¿Es la Fuerza Pública actual más corruptible?
Entre enero y el 1 de diciembre de 2017, la Policía estuvo involucrada en el 77 % de los actos de corrupción
de las fuerzas armadas.
Periodista. Magíster en Comunicación de la Defensa y los Conflictos Armados de la Universidad Complutense de Madrid
Finalizando el 2017 el país conoció varios casos en los que integrantes de la Fuerza Pública resultaron capturados y judicializados por tener presuntos nexos con organizaciones criminales, haber cometido algún tipo de delito o un acto de corrupción.
Según cifras del Ministerio de Defensa, desde enero hasta el primero de diciembre de 2017, 714 integrantes del Ejército, Armada y la Policía habían sido capturados por diferentes delitos.
En la Policía uno de los casos más sonados tuvo que ver con las capturas de varios de sus integrantes en Manizales, incluida una coronel, excomandante del Gaula de Caldas, por el secuestro, tortura y muerte de un comerciante en enero de 2011, así como también el de varios patrulleros detenidos en Medellín por estar presuntamente involucrados con el zar de la marihuana. Así mismo ocurrió con las otras fuerzas en las que también hubo hechos que opacaron su imagen (ver recuadros).
El ministro Luis Carlos Villegas, informó que entre 2016 y el primero de diciembre de 2017, han sido capturados 1.160 funcionarios de la Policía Nacional y solo el año pasado, 551. “El 54 por ciento de esos casos fueron por concierto para delinquir; otro 11 por ciento por hurto de bienes públicos y de particulares; un 10 por ciento por hechos de concusión y cohecho, y un 14 por ciento por situaciones de violencia familiar y homicidio”, señaló.
Sobre las Fuerzas Militares, el jefe de cartera aseguró que 163 de sus integrantes fueron destituidos por diferentes delitos, como corrupción.
¿Qué está pasando?
El por qué muchos integrantes de la Fuerza Pública se ven tentados de traicionar su uniforme y contaminarse con las redes ilegales es una pregunta que pareciera tener una respuesta obvia: dinero.
Esa es la conclusión a la que llegan varios analistas consultados por este diario, quienes ven la capacidad económica del crimen organizado como una manera de contaminar a las instituciones, aunque concuerdan en que la Fuerza Pública de hoy no es más corrupta que la de hace varias décadas.
Jeremy McDermott, director ejecutivo y cofundador de InSight Crime, asegura que hoy en día la mafia colombiana y el crimen organizado transnacional, “no quieren usar la violencia como se hizo en otras épocas, hoy en día es más plata que plomo, y han aprendido que con hechos violentos se atrae la atención de las autoridades y eso no es bueno para el negocio”.
Explica que como ahora no es el principal camino, “obviamente la plata es más importante, y la corrupción siempre ha sido la principal arma del crimen organizado. Por eso hay ejemplos de corrupción claros, y para mi no es tan sorprendente que ocurra en la Fuerza Pública, sí en la rama judicial. El dinero ilegal que circula ahora puede tentar a oficiales y funcionarios de cualquier nivel”.
Un experto en seguridad y defensa, quien prefirió no divulgar su nombre, asegura que las circunstancias actuales en la fuerza Pública, “especialmente en la Policía, las hacen vulnerables y se da una opción de corrupción grande al no tener una carrera normatizada y estabilizada que pueda determinar a un integrante de la institución cuál va a ser su futuro inmediato. Esto abre el campo para que la gran cantidad de dinero que mueve el narcotráfico pueda penetrar a las autoridades”.
Agrega que el Ministerio de Defensa está en deuda con los colombianos. “Yo creo que se requiere de un pronunciamiento de los altos mandos sobre todos los casos que se han denunciado de corrupción, no puede ser que solo se anuncien investigaciones”.
Al igual que McDermott, cree que la actual Fuerza Pública es más transparente que la de hace algunos años.
El coronel (r) Luis Enrique Larrota, del Colegio de Coroneles Retirados de la Policía, asegura que hay que tener en la cuenta que se habla de instituciones con miles de integrantes y que, en esa medida, las cifras de corrupción son bajas. Sin embargo, reconoce que ante tanta normatividad y poco control, los hechos de corrupción, seguirán apareciendo.
“En otras épocas las unidades siempre estuvieron más cercanas y eso facilitaba el control, ahora hay muchas dependencias y mucho personal. Los actores que generan la corrupción no van a desaparecer, la evolución depende de las instituciones oficiales”, aseguró el oficial en retiro.