Caleños arriesgaron sus vidas para salvar a los pilotos de la FAC
Una avioneta de instrucción cayó en una avenida céntrica de Cali. El piloto murió en el siniestro.
Amo el periodismo, y más si se hace a pie. Me encantan los perros, y me dejo envolver por una buena historia. Egresado de la Universidad de Antioquia.
A las 7:15 de la mañana, Francisco Murillo alistaba, como todos los días, su taxi para salir a trabajar. Murillo, un hombre que dejó su natal Buenaventura y se fue a Cali hace 32 años para hacer una mejor vida, se encontraba parqueado frente a las bodegas del ferrocarril, donde se ubican muchos de los taxistas caleños, cuando sintió el estruendo y luego vio una alta llamarada.
“Pensé que era un atentado, porque usted sabe, con todo lo que ha pasado estos días uno cree que cualquier explosión ya es un atentado, pero como solo vimos a la gente correr hacia el lado de la explosión, muchos de los que estábamos acá agarramos a correr hacia allá”, relató Murillo a EL COLOMBIANO.
Murillo fue una de las primeras personas que llegó hasta el parque deportivo e infantil del barrio Jorge Isaacs, en Cali, donde en la mañana de este martes una avioneta de la Fuerza Aeroespacial Colombiana (antes Fuerza Aérea), se precipitó a tierra y causó la muerte del capitán de la FAC, Hanner David Sánchez Mora, y causó lesiones graves al cabo Juan David Díaz Solano, quien fue rescatado por la comunidad y trasladado por personal paramédico a la clínica Nuestra Señora de Los Remedios.
Sin saber qué hacer y preso de la confusión, Murillo corrió hasta su taxi y sacó el extintor. “Me devolví a toda. Cuando llegué, ya había otras personas con extintores y vi hasta una persona tratando de sacar a alguien de la avioneta. De una intentamos apagarla, pero era muy difícil acercarse”, recuerda Murillo, quien además se sintió indignado porque muchos de los “curiosos”, como él los llama, prefirieron grabar con sus celulares que dedicarse a ayudar.
Héroes sin capa
Como Murillo, otras personas se sumaron a intentar salvar a la tripulación. Uno de ellos fue Diego Osorio, quien al momento del accidente se desplazaba hacia su trabajo en Yumbo, Valle, y al ver que la avioneta daba vueltas por el cielo y emanaba humo negro, frenó su moto. Cuando vio la avioneta precipitarse a tierra, Osorio corrió a ayudar.
Este hombre, padre de dos niños de 6 y 8 años de edad, quien trabaja en una empresa de transporte, fue quien rescató al suboficial lesionado. “Cuando llegué a la avioneta y abrí al puerta, había mucha sangre de la persona que rescaté. La misma emanaba de una de sus piernas. Me dediqué a quitarle rápido el cinturón, y cuando lo hice, respiró profundamente”, relató Osorio a Red Más noticias.
Minutos después de estrellarse y con algunos ciudadanos arriesgando sus vidas para salvar a la tripulación, arribaron al lugar del siniestro los bomberos. Según el cabo Marco Gómez, coordinador de las emergencias del departamento de Bomberos de Cali, a la central entró el llamado de emergencia a las 7:32 de la mañana. Para atender el siniestro, informó el cabo Gómez, se enviaron tres carros extintores, una ambulancia, un carro de investigación de incendios y 12 bomberos. A este grupo de emergencias se sumaron varios policías que patrullaban a esa hora las calles del sector.
Entre ellos estaba el subintendente de la Policía, Edwin Ayala, quien relató como fueron esos minutos en los que antepuso su vida por cumplir con su misión: la de proteger las de los otros sin importar su distinción, raza o credo.
“Estábamos de cuadrante, empezando turno cuando desafortunadamente solo escuchamos el estallido. Nos dirigimos y vimos lo que estaba pasando. En ese preciso momento lo único que uno piensa es salvar la vida y llamar las ambulancias y se lleven a los lesionados”, expresó el policía.
Ayala exaltó la labor de las personas que arriesgaron sus vidas para intentar salvar a la tripulación de la FAC, pero también expresó su tristeza de “no poder ayudar a la otra persona porque ya el calor y las llamas eran insoportables. Tratar uno de salvar una vida y ver que no puede, pues le da mucha impotencia”.
Los pilotos no mueren...
En la Fuerza Aeroespacial de Colombia tienen una premisa que más que una frase, se ha convertido en una guía y dirección: “Los pilotos no mueren, los pilotos vuelan alto”.
Esa máxima fue con la que el comandante de la FAC lamentó la muerte del capitán Sánchez y anunció que se abre una investigación para establecer las causas del siniestro.
“Nos duele el hecho ocurrido en Cali, Valle del Cauca, tras el accidente de un avión en misión de instrucción con dos tripulantes de nuestra Fuerza Aeroespacial donde producto del siniestro falleció el capitán Hanner David Sánchez. A su familia nuestras condolencias ante esta irreparable pérdida. Elevamos oraciones al Todopoderoso por su descanso eterno”, expresó el general Luis Carlos Córdoba Avendaño, Comandante Fuerza Aeroespacial Colombiana.
El alto mando militar también agradeció a los caleños que arriesgaron su vida y aseveró que “la Institución expresa su gratitud con la comunidad caleña, ya que gracias a su rápida acción logró evacuar con vida al Cadete Juan David Díaz Solano y fue trasladado a un centro hospitalario, donde recibe atención médica con pronóstico reservado”.
La aeronave T-90 Calima con matrícula de la FAC-2448, decoló en la mañana de este martes de la Escuela de Aviación Marco Fidel Suárez, de la FAC. No tenía una misión específica, porque solo volaba para hacer un trayecto de instrucción en el que el aprendiz era el cabo Díaz Solano, y el instructor el capitán Sánchez.
Frente al estado de salud del cabo Díaz Solano, el hospital Nuestra Señora de los Remedios informó mediante un comunicado que el estado de salud es delicado, además, que el pronóstico del militar es de carácter reservado.