El primer paso en la educación
El inicio de la vida escolar permite que los niños aprendan a compartir al entrar en interacción con otros niños.
La interacción con otros niños es fundamental para la formación y el aprendizaje. Por esto, la ruta escolar que empieza con el preescolar les permite a los menores de edad empezar a tener un complemento con lo aprendido en sus hogares.
Es en este espacio donde la interacción con niños de su edad puede compartir lo que en cada casa se comparte y fortalecer las habilidades adquiridas con su familia.
Dice Carolina Carvajal, sicóloga educativa, que ingresar al preescolar “le permite al niño socializar, mejorar sus habilidades con el lenguaje, la potencialización de habilidades motrices finas y gruesas y le permite una estimulación de su desarrollo integral”.
Una situación que Claudia Elena Bustamante Jaramillo, licenciada en educación preescolar de la Universidad Lasallista, también valora.
Para ella en el preescolar los niños aprenden a dejar a un lado la etapa egocentrista, “es ahí donde pueden interactuar con el otro y en las familias donde solo hay un niño la parte del preescolar ayuda mucho en esto. Allí el niño aprende a compartir, además de interactuar con el mundo que lo rodea, y también aprenden a tener tolerancia a la frustración”, dice.
Aprender a convivir
La responsabilidad de formación de los niños es una tarea conjunta. Es una premisa que toma fuerza y que se afianza entre las familias y los mismos docentes.
La misma se aplica desde los primeros años escolares, “es importante que los niños aprendan en la relación con los otros y constituya factores de su personalidad como son el autoestima, el desarrollo de la confianza, la seguridad, la autonomía y la iniciativa”, comenta la sicóloga
Esta primera etapa escolar, además, es ideal para que los menores aprendan a compartir, a aceptar reglas de convivencia con sus pares, a cooperar a través de esta interacción, compartir y a estimular sus habilidades intelectuales a través de la imitación de otros niños.
Carvajal agrega que es fundamental pensar en el preescolar y en los programas educativos como propuestas de formación que cumplen con normas que se ocupan de brindar una formación adecuada a los niños, “que promuevan la interacción con el medio físico, natural y sociocultural y pueda fomentar el desarrollo cerebral y las potencialidades del aprendizaje”, dice .