Paz y derechos humanos

Ventajas y desventajas de lidiar con dos mesas de paz a la vez

Guerrillas podrían actuar en equipo para lograr objetivos, pero también para aceptar acuerdos.

Periodista especializado en temas de crimen organizado, terrorismo y conflicto armado. Creador del podcast Revelaciones del Bajo Mundo. También soy escritor y dramaturgo, autor de las obras teatrales “La Trilogía del Mal” y “Estallido”.

12 de abril de 2016

La búsqueda del fin del conflicto con las guerrillas ha llevado al Gobierno a establecer dos negociaciones paralelas con las Farc y el Eln, hecho que incrementa las expectativas por las ventajas y desventajas que esta metodología pueda traer.

El ex Alto Comisionado para la Paz, Camilo Gómez, recuerda que algo parecido se intentó entre 1991 y 1992, con los diálogos de Caracas y Tlaxcala, “y fue muy difícil”.

En aquellos tiempos, los movimientos insurgentes estaban agrupados en la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, incluyendo al Eln y las Farc, pero las conversaciones no llegaron a buen puerto y se disolvieron.

Jaime Jaramillo Panesso, exmiembro de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, cree que Juan Manuel Santos ha tomado una mala decisión.

“Mientras negociaba con las Farc, el Estado debió haber reducido militarmente al Eln para forzarlo a rendirse, pero le dio largas al asunto y le permitió fortalecerse, por lo que será un hueso duro de roer en la mesa”, comentó.

Agendas distintas, presión por los tiempos, la defensa de los intereses de la sociedad y las coordinaciones entre una y otra mesa, serán los factores que determinarán si estos grupos subversivos le hacen “cargamontón” al Gobierno, o si este logra matar dos pájaros de un solo tiro