El comandante “Marlon” y el frente Jaime Martínez de las Farc: los que tienen a Cali aterrorizada
La organización criminal ejerce un control violento en la frontera de Valle y Cauca.
Periodista especializado en temas de crimen organizado, terrorismo y conflicto armado. Creador del podcast Revelaciones del Bajo Mundo. También soy escritor y dramaturgo, autor de las obras teatrales “La Trilogía del Mal” y “Estallido”.
Los atentados con bombas que han sacudido a Cali en el último año y mantienen en zozobra a su población, tienen como protagonistas a una organización criminal y a un comandante en particular: el frente Jaime Martínez, de las disidencias del Estado Mayor Central de las Farc (EMC), e Iván Jacobo Idrobo Arredondo (“Marlon Vásquez”).
Este personaje, por cuya captura hay una recompensa vigente de $3.284 millones, está detrás del camión bomba que explotó en la tarde de este jueves en el barrio La Base, de la capital vallecaucana, dejando seis muertos y decenas de heridos.
El frente Jaime Martínez controla una zona estratégica para el negocio del narcotráfico: la frontera entre los departamentos de Cauca y Valle, donde no solo hay cultivos ilícitos, sino también laboratorios de procesamiento y centros urbanos para el lavado de activos.
Además de esto, la estructura es una de las encargadas de sembrar el terror y atacar a la Fuerza Pública bajo los mandatos de “Marlon Vásquez” y el máximo líder del EMC, Néstor Gregorio Vera (“Iván Mordisco”).
El frente Jaime Martínez extiende una red criminal que pasa por los municipios caucanos de Buenos Aires, Morales y Suárez, y los vallunos de Jamundí y Cali.
Su sello particular son los vehículos acondicionados con bombas y las rampas artesanales para lanzar cilindros de gas llenos de explosivos (tatucos).
La lista de sus crímenes incluye la matanza de seis militares en la vereda Munchique, de Buenos Aires, el 6 de diciembre de 2022; dos carrobombas que destruyeron las subestaciones policiales de los corregimientos Timba y Potrerito, en Jamundí, el 20 y 22 de septiembre de 2023, dejando dos civiles muertos y cinco heridos.
También fue responsable de la destrucción de la estación policial de Morales, a punta de tatucos, con dos uniformados muertos, 20 de mayo de 2024; del ataque con rampa de tatucos al batallón Pichincha en el barrio Meléndez, de Cali, el 4 de abril del mismo año; y de las tres bombas contra igual número de CAI de la Policía en esa ciudad, el pasado 10 de junio, que mataron a tres civiles.