Colombia

Lágrimas y reclamos en el último adiós a Miguel Uribe: el silencio presidencial encendió el debate

El fallecimiento del senador desató homenajes, profundo dolor y reclamos de justicia, mientras el Congreso le rindió honores póstumos. El presidente Petro tardó en pronunciarse, lo que avivó críticas y un debate político sobre polarización, seguridad y responsabilidad en el magnicidio.

Comunicador social y periodista de la Universidad Central, especializado en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de las universidades Externado y Columbia. Experto en asuntos políticos, parlamentarios y de Gobierno. Subeditor de la sección Actualidad.

12 de agosto de 2025

Si bien solo pasadas las 6:15 de la mañana, la Fundación Santa Fe confirmó lo peor, desde la madrugada habían crecido los rumores y las especulaciones alrededor de la salud del senador Miguel Uribe. Su esposa, María Claudia Tarazona, lo despidió formalmente con un conmovedor mensaje en sus redes sociales sobre las 5:00 de la madrugada. Personalidades, políticos, dirigentes de todas las vertientes e incluso, miembros del Gobierno Nacional –secundados por centenares de usuarios– hicieron lo propio.

Sin embargo, tuvieron que pasar varias horas para que el presidente Gustavo Petro –un asiduo y matutino consumidor de la red social X– expresara un mensaje alrededor del fallecimiento del congresista de oposición. El mandatario, quien ha trinado sin distingo a altas horas de la madrugada y que hizo de esa plataforma su mayor y más efectivo canal de comunicación, guardó silencio mientras el país no dejaba de lamentar el crimen.

Solo a las 10:05 de la mañana –es decir, pasadas cuatro horas de la confirmación del deceso– Petro rompió su silencio. “Nos duele la muerte de Miguel como si fuera de los nuestros”, dijo el jefe de Estado, quien, aunque defendió que su gobierno ha buscado “marcar un nuevo paradigma” alrededor de la vida, reconoció que bajo ese mandato ocurrió “un atentado con trágico final contra un senador de la oposición”.

En un extenso mensaje, Petro –cuyo Gobierno decretó apenas un día de duelo, mientras que las alcaldías de Medellín o Bogotá acordaron tres días de aflicción– habló de la violencia del siglo XX entre conservadores y liberales, luego reclamó por la violencia contra la izquierda y finalizó refiriéndose a la necesidad de que avance la investigación y se esclarezca el crimen.

“Sus causas, aún en averiguación, marcan por ahora, un camino muy diferente al que inicialmente y de manera prejuiciada, se insinuó”, sentenció, al tiempo que negó que desde el Gobierno se haya perseguido a la oposición. “Para nosotros, que hemos sido perseguidos y nuestros amigos asesinados, es una de nuestras prioridades. No es la venganza el camino de Colombia”.

Así fue la jornada de duelo en el Congreso

Una vez confirmado el fallecimiento del senador Miguel Uribe, el Congreso –el escenario que lo acogió durante casi tres años– dispuso lo necesario para despedirlo y homenajearlo. Además de cancelar la agenda y cesar cualquier actividad legislativa, se acordó rendir honores póstumos al senador del Centro Democrático en cámara ardiente durante tres días en el Salón Elíptico.

Sus restos mortales llegaron sobre las nueve de la noche al centro de la capital. Justo este lunes el turno fue para que familiares, amigos y congresistas le dieran el último adiós. Hoy será el turno para el público en general.

Ayer hubo un desfile de su círculo más cercano y arribaron personalidades como los expresidentes Juan Manuel Santos y César Gaviria. No obstante, sin duda la imagen más conmovedora fue la de su esposa, Claudia Tarazona, quien llegó al Parlamento acompañada de sus hijas, visiblemente agobiadas por el llanto y por una ausencia eterna.

Con la misma entereza de la que fue testigo el país durante más de dos meses, Tarazona –quien portaba un Rosario alrededor de su cuello– atendió a los medios y, aunque por momentos se quebró su voz, ratificó que se requiere justicia y que la impunidad no puede volver a ser el derrotero de un país que sigue ahogado por la violencia.

“Para el país se fue un hombre maravilloso que soñaba con la paz y la unión de Colombia, que soñaba con un país donde ningún niño repitiera la historia que hoy su hijo está repitiendo. Romper una familia es el acto de violencia más horrible que se pueda acometer jamás (...). Hoy que estamos dándole su despedida, quiero decirles también que ojalá se haga justicia, porque la justicia fortalece la democracia”, dijo.

¿Quién responde por el magnicidio?

El crimen de Miguel Uribe Turbay avivó las voces alrededor de un clamor que hoy retumba con fuerza: ¿quién debe responder por lo ocurrido? Si bien ya hay seis capturados, desde el Congreso y diferentes sectores políticos reclamaron también por la responsabilidad política alrededor de lo que ya la Fiscalía catalogó como un magnicidio.

“La única manera de unirnos contra los violentos es superar la polarización, el discurso de odio, de descalificación y de insulto personal. El mayor responsable de que ese discurso en Colombia cambie es el más poderoso de los colombianos: el presidente de la República. Esperamos del jefe de Estado un nuevo discurso que una al país”, dijo a su llegada el exsenador Juan Manuel Galán.

En diálogo con este diario, el exgobernador de Antioquia Aníbal Gaviria reclamó por el aumento de la violencia por cuenta de la política de paz total del gobierno Petro. “Lo que ha hecho el Gobierno, desafortunadamente, es dividir, estigmatizar y polarizar (...) El presidente Petro ha mostrado un talante distinto, el propio día del atentado las palabras del Presidente no fueron de unidad, pero todavía está a tiempo de hacerlo”, dijo.

En este contexto, hubo quienes le enrostraron al primer mandatario su narrativa combativa y de agresión, como cuando en mayo pasado desenvainó la espada del Libertador Simón Bolívar portando una bandera de guerra a muerte, así como los tuits que emitió días antes del atentado, en los que se refería a congresistas como “hp” o pedía “borrar de la historia” a senadores de oposición.

“Sí hay una responsabilidad por lo menos indirecta del Presidente. Sus políticas de seguridad aumentaron el poder de los grupos armados y su discurso de odio, que lo tuvieron desde que hicieron campaña hasta hoy, generando división, lucha de clases, una polarización irrespetuosa que es la dañina, y eso genera violencia verbal y física”, reclamó en diálogo con este diario el representante de oposición Christian Munir Garces (Centro Democrático).

Desde el oficialismo, la senadora Clara López (Pacto Histórico) le salió al paso a las críticas y señaló que en un caso de este calibre hay sectores independientes y de oposición que también “deben mirarse” a sí mismos.

“Aquí nadie es inocente, aquí todo el mundo ha alzado la voz de una manera inapropiada. Concentrarse en el presidente es una utilización política de la situación”.