Colombia

Aire puro, ¿lejos de las ciudades?

El Ministerio de Ambiente dice que el 63,2% de la población tiene índices de calidad ambiental media – baja.

Reportero. Creo, como Rainer Werner Fassbinder , que “ lo que no podemos cambiar, debemos al menos describirlo”.

10 de abril de 2016

Con la sequía de los últimos meses, Medellín y Bogotá han registrado índices alarmantes de contaminación. La capital del país, según el portal World Air Quality Index, ha reportado en la primera semana de febrero unos niveles de polución similares a los de Pekín, una de las urbes con peor calidad del aire en el mundo. En la red de monitoreo de Medellín se han registrado hasta 160 microgramos de partículas PM2.5, superando la media nacional (50 microgramos). La exposición a largo plazo de estas partículas aumenta el riesgo de muerte por enfermedades cardiopulmonares, según la Sociedad Americana de Cáncer.

¿Qué tan alarmante es la contaminación en las ciudades? Las lluvias de los últimos días han permitido, como lo ha dicho el Ministerio de Ambiente, que se limpie la atmósfera y que las partículas no permanezcan concentradas, especialmente en ciudades con una topografía como Medellín, rodeada de montañas. “Este no es un fenómeno que se presenta por primera vez en Medellín. La geografía del Valle del Aburrá y el fenómeno de El Niño hizo y hace que las partículas que se evaporan generen la situación que se presentó. En la medida en que las lluvias lleguen, las partículas podrán evaporarse”, dijo el ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo.

Pese a que las lluvias pueden mejorar la situación, Colombia no tiene un buen historial sobre contaminación y enfermedades. Según el estudio “Salud Ambiental en Colombia, Evaluación Económica de los Efectos en Salud”, publicado por el Banco Mundial, en el país hubo un aumento en las tasas de mortalidad y morbilidad y se incrementaron las enfermedades respiratorias y cardiovasculares entre 2002 y 2009. El mismo estudio señala que anualmente se generan más de 5.000 muertes prematuras en Colombia por la contaminación del aire en centros urbanos. De la misma manera, el costo anual en salud de la contaminación del aire urbano, calcula el Banco Mundial, es de 5,7 billones de pesos.

Desde que se conocieron estos indicadores, los alcaldes de las principales urbes se vieron obligados a replantear sus políticas en relación a los agentes contaminantes, principalmente los vehículos que utilizaban combustible diésel. Para 2014, según el Minambiente, “ninguna de las estaciones de monitoreo de Medellín superó el promedio anual de la normativa Colombia para PM10 ni para PM 2.5”. En Bogotá, “cinco del total de las estaciones (10) de monitoreo superaron la concentración promedio anual para PM10 y dos para PM2.5”. En Cali el balance fue similar al de Medellín.

El aire que respiramos

El balance más reciente sobre la calidad del aire en el país, publicado por el Ministerio de Ambiente a finales de 2015 con datos a corte de diciembre de 2013, señala que el 63,2 por ciento de la población nacional se encuentra en índices de calidad ambiental media o baja. En una escala de 1 a 100 (donde 100 es mejor calidad y 1 es peor calidad de aire), Medellín cuenta con un índice de 55,5, Bogotá con uno de 50,9, Bucaramanga de 35,9, Cali de 33 Cúcuta de 6,5.

Para Christian Euscátegui, jefe del Servicio de Pronósticos y Alertas del Ideam, las condiciones climáticas han sido claves para el aumento de polución: “Colombia es uno de los países con mayor cantidad de aerosoles. Hoy, el material particulado está asociado al cambio climático, a la contaminación de las ciudades y a la deforestación. El comienzo de abril ha permitido que la bruma de contaminación vaya desapareciendo, sin negar que el fenómeno de El Niño siga siendo fuerte en zonas como el Pacífico. Esperamos que en junio el clima esté en un patrón normal. La probabilidad de que llegue el fenómeno de La Niña (es decir, más lluvias) es de un 57 por ciento”.

De acuerdo con Sergio Hernández, ingeniero de la Dirección de la Calidad del Aire del Minambiente, el aumento del parque automotor y la industrialización de las ciudades han sido factores que agudizan la situación: “por efecto del aumento de la población, de la demanda de bienes y servicios y el aumento del parque automotor en algunas ciudades han aumentado las concentraciones promedio. Sin embargo, también hay zonas que han tenido una mejora paulatina en el tiempo como la zona de explotación minera de carbón en el departamento del Cesar”.

Justamente, el director de la Asociación de Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible (Asocars), Ramón Leal, ha señalado que uno de los grandes retos es vigilar que en las zonas rurales, las empresas que explotan minerales cumplan con los requisitos de emisiones de gases: “las CAR emiten permisos y hacen monitoreo permanente para asegurar que nunca se superen los niveles permisibles. Las empresas deben cumplir con normas del Icontec. Es innegable que la capacidad de las CAR se queda corta para vigilar todas las actividades productivas, por eso hay iniciativas desde el mismo Gobierno para fortalecerlas técnica y financieramente”.

El crecimiento del parque automotor es otro frente que deben tener en cuenta los alcaldes de las ciudades. Según cifras del Runt, en el país el parque automotor es de 12.214.466 vehículos (cuando en 2015 había 11.291.152 vehículos), de los cuales 6.781.581 son motocicletas y 5.432.885 vehículos, maquinaria, remolques y semirremolques.

Los mandatarios tampoco deben perder de vista los incendios forestales. Néstor Yesid Rojas, experto en calidad del aire de la Universidad Nacional, explica que “las quemas forestales y agrícolas han generado una gran cantidad de humo, que genera concentración del material particulado. Los incendios en la zona norte del país han afectado claramente a Medellín”.

En la Universidad de Los Andes, Eduardo Behrentz es uno de los investigadores que más conoce el problema. Después de las alertas que se vivieron estas semanas, recomienda acciones concretas: “existen tres pilares que deben sostener las ciudades: eficiencia energética, por lo que se debe organizar el transporte público; promoción de combustibles limpios (para eso es clave organizar el sistema de buses e implementar políticas de combustibles limpios) y control de emisiones, es decir, los alcaldes deben asegurar que los vehículos tengan un convertidor catalítico, que las empresas utilicen filtros de manga y que todas las industrias cuenten con tecnología de control”.