Paz y derechos humanos

Disidencias firmaron acuerdo criminal de no agresión en Tumaco

Militares aseveran que la tranquilidad que vive la región es por las operaciones que se adelantan.

Amo el periodismo, y más si se hace a pie. Me encantan los perros, y me dejo envolver por una buena historia. Egresado de la Universidad de Antioquia.

01 de junio de 2019

Un pacto entre los grupos disidentes de las Farc, Oliver Sinisterra y Guerrillas Unidas del Pacífico, habría llevado a que los habitantes de los barrios que vivían hasta hace cinco meses bajo el fuego de estas estructuras ilegales, tengan un respiro en medio de la guerra.

Esta tregua, tan frágil como el papel en el que se firmó el pasado 13 de diciembre, contó con la presencia de 40 líderes de estas comunidades que sirvieron como garantes y que hoy reclaman presencia estatal para solucionar los problemas sociales de educación, salud y otros; además, estuvo presente el sacerdote Arnulfo Mina, quien expresó a EL COLOMBIANO que fue contactado por los mismos actores de ese conflicto para ejercer el papel de mediador.

“El año pasado estaban enfrentadas las disidencias y hubo varios frentes donde cada uno tenía su líder. Se enfrentaban en cualquier momento y hubo muchos muertos. Ellos me buscaron porque tenían mucha desconfianza de otros mediadores”, explicó el presbítero católico.

El párroco de la iglesia de Las Mercedes enfatizó en que las comunidades de los barrios más vulnerables ahora viven una tranquilidad que hace tiempo no tenían, pero hizo un llamado a que desde distintos sectores de la sociedad, especialmente desde el Gobierno “les ofrezcan soluciones a esos muchachos. Ellos están ahí pero no les dan oportunidades de proyectos productivos para realizar sus aspiraciones”, y enfatizó en que la tregua puede romperse en cualquier momento, sumiendo las comunidades en una nueva guerra sin cuartel.

Aunque la situación es fruto de un pacto entre delincuentes, Jorge Hoyos, general del Ejército y comandante de la Fuerza de Tarea Hércules, la atribuye a la operatividad de las tropas que dirige, complementados con planes de seguridad de la Policía y al Armada Nacional.

Lo que dice el documento

EL COLOMBIANO tuvo acceso al documento firmado por los cabecillas de las dos disidencias que se identificaron como Camilo, Montoya y Estiven, y en este se registró lo siguiente: “no más muertes entre los grupos ni agresiones entre los mismos, extorsiones, bacunas y voleteos a la comunidad (sic), ni homicidios entre la sociedad civil”. (Ver facsímil).

En la misiva reseñaron que acatarán las órdenes de los mandos superiores, que no “tolerarán viciosos”, y que aquel que incumpla lo pactado pagará con su muerte.

Luis Alfredo Vásquez, presidente de Asojuntas, estuvo como garante el día en el que se firmó el pacto. El dirigente social recuerda que hubo mucho júbilo, los que antes se consideraban enemigos en el mismo barrio se abrazaron en un convenio que, dice él, aún se mantiene en Tumaco.

“Ahora la gente puede ir y venir a visitar a sus familiares; los homicidios, que eran muchos, mermaron en un 50 por ciento”, reconoce Vásquez, y si en algo puede tener razón el líder comunal es en la disminución de estas muertes violentas porque según Medicina Legal, en el primer trimestre de 2018 Tumaco tuvo 64 homicidios, y en los tres primeros meses de 2019 van 46.

La operatividad es la clave

El alto mando militar dijo que actualmente se desarrolla en ese municipio la operación “Anaconda”, con la que se pretende asfixiar estas estructuras ilegales y sus economías ilícitas que incluyen las plantaciones de coca, los laboratorios y los cristalizaderos de la pasta base de cocaína.

“Empezamos a dar lo que llamamos la sensación de seguridad, donde Tumaco era una región en la que la gente no salía a partir de las 6:00 p.m., se iba a dormir temprano y esperaba amanecer vivo. Hoy en día trabajamos en un programa llamado Tumaco Seguro donde tenemos componentes de Armada, Ejército y Policía, atacando las fronteras invisibles”, expresó Hoyos.

Dice el general que los 9.800 hombres de la fuerza de tarea que dirige han dado golpes tan contundentes a las estructuras armadas ilegales, que esto los llevó a hacer este tipo de pactos. “Entre ellos se ponen de acuerdo y dicen: ‘esto se nos complicó, llegaron las Fuerzas Militares y de Policía de la región y lo que nos están es cerrando las vías de acceso y asfixiándonos. Pongámonos de acuerdo y desaparezcamos’, puede ser un acuerdo a ese nivel”, aseveró.

Divergente a la posición de las autoridades militares, el analista del conflicto armado, Juan Carlos Ortega, no ve tan lejana la posibilidad de que este pacto que se da entre disidentes, haya llevado una tensa calma a este municipio, además, es el primero que se da de este tipo en Colombia. “Eso ha ocurrido en otras zonas. Lo que se debe tener en cuenta es que más allá de la operatividad, se debe reforzar la seguridad para cuando se rompa, porque por lo general agudiza la confrontación”, dijo Ortega.

Con tregua o no, habitantes de Tumaco aseveran vivir una paz que no tenían hace tiempo, y solo piden que esos aires de tranquilidad no los abandone en pocos días.