¿Quiénes son las otras cinco personas que serían indemnizadas por las chuzadas en el caso de Laura Sarabia?
Un juzgado de Bogotá admitió el estudio de una demanda de reparación radicada por Fabiola Perea, extrabajadora de Laura Sarabia. Sus hijos también pidieron ser reparados.
Comunicadora social y periodista de la Universidad del Quindío, con más de 13 años de experiencia en cubrimientos judiciales y de orden público. Trabajó en Colmundo Radio, Colprensa y Caracol Radio Bogotá, cubriendo la Procuraduría, Altas Cortes, juzgados y la Defensoría, entre otros temas. También trabajó en Caracol Radio Medellín y como coordinadora de comunicaciones en la Alcaldía de Medellín (2021-2023). Actualmente hace parte del equipo de periodistas en la sección de actualidad de El Colombiano.
Fabiola Perea, quien trabajaba por días en la casa de Laura Sarabia, entonces mano derecha del presidente Gustavo Petro y hoy embajadora en Reino Unido, pasó de ganarse la vida con labores domésticas a verse envuelta en uno de los capítulos más polémicos del Gobierno.
Ahora, su historia toma un nuevo rumbo. El Juzgado 59 Administrativo de Bogotá admitió la demanda que interpuso contra el Estado colombiano. En ella pide ser reparada por los daños que, asegura, le dejó el episodio de las chuzadas que la señalaron de tener vínculos con grupos criminales. Sus cinco hijos también reclaman reparación por daños morales.
“Ha sido incapaz de conseguir un nuevo empleo, privándosele de una fuente de ingresos estable desde el primero de junio de 2023 al día de hoy, fecha última esta en la que se enteró de las interceptaciones ilegales de las que había sido objeto por los medios de comunicación, fecha en la que la sociedad la asoció públicamente como militante del Clan del Golfo”, se lee en la demanda.
En febrero pasado se conoció que la mujer reclama una indemnización de 450 salarios mínimos, una suma que ronda los $640 millones. Una cifra que, de lograrse, representaría para Perea no solo los ingresos que dejó de percibir desde que perdió la posibilidad de conseguir empleo, sino también el resarcimiento por el daño moral y psicológico que ella y sus cinco hijos han cargado desde que su nombre salió a la luz en los medios de comunicación.
La demanda, ya en estudio, señala directamente a la Presidencia de la República, el Dapre, el Ministerio de Defensa, la Policía Nacional y la Fiscalía como responsables de los perjuicios ocasionados.
“La autorización para tales escuchas se produjo mediante la elaboración de informes falsos por miembros de la Policía Nacional, que la vinculaban a grupos terroristas y actividades ilícitas graves”, se lee en el documento, que además recuerda cómo un informe falso de la Policía la vinculó con el Clan del Golfo.
El recurso también incluye a sus hijos, quienes fueron aceptados como víctimas por el mismo juzgado.
Las interceptaciones
Fabiola Perea y Marelbys Meza, las empleadas de Laura Sarabia –que por entonces era jefe de Gabinete, fueron interceptadas y llevadas al escrutinio público luego de ser señaladas del robo de una millonaria suma de dinero en efectivo del apartamento de Sarabia.
Con los alias de “la madrina” y “la cocinera”, los números telefónicos de las dos mujeres fueron ingresados a un listado de personas que harían parte o tendrían vínculos con el Clan del Golfo, para, de esta manera, interceptar sus comunicaciones durante varios días.
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“El que nada debe, nada teme. Entonces, con la ayuda de Dios, siempre todo me va a salir bien”, escribió Fabiola en sus redes sociales una vez estalló el escándalo. “Dios no me va a dejar sola. Él será mi defensor”.
Fabiola Perea, quien se dedicaba desde hace un buen tiempo a limpiar la casa de Laura Sarabia, fue reconocida como “La Madrina”, y de quien se dijo, era la encargada de realizar los giros y encomiendas a los cabecillas del Clan del Golfo.
Con esa falsa historia consiguieron que miembros del cuerpo de inteligencia del gobierno chuzara los teléfonos.
“Yo lo sentía. Yo sentía un eco en el teléfono. Yo no quería que nadie me llamara. No quería hablar con nadie. Yo conocí al presidente en la campaña y le di alma, vida y sombrero”, dijo Marelbys Meza cuando supo que estaba siendo chuzada.