Colombia

Lo importante no es el nombre, es el número

Los candidatos al Congreso ya están identificados en las listas. El reto de cada uno será generar recordación.

Periodista y Comunicador Social de la Universidad Externado con estudios en Filosofía. Los periodistas somos notarios de la actualidad que adornamos los hechos con palabras.

19 de diciembre de 2017

En una carrera atlética el número que identifica al corredor lo hace visible, permite medir sus tiempos. El número es él. Pasa lo mismo con los candidatos, para quienes no solo es importante tener el aval, sino definir el lugar en el que van a aparecer en el tarjetón y con el que se van a identificar en la campaña.

Detrás de los números hay creencias de todo tipo, por ejemplo, en Estados Unidos y Canadá, los edificios no tienen piso 13. En Japón las edificaciones no tienen relación alguna con el 4, considerado por la cultura oriental como de mala suerte. En las listas al Congreso los candidatos le apuestan a sus números de la suerte.

Según la Registraduría, para elecciones se inscribieron 1.114 aspirantes al Senado en 26 listas y 1.837 para aspirar a la Cámara, en 356 listas. Encontrar un candidato en ese racimo parece imposible, sumado a que los tarjetones solo tienen el logo del Partido y una lista de números. Ni foto, ni nombre.

Para Raúl Mauricio Gómez, asesor político, “ahora es más difícil. Antes los candidatos intentaban distinguirse con alguna prenda o característica que lo identificaba en la foto. Se hablaba del candidato del sombrero, o el que usa el pelo largo. Hoy no se puede”.

La ubicación en el tarjetón

Mientras se configuraban los nombres que llevarían los partidos para aspirar al Congreso, lo más importante parecía la cabeza y la cola de la lista (1 - 100). Sin embargo, al ser voto preferente, el lugar no importa. De hecho, el número 1 de la lista (cabeza de lista) no siempre saca la mayor votación. En las pasadas elecciones Mauricio Aguilar, de Opción Ciudadana, sacó la mayor votación de su partido con el número 7. Nora García, una de las mayores electoras del Partido Conservador, siempre participa con ese número.

Otro ejemplo es Jimmy Chamorro quien con el número 1 en el Partido de La U en las pasadas elecciones fue el doceavo senador más votado. Lo mismo sucedió con Carlos Fernando Galán de Cambio Radical, quien siendo el primero en la lista sacó la segunda votación de su colectividad.

En la lista cerrada el asunto es diferente: los candidatos obtienen su curul gracias a la cantidad de votos que logra la colectividad. En las pasadas elecciones el Centro Democrático utilizó este mecanismo. Eso porque estaban amparados en la figura del expresidente Álvaro Uribe que logró jalonar la lista y la elección de 19 senadores.

Según el estratega político Camilo Rojas, en esta campaña, que solo tiene 8 semanas, el objetivo será grabarle a la gente cuatro cosas: el nombre, el partido, el número y el cargo al que aspira. Son muchos elementos que sin una gran inversión de pauta significan un reto”.

Agrega que “en estos días muchos candidatos hacen vallas y pasacalles con su foto grande, el logo del partido y, casualmente, el número pequeño, cuando es lo más importante a la hora de votar”.

El puesto en la lista con el que un aspirante participa al Congreso por primera vez tiene todo un trabajo publicitario. Por eso, cuando los congresistas se intentan reelegir lo vuelven a usar.

También es famoso el caso del exconcejal lustrabotas de Bogotá, Luis Eduardo Díaz, quien obtuvo más de 18 mil apoyos debido a que su nombre apareció sin foto y como último en la lista al lado del voto en blanco. En esta ocasión, el vigilante de la Registraduría, al ver que se trataba de un lustrabotas, no le dejó tomarse la foto, decisión que finalmente generó la elección.

En estas elecciones, por ejemplo, Bernardo el ‘Ñoño’ Elías, quien aspiró en las pasadas elecciones con el 12 por el partido de la U, dejó a su heredero político, Eduardo José Tous de la Ossa, el mismo número. Igual sucede con Musa Besaile, quien le legó su espacio a su hermano John Moisés Besaile.

El día de las elecciones la publicidad está prohibida pero muchos candidatos van a entregar a los electores un ‘pastelito’ para que lo carguen en el bolsillo de la camisa y en la intimidad del cubículo recuerden el número por el cual votar.

Los candidatos saben que debido a las festividades de fin de año la pauta está volcada en el comercio, por lo que la campaña iniciará en la segunda semana de enero, lo que los deja con solo 56 días para quedar grabados en la memoria de los electores y así obtener un escaño en el Congreso. El número tiene la clave..