Colombia

“Disidencias de las Farc me quieren matar”: Gobernador del Meta

El mandatario con Juan Guillermo Zuluaga habla con EL COLOMBIANO tras el atentado que sufrió este lunes en el sur de su departamento.

12 de octubre de 2021

Juan Guillermo Zuluaga, gobernador del Meta, tiene claro que quienes atentaron con una bomba contra la comitiva de 30 carros en la que se movilizaba este lunes por el sur del departamento que lidera con las disidencias de las Farc. Es más, dice que los directos responsables son los capos ‘Gentil Duarte’ e ‘Iván Mordisco’.

De hecho, en entrevista con EL COLOMBIANO, revela que este mismo domingo 10 de octubre, allí en los límites del Meta con Caquetá y Guaviare, sufrió otro ataque por parte de un francotirador que disparó contra la blindad en que se movilizaba. El impacto solo resquebrajó un poco el vidrio de seguridad.

En todo caso, Zuluaga asegura que cuenta con un esquema de seguridad suficiente para que su vida esté garantizada y advierte que no dejará de recorrer su departamento por cuenta de estas intimidaciones. Además, en respuesta a hechos que ha protagonizado y que han generado polémica, como cuando impactó con su carro a dos ladrones en una esquina de Villavicencio mientras atracaban a una señora, dijo que no busca ser mediático sin coherente con su forma de actuar.

Gobernador, ¿quién atentó contra usted?

En esta zona, que es la parte sur del Meta, en límites con Caquetá y el Guaviare, delinque las disidencias de las Farc al mando de ‘Gentil Duarte’ e ‘Iván Mordisco’.

¿Ya lo habían amenazado?

Sí, el año pasado, al término de un consejo de seguridad que presidía el ministro Carlos Holmes Trujillo (q.e.p.d.), se me puso en conocimiento, en compañía de un grupo de oficiales, de un plan criminal para atentar contra mi vida que querían perpetrar esos dos señores. De ese momento, hasta el día de hoy, no hemos dejado de denunciar dos temas fundamentales para ellos y terribles para nosotros, que son la extorsión y la deforestación de esta zona del departamento. Eso hace parte su molestia. Además, esta es una zona a la que históricamente jamás había llegado un gobernador, porque ellos pretenden que este sea un territorio vetado para los demás. Eso les genera molestia.

Hace varias décadas no se veía un atentado contra un gobernador, como el que usted sufrió; y el trabajo en territorio es parte del trabajo que desde su cargo usted debe hacer. ¿No hubo fallas en su seguridad o en la prevención de quienes velan por su vida?

Yo siento que no hay ninguna falla en la seguridad. A donde llegamos es un sitio que se llama La Cristalina de Lozada, donde debe haber al menos unas 250 viviendas. Allí instalaron el artefacto explosivo debajo de un montón de tierra, casi que imperceptible, el cual hacen estallar y lastimosamente un niño y un adulto del sector quedan heridos. Pero ninguno de la comitiva sale lesionado.

¿Cuál es la zona que estaba recorriendo?

Déjeme agregar que la autoridad reacciona de la mejor manera, porque al parecer –y con base en información de la comunidad– la fiesta la querían hacer en otro punto dependiendo de cómo reaccionáramos. Pero era muy difícil determinar ese punto. Este es mi cuarto día de correría atravesando La Macarena, el municipio de Uribe y el municipio de Mesetas, al igual que tres parques naturales: Tinigua, Picachos y Macarena. No son zonas fáciles y la seguridad ha estado a la altura. Determinar una acción cobarde como esta, no es una tarea fácil.

¿Ya es un hecho confirmado que esto no fue fortuito, sino que sí había un atentado para perpetrarse en su contra?

Sí, e incluso el domingo anterior (10 de octubre), pasando un sector entre los límites de Uribe y Macarena, que es un sector que se llama El Planchón del Guayabero, cerca al Rubí, el mismo sitio en el que hace 10 días asesinaron a un soldado, recibimos un impacto de bala en la camioneta en la que yo iba manejando. Esa es una zona donde ellos, las disidencias, hace mucha presencia. Allí, la comunidad nos ha dicho que esos señores están muy molestos con nuestra presencia y hacen todo tipo de actos para intimidarnos, para seguir reinando. Es que donde hay abandono del Estado reina la delincuencia, y eso es lo que no podemos permitir.

Concretamente, Gobernador: ¿las disidencias lo quieren matar?

Sí, así es. Y es lo que me han manifestado las autoridades desde el año anterior y lo que la misma gente de estas zonas me dice, que además está cansada de tanto hostigamiento, presión y represión. La gente me dice que cuide, que soy un objetivo militar de ellos. Yo dejo todo en manos de las autoridades y creo plenamente en Dios, por lo que confío en su santa voluntad. Nos aferramos a eso y al cuidado y protección de las autoridades.

¿No requiere de más seguridad?

Yo tengo un buen esquema seguridad. El día del atentado yo no estaba solo, yo estoy haciendo estos recorridos con el 90 por ciento de mi gabinete. Todos veníamos con la seguridad que nos está brindando la Fuerza de Tarea Conjunta Omega y la Policía Nacional. Por eso, hemos podido visitar cuando vereda se nos atraviesa, entrando a casas, a tiendas, dialogando con la gente. Nos hemos sentido protegidos por las autoridades.

¿Este ataque tiene relación con la época electoral, cuando estos grupos ilegales comienzan a mostrar algún tipo de fuerza y que el resto del año pareciera que no tienen?

No sé si tiene algún criterio político, pero sí sé que cada vez causan más rechazo nacional y de la gente de las regiones que está hastiada de ellos.

Gobernador, algunos lo califican a usted de “polémico” por acciones como la de usar su carro contra ladrones o de subirle el tono a una ministra de forma pública. ¿Cómo se define usted?

Yo en este oficio me he acostumbrado a oír a veces los que uno no quiere oír, y eso me ha enseñado a respetar. A este país le falta eso, que respetemos a quienes piensan diferente. Yo no quiero generar polémicas y mucho menos volverme un gobernador mediático. Lo que pasó con el carro es que vi en una esquina cómo le pegan a una señora, y solo puedo actuar o seguir derecho y ser indiferente. ¿Qué hago? Tuve la oportunidad de intervenir y prevenir que a esa señora la resultaran matando; yo tenía que tomar el camino de la indiferencia o de actuar con solidaridad, y escogí el segundo. Cuando hay que cantarle la tabla a una ministra o a quien se lo tenga que decir, hay que ser respetuosos, pero sin pelos en la lengua. Yo solo pretendo hacer mi trabajo y le pongo la cara a las circunstancias. Ese es mi modo de actuar y ojalá eso no les moleste a las personas.