Colombia

Muerte de “Román”: golpe que el Gobierno minimizó

En tres precisos operativos militares murieron 40 guerrilleros, entre ellos el jefe del frente 18 de las Farc. Ofensiva presiona agilizar acuerdos con Farc.

Periodista Paz y D.H. Egresado UPB. Ser testigo de los hechos que hacen historia me apasiona del periodismo. La buena música y las deportes alegran mi vida.

27 de mayo de 2015

Las muertes de 40 guerrilleros en tres operaciones militares certeras contra objetivos de alto valor, en apenas cuatro días, son mensajes desde el campo de batalla en Colombia para presionar a las Farc en la mesa de negociaciones en Cuba con la ventaja militar que tiene el Estado.

Los golpes se dieron en Guapi (Cauca, 27 muertos), Segovia (Antioquia, 10) y Riosucio (Chocó, 3 ). Esta última terminó con la vida y 30 años de militancia de alias “Román Ruiz”, un histórico jefe del frente 18 y mandamás también del Bloque Noroccidental de las Farc.

Aunque fueron calificados por los negociadores de las Farc como “masacres” y “un paso atrás en lo avanzado hasta ahora en la mesa de La Habana”, en referencia al desescalamiento del conflicto, también reiteran que siguen en negociación e insisten en cese el fuego bilateral.

Por eso el escenario actual del conflicto armado se divide entre el temor de que la ofensiva militar y el retorno de los ataques guerrilleros provocará una nueva escalada de violencia en el país.

O si, por el contrario, los ataques de las Fuerzas Militares son una presión necesaria del Gobierno para acelerar un acuerdo final con las Farc, luego de que el presidente Juan Manuel Santos reclamara al grupo subversivo que para evitar más pérdidas de vidas de militares y guerrilleros se deben “agilizar” los acuerdos, tras un año sin avances.

Objetivos ubicados

La precisión de las operaciones militares no pasan desapercibidas. A juicio de los analistas, las Fuerzas Militares y la Policía no se quedaron quietas durante la tregua de la guerrilla y afinaron su inteligencia y puntería para ubicar los objetivos militares en tres regiones fortines de las Farc.

Y mediante la ventaja militar que más teme la insurgencia. La misma que el Gobierno cesó durante un mes, pero reanudó tras la muerte de 10 militares en Cauca: los bombardeos a campamentos.

Para Ariel Ávila, coordinador de la Fundación Paz y Reconciliación, “las operaciones son muy planeadas y no se lograron en un día. Está claro que con estas se envía un mensaje a la guerrilla para que se mantenga en los diálogos y persuadirla de retaliaciones y atentados tras el fin de su tregua”.

Pero advierte que la estrategia de persuasión “es un arma de doble filo, porque ya en la recta final se negocia el fin del conflicto y la justicia transicional, y un ataque de alto impacto puede poner en riesgo el proceso de paz. Así como el ataque de las Farc en Cauca (10 militares muertos) y la posterior reacción militar acabaron la esperanza de tregua bilateral”.

El análisis de la organización International Crisis Group apunta a que, ante la reanudación de las hostilidades, las negociaciones Gobierno-Farc “enfrentan su crisis más seria. En lugar de crear más medidas para desescalar el conflicto de cara a un acuerdo final de paz, ahora hay nuevos riesgos de que se escale, causando nuevo daño humanitario, destruyendo la confianza entre las partes y debilitando aún más el apoyo público a este proceso”.

Según Jorge Restrepo, director del Centro de Análisis de Conflictos, “quedó demostrado que un cese el fuego bilateral por imposición de una de las partes, con la amenaza de violencia, es ineficaz”.

Sin resonancia en prensa

Pero es evidente que en una negociación planteada en medio del conflicto, la presión militar no busca que la guerrilla se levante de la mesa de conversaciones. De allí los mensajes conciliadores del presidente Santos, quien a pesar de justificar la legitimidad de los ataques a las Farc, pidió avanzar en el diálogo y “dejar de felicitarnos por muertes de guerrilleros”.

La prueba es el escaso despliegue mediático que el Gobierno y Mindefensa dieron a la muerte en combate del jefe guerrillero alias “Román Ruiz”. Ayer, el trino del Ejército publicado el lunes, que destacaba la “baja” fue eliminado. También se canceló una rueda de prensa en Bogotá con los altos mandos militares y el Ministerio de Defensa.

El día del golpe (lunes) habían ordenado a las autoridades locales no dar información para manejarlo “a nivel central”. Y ayer, sin tanto despliegue, hubo rueda de prensa en Medellín.

Casualmente, el negociador de las Farc, alias “Rodrigo Granda”, aseguró ayer desde La Habana que “de forma desafortunada, el presidente Santos se ufanó del bombardeo aéreo que masacró a 26 rebeldes”.