Colombia

“También me quieren matar”, Ketty Martínez, hija de Yolanda Paternina, fiscal asesinada hace dos décadas

Ketty lleva 23 años luchando para que el asesinato de su mamá, la fiscal Yolanda Paternina, no quede en la impunidad. Su lucha por la verdad tiene en riesgo su vida.

17 de abril de 2024

El drama para la familia Paternina no termina. Hace 23 años, el 29 de agosto de 2001, la matrona de la casa, Yolanda Paternina fue asesinada. Era la fiscal encargada de investigar la complicidad entre el Estado y los paramilitares en la masacre el Chengue, Sucre, donde 27 campesinos fueron asesinados.

Ketty Martínez estaba próxima a cumplir 20 años cuando recibió la noticia sobre el homicidio de su madre, reprochaba que el Gobierno no la hubiera protegido, insistentemente denunció que estaba recibiendo amenazas por su investigación, pero contrario a brindarle protección, fue ignorada. De hecho, el día de su asesinato, su escolta se excusó de no ir a trabajar ese 29 de agosto, por cuestiones de salud.

Desde entonces, Ketty ha luchado para que este crimen no quede en la impunidad. Incluso apenas ayer martes, 16 de abril, la Fiscalía General de la Nación declaró delito de lesa humanidad el asesinato de la Fiscal. Significa que, aunque pasen los años, este homicidio no podrá dejar de investigarse hasta que sea esclarecido.

Además del calvario por la violenta muerte de su mamá, Ketty y el resto de su familia, han sido revictimizados durante todo este tiempo. Constantemente reciben amenazas contra sus vidas, son hostigados, perseguidos y amedrentados. Hoy por hoy, viven en carne propia el abandono estatal que llevó a la muerte a su propia madre.

“Siento que mi vida corre peligro por todos los ámbitos, y nadie me presta atención, nadie me presta atención, entonces, pues pienso que me siento como vulnerable, como se sintió mi mamá en algún momento”, contó Ketty a este medio.

Lamenta además que dos décadas después de ese fatídico 29 de agosto, aún no haya condenas. Para la época del crimen, Yolanda Paternina era una de las primeras fiscales en investigar la relación Estado-paramilitares, lo que más adelante se conoció como la parapolítica.

“Muchas veces me he sentido impotente al respecto porque también mi madre pidió ayuda, mi hermano y yo enviamos fax a la Fiscalía, pedimos ayuda a todas las entidades, todo el mundo se las tiró de los oídos sordos, de ciegos, mudos, entonces pienso que el gobierno dejó sola a mi mamá, sí el gobierno, el gobierno tuvo la oportunidad de hacer algo al respecto y no lo hizo, pudo haber evitado el crimen, no lo hizo, pero al contrario fue, apoyó para que asesinaran a mi madre y así mismo están haciendo conmigo”, dijo.

Confía en que el exjefe paramilitar, Salvatore Mancuso, entregué información sobre los autores intelectuales del asesinato de su mamá. Katty ha dicho siempre que el exgobernador de Sucre, Salvador Arana, condenado por parapolítica, tuvo que ver, al igual que el entonces Fiscal General de la Nación, Luis Camilo Osorio.

“Me parece súper bien que la doctora Mónica Gaitán haya tocado el tema del doctor Luis Camilo Osorio, Fiscal General de la Nación, porque siempre he tenido en mi corazón desde el crimen de mi madre que él es uno de los responsables, directa o indirectamente, pues lo digo porque él engavetó todo, todo lo guardó, y si uno no tiene que ver en nada, pues supuestamente él como fiscal tenía que tratar de esclarecer los hechos, pero no lo hizo”, afirmó Ketty.

Esta mujer, madre de dos hijos, de 11 y 14 años, vive con miedo, no por su propia vida, sino por la vida de sus seres amados. A sus hijos, por ejemplo, los tuvo que sacar de estudiar por amenazas. Del país no ha podido salir porque le han negado el asilo político. Cuenta solo con dos escoltas y un carro convencional, pese a que insistido en la necesidad de un vehículo blindado.

Ayer, cuando la Fiscalía dio la categoría de delito de lesa humanidad al crimen de su mamá, recibió una nueva amenaza: “como que tú crees que por haber sacado el caso de tu mamá de lesa humanidad te vas a salvar de morir”, le dijeron en una llamada telefónica.

Ketty es víctima certificada ante Justicia y Paz y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Ha presentado pruebas y reclamado sus derechos. Ya dijo que no le importa si le arrebatan la vida, “lo único que quiero es que se sepa la verdad”.