Colombia

Un año de la Operación Perseo en El Plateado, Cauca: sigue bajo fuego y terror

Aunque el Gobierno hace presencia militar, las disidencias se disputan este territorio olvidado históricamente por el Estado.

Periodista y politólogo de la Universidad Javeriana de Bogotá. Máster en audio digital y pódcast del Centro de Estudios Superiores Barreira en España. He desempeñado distintos roles en Colmundo Radio, El Tiempo y Noticias RCN. En EL COLOMBIANO cubro al presidente Gustavo Petro y hago investigaciones periodísticas. Cocinero aficionado, melómano y cinéfilo.

12 de octubre de 2025

Hace exactamente un año, el 12 de octubre de 2024, el presidente Gustavo Petro hacía un estruendoso anuncio: “Por orden del presidente de la República y después de más de 5 años de dominio sobre el Plateado del EMC, que convirtió la región en una bolsa internacional de la cocaína, entra el Ejército de la Patria, de Bolívar, Nariño y Santander al plateado (sic). Hoy El Plateado es Colombia”, dijo el mandatario en la red social X el 12 de octubre de 2024.

Finalizó con una promesa: “A todos los campesinos del cañón del Micay, se les entregará, después de la acción militar, el poder en la región, semillas de producción lícita y atención social del Estado”.

Pasado un año, ¿qué ha sucedido en ese territorio azotado por el conflicto armado? ¿Realmente hay resultados para celebrar?

La respuesta a que el balance es negativo, con matices. Pero para exfuncionarios como el exministro de Defensa, Iván Velásquez, la mirada sobre la Operación Perseo es positiva.

Este domingo, el ahora embajador de Colombia ante la Santa Sede, dijo: “Hace un año, con el Ejército a la cabeza, ingresó la Fuerza Pública al casco urbano de El Plateado (Argelia, Cauca), un territorio que hacía más de una década se hallaba en poder de grupos armados ilegales. Fue una demostración del profesionalismo, la preparación y el respeto a los derechos humanos de las Fuerzas Militares”.

“Gratitud y felicitaciones a quienes hicieron posible esta importante victoria militar, que tiene que consolidarse como una victoria social, profundizando la transformación del territorio”, concluyó.

El alcalde de Argelia, Osman Guaca, dijo en las últimas horas que la población civil ve confianza institucional, pero que “transformar esta región no obedece a una sola estrategia (...) De a poco se va avanzando, insistimos que los anuncios de inversión social empiecen a materializarse”, dijo en Noticias Caracol.

El alcalde pidió empezar los proyectos que les prometieron: “No solo el papel (...) eso nos preocupa aunque la voluntad del Gobierno sea buena”.

Pero en este año, 86 militares han sido secuestrados por disidencias que instrumentalizan a la población civil.

El Plateado, que es más exactamente un corregimiento del municipio de Argelia, tiene más de 8.000 habitantes, pero su nombre se asocia ahora a las disidencias de las Farc, aunque históricamente han hecho presencia las guerrillas.

Desde allí, estos grupos controlan varias de sus operaciones criminales, pues conecta al departamento con el Pacífico, siendo uno de los corredores de droga que alimenta la cadena de producción desde los ‘raspachines’ de hoja de coca, los laboratorios y los enlaces humanos de los carteles.

A esa zona, entonces, llegaron la mayoría de miembros del gabinete con chaleco y casco. Todos ellos recorriendo las casas, escoltados por decenas de militares y, como en campaña política, saludaron a cada habitante con una sonrisa y promesas. Se tomaron hasta selfies. Regresaron a Bogotá con fotos heroicas.

Pero un año después, según los hechos, las disidencias siguen en disputa territorial y los resultados de las operaciones están atados al fracaso de la política de paz total. Por eso, no solo en esa región, el Ejecutivo se concentra en la incautación más que en atacar las causas estructurales del conflicto y atender otras del día a día.

“Acá en el Cauca, lo que es El Plateado, el sur, solamente hay cultivos de coca, no hay cultivos de ‘pancoger’. Por eso nos parece muy difícil lo que propone Petro; esa compra debe ser a corto plazo porque deben sustituir esos cultivos con otros”, dijo hace unos meses Gildawer Otela, un líder campesino del Cauca, a EL COLOMBIANO, refiriéndose a otra propuesta del presidente Petro, la compra de hoja de coca por parte del Gobierno, que es difícil de materializar.

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Otela explica que el Ejecutivo ha hecho varias promesas en ese territorio que involucran a carteras y oficinas estatales. Algunas han tenido más avances que otras, como la entrega de 300 computadores por parte del Ministerio TIC a instituciones educativas. También los programas de entrega de semillas para cultivos de uso lícito.

Pero nada de eso impacta, según expertos, si no se ataca el origen del problema que es la presencia y control de los grupos armados que se disputan el poder de la región.

Por eso, lo que sucede en El Plateado es el espejo de la cuestionada política de paz total del Gobierno, que intenta avanzar en diálogos con los criminales y acude a ideas como los “gestores de paz” sin que eso se traduzca necesariamente en resultados para el territorio.

Este diario conversó con Jorge Mantilla, experto en asuntos de paz y doctor en criminología, ley y justicia de la Universidad de Illinois (Chicago), quien considera que “la paz total quedó en una paz chiquita (sic), con mesas de paz por todo el país en las que se negocia con quien se pueda donde se pueda y tenga la caridad de ayudar al Gobierno a mostrar algún resultado, no importa cuál”.

Aun así, desde las Fuerzas Armadas crearon la “Operación Perseo” para enfrentar militarmente lo que sucede en el Cauca. El balance se concentra en la incautación de sustancias psicoactivas, pero su impacto tampoco resuelve o reduce los efectos del conflicto armado sobre la población.

Parece que la visita del gabinete a El Plateado sirvió como propaganda gubernamental, pero no como una solución real y a corto de plazo para enfrentar la violencia que azota hace décadas a esos territorios.