Colombia

Néstor Humberto Martínez, el fiscal que ya estaba ungido

La Corte Suprema de Justicia eligió al exsuperministro del presidente Santos. Expertos destacan su capacidad de consenso, pero les preocupa posibles impedimentos.

Politólogo de la Universidad Nacional, Periodista de la Universidad de Antioquia y maestrando en Gobierno de la Universidad de Medellín. Tratar de entender e interpretar el poder, un reto.

12 de julio de 2016

Tras una interinidad de 102 días y luego de dos votaciones fallidas, la Corte Suprema de Justicia eligió ayer casi por unanimidad a Néstor Humberto Martínez como fiscal general, con 17 votos. Sus contendores, el exministro Yesid Reyes y la exasesora del Alto Comisionado para la Paz Mónica Cifuentes, sumaron cuatro votos. Solo hubo un voto en blanco.

En la audiencia pública en la sala plena el pasado 9 de junio, Martínez recibió críticas por su idea de “descriminalizar la violencia intrafamiliar”. En ese mismo escenario propuso reestructurar la Fiscalía, trabajar de la mano de los fiscales, sistematizar la entidad en tres años, además de desarrollar un sistema penal acusatorio más eficiente.

“La Corte Suprema espera, como todo el país, que el fiscal nombrado cumpla con esa misión de carácter legal y constitucional”, señaló la presidenta de la Corte Suprema, Margarita Cabello. La magistrada agregó que Martínez maneja los temas de género y sabe a qué se enfrenta como fiscal.

¿Clave en el posconflicto?

Francisco Barbosa, doctor en Derecho público de la Universidad de Nantes (Francia), expresó que el principal reto de Martínez será el proceso de paz con las Farc, porque tendrá que tener en consideración la jurisdicción de paz y la manera cómo se establecerá el traslado de expedientes a este sistema transitorio.

Al respecto Wilson Alejandro Martínez, exvicefiscal general e investigador del grupo Derecho Penal de la Universidad del Rosario, afirmó que el nuevo fiscal tiene sobre sus hombros un peso histórico, porque tendrá que ayudar a la implementar los acuerdos de La Habana.

“De acá en adelante al que le van a pasar la cuenta de cobro es a él, y no al presidente. Una vez entrada en vigencia la ley 975 de 2005 de Justicia y Paz, fue a la Fiscalía a la que le pidieron y le piden cuentas de cuántas investigaciones, cuántas versiones libres, cuántos imputados, cuántas acusaciones, cuántas condenas realizó. Tendrá que responder por la justicia transicional, que es la pieza clave del posconflicto”, agregó Martínez.

Para Héctor Riveros, directos del Instituto de Pensamiento Liberal, la responsabilidad no es tal, pues no tiene mayor injerencia en el proceso, “porque si el acuerdo se firma tal y como está, la Fiscalía no cumple ningún papel; al contrario, pierde competencia sobre los delitos derivados del conflicto armado y pasan a ser competencia de la jurisdicción especial de paz. El papel de la Fiscalía será enviar los expedientes que tenga”.

Descongestionar procesos

Pese a los cuestionamientos por su cercanía profesional al poder económico del país, Riveros no duda que fue una buena decisión porque Martínez conoce el funcionamiento del Estado, y eso le va a facilitar administrar una entidad con cerca de 30.000 empleados y un presupuesto de 4 billones de pesos. “Él es un gerente. Si fuera solo un abogado eso le costaría mucho”, agregó Riveros.

Para Barbosa la elección de Martínez fue determinada, porque siempre fue el favorito, pero lo importante es que construya una organización desde el punto de vista de las pequeñas causas, para descongestionar la Fiscalía. “El exfiscal Montealegre se dedicó a temas gruesos, pero hay otros que no le han resuelto los problemas judiciales a la gente”.

Otro de los retos de fiscal, según Barbosa, es restablecer la confianza de todo el espectro político y las garantías a la oposición, pues el Centro Democrático se sintió afectado por el anterior fiscal. “Debe enviar un mensaje de que será el fiscal de todos los colombianos y que su objetivo será colaborar con los otros poderes y administrar justicia conforme con las competencias de su cargo”.

El exvicefiscal Martínez precisó que su principal reto es reducir los índices de congestionamiento judicial para que el ciudadano común crea de nuevo en la Fiscalía, “que está paquidérmica; para que los más de 2 millones de procesos que están estancados se muevan. También tiene como tarea judicializar los grandes crímenes del país, las bandas criminales y la corrupción”.

Germán Vargas, ganador

Desde el inicio, la candidatura de Martínez fue relacionada con el vicepresidente Germán Vargas Lleras. Incluso, al ser ternado se precipitó la renuncia de Mariana Lorena Gutiérrez, ministra de la Presidencia, quien se mostró en desacuerdo con la decisión.

Según Sandra Borda Guzmán, decana Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la elección de ayer dejó claro el poder que tiene Vargas, pues desde el momento en que se formuló la terna quedó claro que el pulso era entre el liberalismo tradicional, que acompañó a Reyes, y Cambio Radical y el poder del vicepresidente.

“Cuando Montealegre se postuló no tenía el tipo de vínculos que tiene Martínez con la clase política tradicional. Si la aspiración era que fuera menos dependiente, eso no va a pasar. Lo que vamos a ver es una Fiscalía mucho más arrodillada a los intereses de la clase política”, dijo Borda.

Jorge Iván Cuervo, del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales de la Universidad Externado, calificó la escogencia de la Corte Suprema como un triunfo de Vargas.

“Si eso es así se trata de una concentración de poder. En el escenario de que Vargas sea presidente en el 2018, tendrá un fiscal muy cercano. Martínez y Alfonso Valdivieso fueron cofundadores de Cambio Radical, como disidencia del Partido Liberal”, recordó Cuervo. No obstante, señaló que eso no quita que sea un jurista competente y que tuvo buen desempeño como superintendente y ministro.

¿Tiene impedimentos?

A Borda la preocupa que la amplia trayectoria de Martínez en el sector privado lo puede llevar a declararse impedido en casos donde las investigaciones de la Fiscalía toquen fibras de sus anteriores clientes.

Cuervo afirmó que el nuevo fiscal tiene que definir rápidamente los impedimentos que tendría, si quiere que su mandato no se vea enredado, como le ocurrió a Montealegre.

Juan Antonio Zornoza, docente de Ciencia Política de la Universidad Nacional, calificó la elección de Martínez como una tragedia anunciada, que demuestra que las instituciones más importantes sigue cooptadas por la clase política.

“Resulta evidente que no es una persona independiente y que actúa con móviles orientados hacia el interés particular; de las grandes corporaciones y de los grandes terratenientes. Era deseable la independencia de Yesid Reyes, un hombre probo, un verdadero jurista, pero eso no sirvió. Es el designado del presidente y de su equipo de congresistas y magistrados de bolsillo”, concluyó Zornoza.

Contrario a lo que piensan los académicos citados, el exvicefiscal Martínez dijo que fue una decisión política, como lo es en todas las democracias maduras. Puso el ejemplo de Estados Unidos, donde el jefe del Departamento de Justicia depende del presidente, y no se independiza cuando es elegido.

Agregó que Martínez poco o nada tendrá que declararse impedido. Esto debido a que las funciones que tiene hoy el Fiscal, luego de Acto Legislativo 06 de 2011 que impulsó la entonces fiscal Viviane Morales, que permitió delegar funciones al vicefiscal y en el delegado ante la Corte, se profundizó con la reestructuración que realizó Montealegre.

“Poco tiene que ver con las funciones misionales de la Fiscalía. El fiscal no adelanta procesos, no da audiencias, no controla investigaciones. Esas actividades recaen sobre el vicefiscal general. Las del Fiscal son más de tipo gerencial, y por eso no hay problema en que no sea penalista”.

¿Quién será el vicefiscal?

El nuevo “vice”, que será elegido por Martínez de manera discrecional, es quien tendrá la responsabilidad de empujar las investigaciones que adelanta la Corte Suprema sobre parapolítica, además de las que están relacionada con los exfuncionarios del gobierno del expresidente Álvaro Uribe.

“Va a jugar lo político. El que tenga ascendencia en la Corte Suprema, que sea bien recibido en el Congreso y que no genere resistencia en el Gobierno. Además, el vicefiscal tendrá que ser un penalista”, afirmó el exvicefiscal.

Aunque no se atreven a dar muchos nombre sobre posibles candidatos, varios de los expertos consultados coinciden en que la candidata más firme sería Mónica Cifuentes, quien incluso pensó en retirarse del proceso de elección para aguardar ese cargo.

Concurso: en entredicho

Para el penalista Martínez, el concurso fue desafortunado y no envió un buen mensaje, pese a que el presidente trató de revestirlo de transparencia. “De nada sirve hacer una convocatoria pública si al final el se reserva el derecho de escoger el que le guste. Entonces que no pida hoja de vida”.

Por su parte Borda dijo que si el proceso buscaba hacer énfasis en la meritocracia, se terminó con el mismo resultado si no se hubiese hecho una convocatoria grande. “Ganó el lobby político y no los méritos, pues eran mayores los de Reyes en derecho penal”.

El próximo 21 de julio la Sala Plena deberá confirmar la elección, con la presentación de documentos oficiales. Luego será la posesión ante el presidente Santos.