La tormenta que puede reacomodar las fichas del centro
Fallo de la Contraloría contra Fajardo sacudió a este espectro. Alejandro Gaviria toma fuerza.
Para el autodenominado centro no ha sido nada fácil tender puentes que unan a sus líderes, al punto de que el país fue recientemente testigo de cómo sus dos figuras más mediáticas, Sergio Fajardo y Alejandro Gaviria, se señalaron mutuamente de impedir el camino que los lleve a una consulta en marzo para elegir candidato único. Unos hablaron de ego, otros de oportunidad política.
Pero la intermediación de la exsecuestrada Íngrid Betancourt –cercana a ambos– y la invitación a un encuentro privado que planteó el exministro Juan Fernando Cristo, abrieron las puertas a una cita en clave de cónclave prevista para este domingo, y de la cual se esperaba una hoja de ruta para que el centro dispute unido el poder en las presidenciales de mayo de 2022.
Pero la decisión de la Contraloría de ratificar en segunda instancia el fallo de responsabilidad fiscal contra 26 personas naturales y jurídicas por la emergencia de Hidroituango en 2018, que incluye una multa de 4,3 billones de pesos, se convirtió en la génesis de una tormenta política con tintes judiciales que puede reacomodar a las fuerzas de este espectro político.
En efecto, uno de los sancionados fiscalmente es Fajardo y, según el Código Único Disciplinario, esto implica una inhabilidad para posesionarse en cualquier cargo público, como lo es la jefatura de Estado en caso de que ganara las presidenciales. Él y su equipo político y jurídico están convencidos de que la decisión de la Contraloría afecta sus derechos políticos y que, en todo caso, el fallo está suspendido hasta que el Consejo de Estado no revise su legalidad.
No obstante, para librarse de la inhabilidad tendría que pagar la parte que le corresponda de la multa, esperar que el Consejo de Estado tumbe el fallo –o al menos una parte– de la Contraloría o acudir, como ya lo hizo su rival Gustavo Petro, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Esto último, de la mano de su abogado Mauricio Pava, ya comenzó a ejecutarlo, e incluso amplió su campo de lucha ante la Oficina para la Independencia Judicial de la ONU.
Pero, mientras todo esto ocurre, el efecto político es inmediato e ineludible. Es cierto que Fajardo puede seguir haciendo campaña y yendo a debates, pues la inhabilidad –como se dijo– sería para la posesión. Ahora bien, la pregunta en el centro, que según supo EL COLOMBIANO ya se planteó, es: ¿qué tanto vale la penar afrontar este desgaste cerrando filas en torno a un candidato con semejante lío encima?
El respaldo a Fajardo ha sido unánime, desde la derecha uribista del Centro Democrático hasta la izquierda petrista de la Colombia Humana, y todos han coincidido en que confían en su inocencia y en que un fallo administrativo no tiene por qué sacarlo de la contienda electoral.
De hecho, Alejandro Gaviria aseguró que la presencia de Fajardo fortalece la democracia. Y la Coalición de la Esperanza, con la que el exgobernador de Antioquia viene recorriendo el país, dijo confiar en su inocencia. Pero la política es práctica.
En ese contexto, el exrector de Los Andes, también con discurso pedagógico fuerte y con un constante llamado a evitar la polarización, tal como se vende Fajardo, puede capitalizar a su favor el fallo de la Contraloría.
Tiene aceptación en las huestes del centro, y aunque tímidamente ha venido creciendo en mediciones de intención de voto –en algunas es tercero tras Fajardo y Petro–, lo que le da una ventaja.
EL COLOMBIANO estableció que este punto, de acelerar la búsqueda de acuerdos para incluir a Gaviria en la consulta de marzo y, de ganar, respaldarlo plenamente, será abordado en el cónclave de este domingo.
Eso sí, el discurso público sería de respaldo a Fajardo, como hasta ahora, pero el político podría girar para comenzar a desmarcarse de una figura que ahora entra en el desgaste de defender su inocencia ante un fallo que el grueso del país considera más político que jurídico.
Si esto pasa, como todo indica que podría darse, el centro comienza a reacomodarse en medio de una tormenta que, incluso, abriría la puerta a una primera fórmula que ya se planteó: Gaviria candidato a la Presidencia, y Betancourt –mujer con amplio reconocimiento– fórmula a la Vicepresidencia. El nuevo camino apenas inicia, pero el reloj también ya comienza a correrles en contra.