Colombia

“Hay alivio, pero no es suficiente”: líderes sobre cese con disidencias

Comunidades del Cauca, Nariño y Caquetá reaccionaron al cese de operaciones ofensivas entre el Gobierno y el Estado Mayor Central.

Comunicadora Social - Periodista de la UdeA. Amo leer historias y me formé para contarlas.

11 de octubre de 2023

El recién anunciado cese de hostilidades entre el Gobierno y la guerrilla del Estado Mayor Central tranquilizó a una buena parte de las comunidades y molestó a otras, quienes consideran que es un “pañito de agua tibia que tiene que avanzar a acciones claras para el alivio de la población civil”.

Así lo dijo un líder social de Caquetá, quien también insistió en que la fallida instalación de la mesa dejó un ambiente tenso y de incertidumbre en las áreas más afectadas por el conflicto.

En efecto, el pasado domingo el país vivió un momento de máximo acaloramiento entre las delegaciones de esa mesa y las comunidades que asistieron al evento, quienes terminaron por exigirle al alto comisionado para la paz, Danilo Rueda, que de ahí “no salía hasta que firmara el cese al fuego”.

Pero el tan anhelado cese bilateral no llegó y, como respuesta, el mismo presidente Petro firmó este lunes el decreto 1640 de 2023 con el que ordenó “suspender las operaciones militares ofensivas y las operaciones especiales de Policía contra el Estado Mayor Central” por un período de cinco días entre el 10 y el 16 de octubre del presente año.

Dicha acción fue entendida por muchos como una “medida desesperada del Gobierno por no quedar mal y no perder las riendas de un proceso en el que estamos empezando a dejar de creer”, como dijo el líder caqueteño.

Sin embargo, otros expertos lo ven como “un avance que, aunque pequeño, habla de un buen comienzo con una guerrilla bien difícil de negociar”, como dijo una investigadora que trabaja con comunidades y grupos armados en las áreas más complejas del país.

Sobre esto último, hay que recordar que las disidencias del EMC, comandadas por Iván Mordisco, son un grupo bastante difícil que conoció el proceso de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la extinta guerrilla de las Farc y que decidió apartarse tras concluir que no creían en lo pactado.

“Con esos antecedentes, se sabe que el Estado Mayor es un grupo especialmente difícil y que, además, llega a negociar sin creer en las intenciones reales del Gobierno. Esa es su naturaleza y por eso requiere de este tipo de alistamientos”, analizó la experta.

Pero, más allá de lo que se crea en el centro del país y en las ciudades capitales, el verdadero sufrimiento lo viven de cerca las comunidades rurales y los centros alejados de departamentos como Cauca, Nariño, Antioquia y Caquetá, las cuatro regiones más afectadas por las acciones violentas de dicha guerrilla según el informe más reciente del Instituto de estudios para el desarrollo y la paz, Indepaz.

Así viven el cese

En el Cauca, por ejemplo, el EMC desató una ola de violencia con atentados y explosiones que dejaron por lo menos cinco civiles muertos y varias afectaciones a la infraestructura pública.

Y no solo eso, además de esos eventos que se convirtieron rápidamente en noticia nacional, varios de los municipios afectados “siguen aguantando confinamientos, retenes, asedios de todos los grupos armados y reclutamientos”, entre otras acciones violentas del EMC, como lo relató Mauricio Capaz Lectamo, miembro del Consejo Regional Indígena del Cauca y exconsejero mayor del CRIC nacional.

Pese a todo eso dice el líder Capaz Lectamo la declaración del Gobierno da un pie de tranquilidad en cascos urbanos como Suárez, Cauca, Toribio, Caloto, etc (...) y es un buen escenario para discutir los pormenores y las discordancias que tenemos frente al abordaje de la paz”.

Y en eso concuerda Martha Cecilia Camacho, personera municipal de El Charco, Nariño. Según ella, las comunidades también están pidiendo de manera urgente acciones para frenar el conflicto y agradecieron ese cese que, “aunque es temporal y muy corto, ayuda a sentir el freno de la violencia desde ya”, dijo.

Sumado a eso, ambos líderes del Cauca y Nariño insistieron en que el desescalamiento del conflicto se viene sintiendo desde que el EMC anunció que frenaría los ataques a la Fuerza Pública y la población civil.

“Son cosas que no se escuchan en radio o tv, pero que acá se sienten inmensamente. El solo hecho de que una comunidad deje de estar confinada o de que la gente pueda mandar los niños a estudiar es un cambio muy grande entre estar en medio de las balas y en un cese”, dijo Mauricio.

Aún así, lo cierto es que este decreto de cinco días y los pocos avances en la mesa con las disidencias no calman por completo a las comunidades. “Hay un alivio, pero seguimos preocupados por algunos niveles de asedio como retenes en poblaciones indígenas o conflictos entre las autoridades indígenas que defienden el territorio y los grupos armados”, concluyó Capaz.

Por ahora, tanto el EMC como la Fuerza Pública se comprometieron a no dispararse mutuamente mientras avanzan los acercamientos y llega el próximo 15 de octubre, día en que ambas delegaciones se sentarán de nuevo –por segunda vez en menos de un mes– para intentar instalar la mesa oficialmente y firmar un cese al fuego verificado que lleve una paz duradera y confiable a las comunidades.

Los pormenores del decreto de petro

Fue el mismo presidente Gustavo Petro el que firmó el decreto 1460 de este martes que ordenó suspender operaciones ofensivas contra el EMC. Además de esa orden que va a toda la Fuerza Pública, el documento también establece crear un equipo especial de contingencias conformado por un representante de cada lado, es decir, del Ministerio de Defensa, de las Fuerzas Militares, de la Policía Nacional, la delegación del Gobierno y de las disidencias de las Farc con el fin de monitorear la suspensión de operaciones militares.