Laura Sarabia: del niñeragate a cumbre con los cacaos
Desde su regreso, la directora del DPS es la voz conciliadora del Gobierno. Hay quienes la llaman “la Presidenta”.
La foto dio para todo. Desde análisis económicos, pasando por lecturas políticas, hasta comentarios de moda. No era para menos, la imagen de la reunión del presidente Gustavo Petro con un buen grupo de la mayoría de los principales empresarios del país fue un mensaje de múltiples interpretaciones. Pero, otra de las cosas que llamó la atención fue el hecho de que solo tres mujeres aparecieran entre 15 hombres. De derecha a izquierda, la empresaria Luisa Pacheco; la primera dama, Verónica Alcocer; y la directora de Prosperidad Social, Laura Sarabia, quien ha seguido ganando tal poder en el Gobierno que hay quienes la llaman, en voz baja, “la Presidenta”.
Es cierto que en el fondo de la imagen también se puede ver al actual embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Alberto Murillo, y al ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, pero la atención por parte de los funcionarios del Gobierno se la robó Sarabia. Entre otras cosas porque ella se craneó la foto desde antes de que la reunión fuera una realidad. A pesar de que algunos de los invitados pensaban que no se iba a dejar registro gráfico alguno, ella los sorprendió invitándolos a la foto a la que no se podían negar.
Y ella misma difundió la foto en sus redes sociales con un corto pero llamativo escrito. “El diálogo nacional amplio e incluyente está en marcha”, comentó. Un sustantivo, con dos adjetivos y un verbo, que parecen abrir las puertas que hasta hace unos días parecían bloqueadas por algunos movimientos torpes del Gobierno.
En esa “marcha”, parece que Sarabia será la encargada de pilotar la nave en temas álgidos, sin importar las críticas o señalamientos por los hechos que obligaron su abrupta salida como jefe de gabinete de Petro.
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Desde su regreso al poder, Sarabia no solo luce más cómoda, sino que parece llevar una doble agenda, como directora de Prosperidad Social y como enlace con el presidente y vocera de él mismo, así como encargada de gestionar los asuntos más delicados del mandatario.
Viéndola en estos días, nadie podría pensar que hace apenas unos meses, la misma Sarabia parecía destinada al oscuro cuarto de los escondidos como consecuencia del escándalo denominado el ‘niñeragate’. Suscitado, entre otros, por el supuesto abuso de poder y órdenes de acciones ilegales, que explotó cuando era la jefe de gabinete de Petro, por el denunciado sometimiento a un polígrafo a su exempleada Marelbys Meza.
Esta semana, precisamente, el caso que involucra a Sarabia dio un giro cuando los abogados defensores del coronel Carlos Alberto Feria, jefe de la Oficina de Protección Presidencial, solicitaron que sea juzgado por la justicia penal militar, y no por la justicia ordinaria.
La petición de parte del coronel llegó solo horas antes de la audiencia en la que la Fiscalía esperaba imputar cargos de peculado por uso y abuso de función pública, junto al jefe de la Oficina de Polígrafos, capitán Elkin Gómez Gutiérrez; y al intendente Jhon Alexander Sacristán Bohórquez.
La Fiscalía, como era de esperarse, dejó clara su oposición a la petición de Feria y señaló que aunque los procesados hagan parte de la fuerza pública, eso no los exime de ser investigados por la justicia ordinaria. El ente investigador, además, dio a entender que la solicitud de la defensa del coronel tiene otros fines. También hizo un llamado a la cordura y pidió a la jueza del caso seguir con el curso normal del proceso. Iván Cancino, abogado de Marelbys Meza, también cuestionó la petición del abogado de Feria, al señalar que los procedimientos ilegales a los que fue sometida su cliente no trataban de “ningún asunto de seguridad nacional, sino de los señalamientos por un hurto denunciado”. La jueza, sin embargo, decidió suspender la audiencia del jueves y aplazarla para el martes.
Agenda de cacaos
Quienes presenciaron la reunión del presidente Petro con los denominados cacaos empresariales del país esta semana en Cartagena, concuerdan en que la voz cantante de la logística, el orden del día y hasta las temáticas propuestas del Gobierno estuvieron bajo la responsabilidad de Sarabia.
La reunión, dicen, fue el resultado de varios días de trabajo y gestión política. Según trascendió, la actual directora del DPS, apoyada por el consejero presidencial, Juan Fernández, tuvieron que pedalear duro con los empresarios para poder concretar el encuentro. El lobby incluyó hasta mesas de trabajo con los equipos cercanos de cada uno de los magnates colombianos, fue allí donde definieron los sectores y regiones de cada cual para la conversación.
En medio de los días difíciles que vivía el Gobierno, por cuenta de los evidentes traspiés del debate a la reforma a la salud en la Cámara de Representantes, la reunión terminó siendo un bálsamo momentáneo de tranquilidad, un suspiro de aire fresco en medio de un día a día contaminado de noticias políticas no tan alentadoras.
En la otra gran reunión de Petro en la semana, la que los sentó en la misma mesa con el expresidente Álvaro Uribe y la bancada del Partido Centro Democrático, Sarabia no estuvo. Pero, dicen que también fue determinante, junto al embajador en Reino Unido, Roy Barreras.
Sonajero y chequera
El protagonismo de Sarabia es evidente y para algunos conocedores de los intríngulis del poder va más allá de la posición en una foto. Los políticos consultados hablan de ella con cautela. Otros la empiezan a llamar, medio en broma medio en serio, como “la Presidenta”.
“Tiene un sartén grande por el mango, así que mejor ser prudentes”, dijo en tono cordial pero cortante un miembro de la Cámara de Representantes, quien prefirió que su nombre no fuera incluido en esta nota. Otros dos consultados prefirieron no opinar.
Por su parte, el profesor y politólogo, Ángel Tuirán, cree que es interesante el papel que viene desempeñando Sarabia más allá del escándalo de la niñera que la obligó a salir de su cargo de jefe de gabinete. Además, señala que es claro que es mucho más mediática y visible que sus “antepasadas” colegas en los gobiernos de Juan Manuel Santos y de Iván Duque y que seguro será protagonista en lo que queda de Gobierno.
“La graduaron de operadora política. Lo que creo es que hoy no tiene peso para estar en el sonajero presidencial de 2026. Entre otras cosas, porque va a ser muy difícil que el próximo presidente sea el que diga Petro”, enfatiza el profesor.
Pero Sarabia es sobre todo una mujer inteligente y que sabe hacer sentir bien a sus interlocutores. Los escucha, les responde sus inquietudes y trabaja de manera diligente. Por eso para Petro es tan valiosa.
Otra de las fortalezas de Sarabia, actualmente, es el generoso presupuesto que maneja en el DPS. Este año fue de 6,6 billones de pesos, pero el próximo subirá a 10,7 billones de pesos. Dinero, con el que, según la directora del DPS, se busca mejorar la calidad de vida de los hogares colombianos, con nuevos programas.
Y es que es grande el peso político que tendrá la funcionaria en un buen número de colombianos, de su firma dependen programas como Tránsito a Renta Ciudadana, el que solo en el pasado agosto entregó 2,2 billones de pesos a las familias beneficiarias. Además, el programa Jóvenes en Acción, que pagó $50.000 millones en agosto; el programa Colombia Mayor, que giró $1,6 billones en septiembre; entre otros que cualquier político quisiera tener en sus manos.
Sarabia no paró, el jueves estuvo en Santa Marta, allí participó del conversatorio Magdalena Crece y se reunió con el director de ProMagdalena. Y aprovechó para hacer otro guiño al sector privado del país.
“Le vamos a apostar a que la productividad sea un triunvirato: necesitamos el Estado, el sector privado y la sociedad. ¿Y cómo unimos esas tres puntas? Debemos aprender a trabajar juntos (...) la invitación, por tanto, es que nos unamos en torno al propósito común de atender las necesidades de las familias pobres y en pobreza extrema”, dijo en una de sus intervenciones.
El viernes voló a La Guajira. Ahí visitó dos comunidades del pueblo wayuu que participan del programa Red de Seguridad Alimentaria (ReSA) y conversó con los mandatarios electos de Riohacha y La Guajira. Habló con los ancianos, sembró árboles y visitó obras en ejecución. Se tomó muchas fotos. La visita hizo parte de la sexta jornada de la Ruta por la Prosperidad, que busca la articulación de diversos sectores, para fomentar la productividad y el emprendimiento de las regiones más pobres.
Al final de la jornada, Sarabia realizó un recorrido por la obra del puente vehicular que cruza sobre la desembocadura del río Ranchería, que será entregada en febrero para los habitantes de Riohacha. La obra tuvo una inversión de $8.000 millones de los cuales Prosperidad Social aportó $6.500 millones. Además, anunció otros cuatro proyectos de infraestructura en La Guajira, por $12.245 millones.
En las últimas horas, el nombre de Sarabia también saltó como posible puente entre el nuevo alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán y el Gobierno Nacional. En medio del Congreso Nacional de Infraestructura que se realiza en Cartagena, el propio Galán dijo que tenía una cita pendiente con la directora del DPS. El motivo del encuentro serían los 300 indígenas de la comunidad Embera que volvieron a instalar campamentos artesanales en el Parque Nacional, en el centro de la capital
“Vamos a trabajar con la Nación. La doctora Laura Sarabia se comunicó conmigo para precisamente hablar de esa problemática y saber cómo enfrentarla”, precisó Galán. El encuentro de Sarabia con el nuevo alcalde sería solo la puerta de entrada a posteriores conversaciones con el propio presidente Petro para hablar de temas tan sensibles como el metro.
La mesa está servida y la actual directora del DPS parece estar en una de sus sillas principales, de su manejo parece dependerán varios temas nacionales importantes, lo que no se sabe es si le alcanzará para ayudar a encarrilar la agenda política del Gobierno. O si sus propios líos legales la dejarán llegar hasta el final.
Así avanza el caso Marelbys Meza
La Fiscalía General imputó un nuevo delito al intendente Alfonso Quinchanegua por el caso de las interceptaciones ilegales a Marelbys Meza, exniñera de Laura Sarabia.
Según el ente investigador, una fiscal de la Dirección Especializada contra la Corrupción imputó al uniformado por falsedad material en documento público, delito que Quinchanegua no aceptó en la audiencia llevada a cabo ante un juez de garantías.
“Los elementos de prueba recolectados indican que el intendente habría ordenado a un patrullero modificar y adicionar algunos apartes de la entrevista que dio Marelbys Meza, con ocasión de la pérdida de un dinero en la vivienda de la señora Sarabia Torres, el 29 de enero del año en curso”, señaló la Fiscalía.
Según el comunicado de la institución, el intendente habría presionado al subalterno mediante mensajes de texto y una llamada.
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