Benedetti se opone a proyecto del propio petrismo que pone impuestos a iglesias: “No se cobrará por orar”
El ministro del Interior participó en un encuentro interreligioso en el que ratificó que no es tarea del Gobierno regular la actividad religiosa “en exceso ni ponerle límites”.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, se refirió este lunes a un proyecto de ley que crea un régimen de “inspección, vigilancia y control” sobre las entidades religiosas en Colombia, una iniciativa que no ha sido de buen recaudo por parte de iglesias y otros credos.
En esa línea, el ministro participó en un encuentro interreligioso en el que participaron más de 30 líderes de todas las confesiones que hacen presencia en Colombia. Ante ellos, Benedetti advirtió que no es tarea del Gobierno regular la actividad religiosa “en exceso ni ponerle límites”.
“Ha quedado claro que la fe no es una concesión estatal, es un derecho fundamental. No nos corresponde regularla en exceso ni ponerle límites. Nos corresponde garantizar que toda persona pueda ejercer su fe sin coacción, sin obstáculos, sin miedo”, defendió el ministro.
Si bien la iniciativa que crea un régimen de vigilancia y control a las entidades religiosas es de autoría de la bancada del Pacto Histórico, el ministro dijo que el Gobierno no apoya el proyecto e incluso, señaló que eventualmente sería retirado.
En ese sentido, se comprometió a defender todas expresiones de teísmo que hacen presencia en el país. “Este Ministerio no juzgará sus convicciones. Será guardián de su derecho a tenerlas. No dejaremos que la burocracia se vuelva obstáculo ni que la diferencia doctrinal sea excusa para la desigualdad. No marginaremos la espiritualidad en nombre del orden”, dijo.
Detrás de la iniciativa se encuentra el senador Alberto Benavides, del Pacto Histórico, y, entre otras, establecía también una serie de impuestos para las comunidades religiosas.
Frente a ello, Benedetti ratificó que “nadie tendrá que pagar más impuestos ni enfrentar más requisitos por sostener un culto. No se cobrará por orar, ni se pondrán trabas técnicas a quienes quieran bendecir, reunir o consolar”.
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El ministro encargado de la política insistió en que los líderes religiosos pueden contar con él como ministro y con el Ministerio, “para defender la libertad. Para facilitar, no entorpecer. Para escuchar, no imponer. Para que nadie tenga que elegir entre su fe y su ciudadanía. Porque cuando se apaga el espíritu, la sociedad se desvanece. Pero cuando se enciende la fe, renace la vida. Y nosotros estamos con la vida”.
El ministro agregó que los líderes religiosos son quienes conocen el hambre, el desamparo, y la dignidad de los colombianos trabajadores que impulsan el país a diario, “su palabra alienta, su presencia consuela. Y eso —lo digo con respeto y admiración— no aparece en estadísticas, pero es esencial para que esta nación no se quiebre”.