Colombia

“Ingenuo” y “fantasioso”: sablazos

de Arquidiócesis a Petro por paz total

Un duro editorial de la Arquidiócesis de Bogotá asegura que el Presidente tuvo una “gran derrota” con fallido cese bilateral con el ELN. Pide que no politice a los sacerdotes.

Comunicadora Social - Periodista de la UdeA. Amo leer historias y me formé para contarlas.

12 de enero de 2023

En una inédita crítica de una fracción de la Iglesia Católica al presidente Gustavo Petro se tachó su proyecto de paz total de “ingenuo”, “descuidado” y “fantasioso”, un sablazo que le cayó a la Casa de Nariño justo en una semana crítica de las negociaciones con el ELN tras el fallido cese bilateral al fuego. De hecho, la institución religiosa lo calificó como “una primera gran derrota del actual Gobierno”.

Bastaron seis párrafos de un duro editorial de la Arquidiócesis de Bogotá para dejarle claro a Petro que no todos los sectores de la institución católica están de acuerdo con cómo se han manejado los acercamientos de paz con el ELN y los demás grupos narcoparamilitares, un punto delicado si se tiene en cuenta que la entidad religiosa es clave en los procesos de paz y en las regiones más afectadas por el conflicto.

“Es absolutamente ingenuo pensar que unos grupos que llevan décadas en la guerra, en el narcotráfico, en la trata de personas y en la minera ilegal (...), van a renunciar a todo eso porque el Presidente de la República habla de paz total. ¿A cambio de qué?”, se pregunta la Iglesia, “¿De un salario mínimo? ¿De una parcela en una lejana montaña inhóspita? ¿De someterse a la Ley, aun sin pagar penas?”, se responde de manera irónica.

Y así, cada párrafo más desafiante que el anterior, El Catolicismo –órgano de difusión de la Arquidiócesis de Bogotá– le cuestiona al Gobierno la “ligereza” para manejar las comunicaciones, la rapidez con que se ha pretendido pactar la paz total, y hasta el “uso político” de los miembros de la Iglesia en dicho proceso.

Pero, más allá de unirse a la avalancha de críticas que ha recibido el Gobierno por anunciar un cese al fuego bilateral con cinco grupos armados sin consultarlos previamente, el regaño de la Arquidiócesis más importante del país se traduce como el primer choque público entre el Gobierno y la Iglesia, cuyos líderes se caracterizan por un tono diplomático y conciliador.

De hecho, el medio El Catolicismo –que también publica toda la información oficial del Vaticano y de la Conferencia Episcopal de Colombia– también ha difundido otras columnas de opinión sobre temas como las marchas del 2021, las elecciones regionales y nacionales y hasta los movimientos en el gabinete de ministros del presidente Petro, cuyos nombramientos halagó “a excepción de algunos que parecen puestos allí por mera ideología”, como reza uno de los comunicados.

En otro de esos editoriales, incluso, la Iglesia habla de un caos en las relaciones internacionales del país y le cuestiona a Petro y a su canciller, Álvaro Leyva, ausentarse de la sesión de la Organización de los Estados Americanos, OEA, en la que se condenó la violación de los derechos humanos en Nicaragua.

“Tampoco son muy claras las razones estratégicas” mencionadas por el canciller Leyva para ausentarse de la condena de toda la OEA al gobierno despótico de Nicaragua, cuya población, y en particular la Iglesia y la oposición política, sufren toda clase de atropellos y violaciones a sus derechos humanos”, aseveró El Catolicismo en su momento.

Pero, hasta ahora, este es el pronunciamiento más duro contra un presidente y su modo de gobernar lo reconoce.

En diálogo con EL COLOMBIANO, el monseñor Rafael De Brigard –director de comunicaciones de la Arquidiócesis de Bogotá y del medio El Catolicismo– dijo que es cierto que casi nunca lanzan editoriales tan fuertes “y menos con nombre propio”, pero que un tema delicado lo ameritaba.

Lo cierto, eso sí, es que el editorial publicado por El Catolicismo no compromete la posición de toda la Iglesia.

Consultado por este medio también, el monseñor Héctor Fabio Henao, que es el delegado permanente de la Iglesia Católica para las negociaciones de paz y el encargado de las relaciones Iglesia - Estado, dijo que la Institución aún se mantiene en los buenos términos que manifestaron en la carta del pasado 2 de diciembre, la cual fue enviada al alto comisionado para la paz, Danilo Rueda. (Ver foto del documento)

En dicho documento, el director de la Conferencia Episcopal y obispo de la Arquidiócesis de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio, anunció su “gratitud y responsabilidad con la invitación a participar en su condición de acompañante permanente en la Mesa de Diálogos” y su “permanente deseo de aportar a la paz del país”.

Por ahora, la delegación del Gobierno para los diálogos de paz con el ELN está la espera de que la guerrilla confirme su asistencia a una “reunión de emergencia” en la que intentarían calmar las tensiones, pactar un cese bilateral concertado por ambas partes y ajustar la agenda de las negociaciones a los nuevos retos. Mientras eso ocurre, como dijo Brigard, la credibilidad del proceso puede irse deteriorando y poniéndose en duda como lo hizo la Iglesia con el editorial. “¿Habrá paz al final de todo esto? Uno tiene fe en que sí, pero cuando se tiene afán es mejor ir despacio, dice el refrán”, concluyó el monseñor Rafael De Brigard.

“La ingenuidad es pensar que esto es transparente”: monseñor Rafael De Brigard

Entrevista con monseñor Rafael De Brigard, director de comunicaciones de la Arquidiócesis de Bogotá y del medio El Catolicismo.

¿Siente que están utilizando políticamente a los miembros de la Iglesia?

“No me parece que todavía haya sucedido, pero sí hay un riesgo alto. El editorial iba en ese sentido de advertencia de que en esas incoherencias que a veces se presentan el agua sucia no caiga donde no tiene que caer. Hay que hacer todo esto con guante de seda y con mucho cuidado.

Usted ha hablado de impresión y ligereza por parte del Gobierno para hablar de la paz total...

“No solo en la paz total, sino en otras cosas, hemos visto que se dicen cosas que no se cumplen o se hacen otras diferentes o se echan para atrás. Hay que mirar cada palabra con cuidado y casi con microscopio. A veces no se cumplen las palabras y el que queda mal no solo es el Gobierno, sino todos los que están sentados en esa mesa de trabajo. Tanto que se dice y sigue la extorsión, el secuestro... Hay que tener cuidado”.

¿Cómo están las comunidades, qué piden ellas?

“Lo que he leído y escuchado de mis compañeros que están allá es que es muy necesario el cese al fuego y la paz, porque las personas que están en las regiones como el Catatumbo, Nariño o la Costa Pacífica esto se les volvió un encerramiento en medio de la violencia. Entonces la gente sí está necesitada de ese alivio”.

Usted habla de ingenuidad, pero quiénes gobiernan tienen experiencia en procesos de paz en los que estaban del otro lado, ¿a qué se refería?

“Esa ingenuidad podría ser por parte del Gobierno, aunque es dudoso, pero también puede estar por parte de los que ayudan a veces no ver toda la dimensión política del tema. La ingenuidad es pensar que esto es transparente y único”.