Cuatro desafíos que enfrenta la Línea de Vida 103 que lanzó el Gobierno de Colombia

La Línea de Vida 103 que lanzó el presidente Gustavo Petro, como mecanismo para asegurar una respuesta inmediata a los llamados de socorro de parte de las autoridades, enfrenta múltiples desafíos para su funcionamiento, partiendo de la escasa disponibilidad de los medios de transporte de la Fuerza Pública para atender los llamados.

Según la promesa que hizo el jefe de Estado en redes sociales, “si usted en cualquier lugar del país se siente en peligro por amenazas humanas o naturales, solo tiene que llamar a este número desde su celular, se le enviará un link que al activar muestra su posición, dirección y prende su cámara, de inmediato la UNP envía un mensaje a la unidad policial o del ejército más cercana para que actúe”.

El presidente añadió que si las autoridades no tienen una respuesta inmediata a ese llamado, habrá que hacer una investigación interna para saber por qué no llegaron rápido.

Aunque en teoría se trata de una buena noticia, el sistema que será operado por la Unidad Nacional de Protección (UNP) cuenta con varios obstáculos para su correcto funcionamiento:

1). Falta de medios de transporte: por citar un ejemplo, 11 de los 20 helicópteros MI-17 de fabricación rusa con los que cuenta el Ejército, están varados hace semanas por falta de repuestos.

La delegación diplomática de Rusia en nuestro país señaló que el Ministerio de Defensa de Colombia no quiso renovar el contrato para la reparación de las aeronaves en 2023. Sin medios de transporte para las tropas, ¿cómo responder ante emergencias en lugares de difícil acceso?

2). Escasez de personal en la Policía: todos los alcaldes de las principales ciudades, así como los gobernadores, han denunciado que tienen un déficit en el pie de fuerza. Esto significa que las patrullas tienen que cubrir territorios muy extensos, a veces son varias veredas o comunas en un mismo cuadrante de vigilancia, lo que dificulta sus tiempos de respuesta.

En Bogotá el déficit está calculado en 10.000 policías, mientras que en Medellín es de 5.700, según las respectivas administraciones.

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3). Dificultades de señal de internet: la Línea 103 implica que las personas amenazadas tengan que hacer una llamada y transmitir datos por su teléfono móvil, pero en veredas y poblados alegados de los centros urbanos, donde la conectividad es mala, este sistema puede carecer de efectividad.

Y está claro que, por las dinámicas de la violencia en Colombia, en el mundo rural hay muchísimos factores de amenaza.

4). Problemas de orden público: por causa del conflicto armado, hay territorios en los que el acceso de las autoridades es de alta complejidad, como en el sur de Chocó, el Norte de Antioquia, Nariño, Cauca, Norte de Santander, Putumayo y Arauca.

En esos territorios, el desplazamiento de las patrullas a veces tiene que ser concertado entre varias agencias de seguridad, lo que perjudicaría la respuesta inmediata que prometió el Primer Mandatario.

La central de comunicaciones de este sistema operará desde Bogotá. Según la UNP, “cualquier persona con un dispositivo y acceso a internet, datos, wifi, servicio satelital, o teléfono estacionario, puede comunicarse a la Línea Vida 103, pero en principio la UNP se va a focalizar en los asuntos misionales relativos a prevención, protección y seguridad de personas y comunidades del programa de prevención y protección de la UNP”.

Muchas de estas personas, que incluyen líderes sociales y personalidades políticas, están en territorios de la llamada “Colombia profunda”, en los que esa conectividad virtual es deficiente y donde la respuesta de la Fuerza Pública está condicionada por la presencia de actores armados ilegales.