuación y señalización, y eso es una tarea pendiente de las corporaciones ambientales y las alcaldías”, concluyó.