Colombia

Juliana, el nombre que hace llorar a Rodolfo Hernández

Tenía 23 años cuando la secuestraron. El candidato, sin embargo, no está registrado como víctima.

Iba a ser médico, pero me volví periodista. Me gusta debatir y hablar mucho y de todo. Creo que la información es un patrimonio inmaterial y público.

08 de junio de 2022

El conflicto armado le dio al candidato presidencial Rodolfo Hernández dos motivos para llorar. Uno fue el secuestro de su padre, Luis Jesús Hernández. Y el otro, que se lo han recordado más de una vez en esta campaña, fue la desaparición de su hija, Juliana Hernández, cuya suerte sigue sin esclarecerse.

De hecho, en una reciente entrevista que le hizo la cadena de televisión estadounidense CNN, Hernández rompió en llanto tras responder una pregunta que se refería a ella.

Según la hipótesis más citada en los reportes de prensa, Laura Juliana Hernández Oliveros fue secuestrada a los 23 años cuando iba de camino a la casa de una de sus amigas de universidad, en el municipio de Ocaña, Norte de Santander.

Era la única mujer entre los cuatro hijos de Socorro Oliveros y Rodolfo Hernández. La adoptaron desde muy niña. La conocían por ser autónoma, libre. Estudiaba Derecho en la Universidad Santo Tomás y ya vivía sola cuando desapareció.

Al comienzo, creyeron que los culpables habían sido miembros de la extinta guerrilla de las Farc. Pero con los años fueron desenredando los detalles del caso y encontraron que, en realidad, eran integrantes del ELN quienes la tenían bajo su poder.

Hernández ha dicho en distintos escenarios que el rescate que le estaban cobrando ascendía a los 2 millones de dólares, lo que se traduce en más de 7.500 millones de pesos.

Él resolvió no pagar. Su argumento es que si hubiera dado el dinero, los secuestradores más tarde hubieran tratado de arrebatarle a sus demás hijos.

La respuesta a esa petición ha causado críticas y comentarios variopintos, pero está blindada por el fuero que tienen todas las víctimas para decidir su destino en las condiciones que les impone la guerra.

Hace poco, incluso, le reclamó a su contrincante del Pacto Histórico, Gustavo Petro, por una publicación que compartió en su perfil de Twitter.

“Si bien Rodolfo no fue el culpable del asesinato de su hija, me pareció inhumano que contara con tanta naturalidad que pagó el rescate de su papá pero no el de su hija adoptiva porque no quería gastar más dinero. Eso es frívolo”, decía el trino que replicó Petro.

Ante esto, Hernández se limitó a contestar: “Espero que nunca le toque tomar una decisión como la que yo tuve que tomar”.

En todo caso, a casi 18 años del secuestro de Juliana, Hernández ha preferido optar por la resignación. “Ella está muerta, es lo que creo”, sentenció el candidato presidencial, citado por la revista Semana.

El secuestro de su papá

Ese episodio del conflicto armado con la desaparición de su única hija no fue el primero que vivió la familia de Hernández.

Cuando Rodolfo Hernández tenía 45 años su papá fue raptado por la hoy extinta guerrilla de las Farc. Era el año 1990, los cabecillas de ese grupo habían renunciado al diálogo con el Estado, se habían desligado del partido Unión Patriótica y se alistaban para entrar a una de las décadas más crudas del conflicto armado colombiano.

El papá de Hernández fue una de sus víctimas. Cecilia Suárez, mamá del candidato presidencial y viuda de Luis Jesús recordó el episodio de su secuestro en una entrevista que le hizo el diario Vanguardia.

“Estábamos nosotros ahí (en la casa) y llegaron y tocaron...”, contó. Una amiga que estaba con ellos les abrió la puerta. Eran hombres armados. “Me prendieron y amarraron de patas y manos, (me) pusieron la ametralladora en la cabeza y a mi mamá un esparadrapo en la boca”, recordó Cecilia Suárez, quien hoy tiene 97 años.

Los secuestradores llamaban a la familia todo el tiempo y les pedían dinero insistentemente. “Yo no tengo plata”, les decía Suárez. “Venda la casa”, le contestaban los guerrilleros. Ella reviró, se negó a perder su vivienda y les dijo otra vez que no tenía cómo pagarles.

“Entonces lo matamos”, la amenazaron. “Mátenlo, porque a todo el mundo nos toca morir”, volvió a contestar la mamá del candidato presidencial.

La historia dice que los secuestradores no asesinaron al papá de Rodolfo Hernández, pues la familia finalmente tuvo que ceder a sus pretensiones y él fue liberado casi cuatro meses después de que fueron a sacarlo de su casa.