Colombia

Insólito: una obra de la sede de la U. Nacional en Tumaco la construyeron dos veces

La Contraloría abrió un proceso por cuenta de un posible daño patrimonial de $2.359 millones por esta obra.

Comunicadora social y periodista de la Pontificia Universidad Javeriana.

17 de enero de 2022

En 1997 se creó en el papel la Sede Tumaco de la Universidad Nacional de Colombia. La promesa de llevar una de las mejores universidades del país a uno de los municipios más pobres y violentos comenzó a materializarse en 2011 con la adquisición de un predio en la vía que conecta con Pasto. Y en 2014 la plata y los contratos empezaron a moverse, dando luces de la gran edificación que sería la sede, pues prometía ser la más grande.

Sin embargo, la sede todavía no se ha entregado y esto tiene que ver con que en la fase de diseños se cometieron tantos errores que fue necesario demolerla y volver a empezar.

Por eso, la Contraloría General encontró un posible daño patrimonial de $2.359 millones durante la ejecución del contrato que haría realidad la primera fase de la construcción de la sede del Pacífico.

Para poder firmar ese contrato, la Universidad Nacional suscribió una orden contractual de prestación de servicios (OPS) en 2014 por dos meses con la empresa Ingeniería Civil y de Presas S.A.S. por $50 millones para “realizar la modelación matemática tridimensional y la elaboración de planos del diseño estructural, para la planta física de la sede”. Este sería el primer paso y la base para la construcción de la sede que prometía subir el nivel educativo de un municipio y una región atrasada con respecto al resto del país.

Después, y con base en los resultados de Ingeniería Civil y de Presas S.A.S., la institución firmó el contrato de obra CON-14-1-1101 de 2017 con Miroal Ingeniería S.A.S. por un valor de $21.786 millones, para, por fin, dar inicio a la construcción de la fase 1.

Pero cuando la ejecución de la obra de Miroal Ingeniería S.A.S.. estaba en marcha, un consultor de la universidad alertó que había fallas en la realización del otro contrato, el de Ingeniería Civil y de Presas S.A.S., básico para la obra de la fase 1 de la Sede Tumaco.

El 3 de diciembre de 2018, esta persona advirtió que el proyecto que se había adelantado por esa OPS no cumplía con la norma sismorresistente del país y que presentaba varios “vacíos, errores, debilidades e inconsistencias”.

Por esa razón, el 16 del mismo mes se detuvo la obra adelantada por Miroal S.A.S., que iba en el 11,10% de avance, “correspondiente a localización y replanteo, escarificación, nivelación, compactación de terrazas, construcción de la cimentación de los bloques A, B, C y D”.

A su vez, la Sede Tumaco suscribió una nueva orden contractual, esta vez de consultoría, el 4 de febrero de 2019 por $79 millones con la empresa Gedic Ingeniería, para ajustar la construcción de las edificaciones, teniendo en cuenta las falencias del contrato con Ingeniería Civil y de Presas S.A.S. Sumado a eso, contrató a una persona natural por $19,7 millones para que hiciera la consultoría técnica y el diagnóstico del diseño estructural ajustado de dicha construcción.

Después, a partir del 7 de julio de ese mismo año, la supervisión de la Universidad Nacional solicitó que la obra de la fase 1 de la sede siguiera con los diseños originales; los del contrato colmado de errores. Así la obra avanzó hasta el 11,56% y el contratista terminó la cimentación de los cuatro bloques antes mencionados, en vano. Después, el 1 de noviembre, la obra continuó con base en los resultados del contrato de Gedic Ingeniería S.A.S.

Y fue inútil porque prácticamente, los productos que entregó esta empresa reemplazaron los de Ingeniería Civil y de Presas S.A.S. Todo lo que esta última había hecho fue destruido para volver a empezar.

Específicamente, la Contraloría habla de la construcción de la cimentación de los cuatro bloques. Lo expresa en el auto, cuando señala que todo lo realizado desde el comienzo de la obra el 16 de mayo de 2018 hasta el 1 de noviembre de 2019 “no sirvió”. Y esa demolición costó $160 millones de pesos que, según el ente, se configuran en un detrimento patrimonial.

Además, como si no fuera obvio, para el ente de control el valor del contrato inicial con Ingeniería Civil y Presas S.A.S. también supone un daño a las arcas públicas, ya que, como lo dijo el consultor, se pagaron $50 millones por unos productos con deficiencias, errores e inconsistencias.

Pero eso no es todo. De acuerdo con la información que la interventoría le entregó a la Contraloría, el rediseño estructural y lo que este implicó, incluyendo la demolición, conllevó a un detrimento al patrimonio público de $1.958 millones por las obras pagadas al contratista y su demolición posterior. Además, la universidad le pagó $190 millones a la interventoría por la obra demolida. Otro detrimento identificado por el ente de control.

Todos estos contratos suman los $2.359 millones de detrimento al patrimonio público, por los cuales la Contraloría ordenó la apertura del proceso de responsabilidad fiscal.

¿Qué responden?

En el auto de la Contraloría Delegada para la Responsabilidad Fiscal conocido por EL COLOMBIANO, el ente de control señala como presuntos responsables del daño a Carlos Alberto Garzón, vicerrector de la Universidad Nacional, y a ocho personas más.

Este medio se contactó con la universidad para obtener una respuesta al auto de la Contraloría, específicamente teniendo en cuenta que se hace mención de Garzón, quien firmó el contrato con Miroal S.A.S. y para conocer sobre los avances en la construcción. Actualmente, continúa a la espera de un pronunciamiento.

Por otra parte, tampoco fue posible obtener respuesta de Luz Betty Rodríguez, representante legal de esa empresa a quien también se le envió un correo electrónico, después de no haber logrado contactarla en el número telefónico de la compañía.

Así mismo, Andrés Bernal, representante legal de Ingeniería Civil y Presas S.A.S. le dijo a este diario que no emitirá ningún pronunciamiento, además de responder a cualquier requerimiento que haga la Contraloría