Manchas que son irreparables en ataques a los oleoductos del país
En los primeros cinco días de mayo hubo siete atentados contra la infraestructura.
Periodista. Magíster en Comunicación de la Defensa y los Conflictos Armados de la Universidad Complutense de Madrid
Esta semana, los habitantes de la vereda Kilómetro 90, de El Tarra, Norte de Santander, recibieron la advertencia de que el agua que consumían del río estaba contaminada por un derrame de crudo que, según la empresa filial de Ecopetrol, Cenit, se dio por la instalación de una válvula ilícita en el oleoducto para el hurto de hidrocarburo.
El derrame llegó a la quebrada La Pérdida que desemboca en el río Tarra, por lo que Cenit instaló siete barreras de contención sobre el afluente, equivalentes a 260 metros, para evitar una mayor contaminación.
Hasta ayer, este fue el último episodio de una historia que registra atentados e intentos de robo de petróleo en los 250 kilómetros del oleoducto Caño Limón-Coveñas que atraviesa Arauca, Boyacá, Norte de Santander y César, y que, según Ecopetrol, este año ha sufrido 17 ataques y 14 instalaciones de válvulas, generando la pérdida de 162.810 barriles de crudo entre enero y abril.
Desde Cenit explican que en cada afectación al tubo se emplea un plan de contingencia: la Fuerza Pública asegura la zona, luego arriba el personal técnico a inspeccionar la tubería y determina el grado de afectación. Posteriormente, se define el tipo de reparación.
“La compañía actúa de manera inmediata cuando se puede, lo que ha permitido recolectar el petróleo y disminuir los impactos sobre el medio ambiente”, dijo Héctor Manosalva, presidente de Cenit
Daños irreparables
Las afectaciones dejan manchas irreparables al ecosistema, como lo explica Cesar Ortega, coordinador de hidrocarburos de la Corporación Autónoma Regional de Norte de Santander, Corponor.
“El recurso suelo es el primero que recibe el derrame y resulta afectado por varios años y altera las condiciones del ecosistema. Cuando el crudo cae al agua, por diferencia de densidad flota, pero se puede perder oxigeno y matar a los peces. Además, ese aceite penetra en sedimentos o piedras y, aunque pasa la mancha, quedan residuales que contaminan”, concluyó.
Eln, principal responsable
La Fuerza de Tarea Vulcano ha destinado 1230 militares para cuidar el oleoducto en la región de Catatumbo. Esa unidad del Ejército explicó que el objetivo de instalar una válvula es extraer el crudo, “procesarlo artesanalmente y obtener un combustible conocido como ‘pategrillo’, principal insumo para el procesamiento de la pasta base de coca y el clorhidrato de cocaína”.
Las autoridades, señalan al Eln como el principal responsable de las voladuras e instalación de válvulas en los oleoductos, constituyéndose, además, en una infracción al Derecho Internacional Humanitario al contaminar el agua, líquido vital para el país. .