Colombia

“La desnutrición es el síntoma de una crisis más profunda”: Guerra

Un antropólogo wayúu que ha estudiado por más de 30 años la región de La Guajira habló con EL COLOMBIANO sobre la crisis que padece la comunidad étnica.

Reportero. Creo, como Rainer Werner Fassbinder , que “ lo que no podemos cambiar, debemos al menos describirlo”.

03 de marzo de 2016

La familia de Weildler Guerra es oriunda de Carrizal, zona costera ubicada en la Alta Guajira, a 140 kilómetros al oriente del Cabo de la Vela. “Ese no es un lugar carismático”, dice él. “Allá no llegan los medios de comunicación ni los turistas. Sin embargo, allá las familias también padecen la desnutrición”. Guerra vive en Riohacha, estudió Antropología en la Universidad de los Andes y regresó a su departamento para seguir investigando a su cultura, la wayúu.

Guerra recibió a EL COLOMBIANO en su oficina, ubicada cerca al malecón de Riohacha. Habló sobre las muertes por desnutrición en La Guajira (van 11 en lo corrido del año), sobre la estrategia del Gobierno Nacional, que contempla la construcción de 222 pozos en diferentes municipios, y sobre la comunidad wayúu .

¿Usted cómo explica la cantidad de muertes por desnutrición que se están presentando en La Guajira?

“La desnutrición y la muerte de niños por esta causa puede ser el síntoma de una crisis más profunda en lo que respecta a la población wayúu y sus medios de vida. Podría reflejar un agotamiento de sus actividades económicas o la vulnerabilidad de su sistema alimentario frente a factores ambientales, administrativos, de relaciones fronterizas y de expropiaciones territoriales”.

¿A qué factores ambientales se refiere y a qué efectos del cierre de la frontera?

“La sequías han sido cíclicas en La Guajira. Tenemos evidencias de niños desnutridos a comienzos del siglo XX. Un investigador sueco, Gustavo Linder, mostró niños desnutridos en 1920. En las épocas de lluvia hay una abundante producción de frutas silvestres que recolectan los wayúu. Han tenido huertas familiares con maíz, frijol, patilla, melón y pepino silvestre. También está la pesca, miles de familias wayúu son pescadoras. Lo que puede estar ocurriendo aquí es que con el cambio climático los veranos serán más prolongados y las reservas se agotan. A eso se suma que las embarcaciones industriales de pesca están compitiendo con la pesca artesanal wayúu. Sobre la frontera, durante casi un siglo Venezuela ha venido abasteciendo a algunas zonas de la Alta Guajira. Muchos wayúu han migrado a Maracaibo o a zonas cercanas y se han involucrado en actividades productivas. El colapso del sistema productivo venezolano también los ha afectado”.

¿Qué ha pasado cuando la sequía se prolonga más
de lo esperado?

“Tenemos registros de madres wayúu que cambian a sus niños por alimentos. Entregaban un niño para salvar a nueve; lo hacían a cambio de maíz y alimentos. Casi todas las familias, incluida la mía, tienen esa historia: niños que fueron adoptados porque sus madres preferían darlos a familias pudientes antes que verlos morir de hambre. También tenemos relatos de disputas de alimentos con las hormigas en épocas extremas. Las hormigas se meten a las huertas y empiezan a cortar cereales, maíz morado y frijol. Eso que está en la reserva de las hormigas es el último alimento para los wayúu. Sí, algunos saquean hormigueros”.

¿Cómo han afectado factores como la corrupción y la creciente urbanización?

“La urbanización ha producido cambios en los hábitos alimenticios. Las frutas de recolección han sido sustituidas por carbohidratos como el espagueti y las bebidas azucaradas. Eso hace que ellos dependan del mercado y no del territorio. No es solo un cambio de hábitos alimenticios, en algunos grupos implica pérdida de conocimientos importantes para mantener un sistema alimentario tradicional. La corrupción actúa sobre los programas estatales, es un factor adicional. Eso sí, ha habido prejuicios de funcionarios del Gobierno que han tratado de culpar a los wayúu de la muerte de los niños. Están tratando de posicionar una idea de que ‘el esfuerzo no vale la pena porque ellos no se dejan ayudar, porque no ayudan a sus hijos’. Eso es canalla. Si un padre wayúu es irresponsable eso no quiere decir que todos sean irresponsables. Lo que la desnutrición nos está diciendo es que hay algo profundo que está ocurriendo en una comunidad que desde la República ha sufrido la exclusión social. El gobierno no tiene estadísticas claras y no conoce el problema de fondo. No conoce el perfil de quién se desnutre, a qué familia pertenece, cuál es su fuente hídrica más cercana. El Gobierno solamente va a donde están los periodistas y los turistas”.