William, el paisa que ha donado plaquetas 127 veces para ayudar a salvar vidas
Es considerado uno de los donantes de plaquetas más antiguos y constantes del país. Cada
mes va a la Cruz Roja para entregar células a pacientes con cáncer, leucemia y otras enfermedades.
Periodista del Área Metro.
Hace 16 años William Castrillón Ciro convirtió sus venas en una herramienta que ayuda a salvar vidas. Cada mes va a la sede de la Cruz Roja, en Guayabal, y regala dos horas de su tiempo para donar plaquetas. Estas son células especiales que ayudan a la coagulación de la sangre para evitar hemorragias en pacientes que están en riesgo o sufren enfermedades como leucemia y cáncer.
William es uno de los donantes de plaquetas más antiguos y constantes del país; el próximo miércoles tiene la cita para la donación 127 de este componente sanguíneo que en muchas personas puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Todo comenzó como una casualidad. William donó sangre por primera vez en una de las campañas que hacen las instituciones de salud en lugares públicos. En media hora vio cómo la bolsa transparente se engordaba con el líquido rojo. Y le gustó tanto la idea de ayudar a otras personas, incluso desconocidas, que siguió participando cada tres meses, el tiempo de espera estipulado para los hombres entre una donación de sangre y otra.
Pasó algún tiempo y en la Cruz Roja le contaron sobre la donación de plaquetas, un procedimiento desconocido para él, como lo es hoy en día para muchos ciudadanos. La primera vez se dio cuenta de que el procedimiento tiene diferencias con la donación de sangre.
Aunque ninguno de los dos es doloroso, el de plaquetas puede hacerse cada mes y se tarda una hora y media más. Además, la donación de estas células no está sujeto a un tipo de sangre, cualquier donante puede beneficiar a cualquier paciente.
Quiere replicar el mensaje
El proceso se hace con equipos especiales y por ciclos repartidos durante las dos horas, durante las cuales a los donantes les van sacando porciones de sangre, cuyos componentes se separan para sacar solamente las plaquetas. Estas quedan en la bolsa, mientras que la sangre es devuelta al donante. La ventaja es que las células se regeneran con rapidez, por lo cual el procedimiento puede repetirse cada 30 días.
Elizabeth Bedoya Duque, bacterióloga de la Cruz Roja, explicó que otra de las diferencias es que las plaquetas solo duran cinco días fuera del cuerpo, por lo cual se deben entregar rápido a los pacientes que lo requieren, generalmente, personas con cáncer que por las quimioterapias quedan en alto riesgo de hemorragias internas o, inclusive, quienes van a someterse a una cirugía grande, como una de corazón abierto, trasplantes o niños con insuficiencia de estas células sanguíneas.
Y aunque William no las ha conocido, sabe con certeza que su acto de solidaridad ha ayudado a salvar la vida de muchas personas. Por ello, en diciembre del año pasado, fue reconocido por la Cruz Roja con un galardón y también cuenta con certificación de esta entidad por su constancia y altruismo.
A sus 52 años mantiene el empeño por difundir su testimonio para que otras personas se sumen a la donación. Atribuye su solidaridad a las enseñanzas de sus padres, quienes lo criaron a él y a sus tres hermanos entre Cocorná, Altamira y Medellín, a donde finalmente se trasladaron y donde pudo graduarse como abogado de la Universidad de Antioquia, una profesión que ejerce como independiente.
También en Medellín conoció a la que es su esposa hace 25 años, con quien tuvo dos hijas, a las que les ha dado el ejemplo de solidaridad. “Además, me gusta tener una vida saludable, tres veces a la semana voy a Unicentro a hacer ejercicio con un grupo de rumba que tenemos. Y me gusta generar conciencia desde mis redes sociales sobre el cuidado del medioambiente y otras causas; y soy brigadista”, sostuvo este hombre de sangre O+ que persiste en compartir su experiencia desde su cuenta de Instagram @william123cc.
Antes no era un hombre de redes sociales, pero las abrió desde diciembre del año pasado como una forma de invitar a otras personas a donar plaquetas o sangre. Dice que muchas veces llama la atención de otros ciudadanos, pero que no consigue que se conviertan en nuevos donantes. Aun así, Bedoya resaltó que él sí ha llevado nuevas personas que hoy son donantes frecuentes.
Para donar plaquetas se debe hacer un estudio médico previo con el que se determine el buen estado de salud de la persona, que tenga venas gruesas y que posea excedentes de estas células, pues solo se extrae para donación la cantidad que sobre. Además, se necesita disposición y tiempo, por lo cual es menor la cantidad de donantes de plaquetas frente a los de sangre.
Bedoya también explicó que de una bolsa normal de sangre donada se pueden sacar solamente unos 10 centímetros cúbicos de plaquetas, por lo cual se necesitarían de 6 a 10 personas para obtener la cantidad que dona William en una sola ocasión. Lo ideal es que las plaquetas que se transfieren a un paciente sean de un mismo donante.
William quiere seguir siendo uno de los casi 200 donantes de plaquetas que la Cruz Roja tiene en promedio cada mes. Estas células las distribuyen en las instituciones de salud del Valle de Aburrá e, incluso, de otros municipios, que no cuentan con uno de los 12 bancos de sangre que hay en el territorio (nueve en Medellín, dos en Rionegro y uno en Apartadó). El abogado espera seguir apoyando esta labor por mucho más tiempo, hasta que le sea posible.