Colombia

“Plan pistola”, una vieja y cobarde estrategia ilegal

En menos de una semana cuatro policías murieron por este tipo de acción, utilizada por los ilegales desde la época del Cartel de Medellín.

Periodista. Magíster en Comunicación de la Defensa y los Conflictos Armados de la Universidad Complutense de Madrid

22 de febrero de 2019

El Gobierno Nacional aceptó que la muerte de los cuatro policías (dos en Arauca y dos en Nariño) obedece a un “plan pistola” que adelanta la guerrilla del Eln en algunas de las regiones donde se encuentra esa organización insurgente.

Tanto el presidente Iván Duque, como el ministro de Defensa, Guillermo Botero, confirmaron que los hechos en los que perdieron la vida los agentes, se trata de una práctica que utilizan los grupos armados ilegales, incluso desde la época del Cartel de Medellín, para atacar a la Policía Nacional.

“Ellos saben que están, en este momento, bajo el acecho de las autoridades y que esos actos serán siempre castigados”, dijo Duque, mientras que el jefe de la cartera de defensa aseguró que “este plan pistola es una retaliación por el levantamiento de las conversaciones con esa guerrilla en La Habana, Cuba”.

El modo en que ocurrieron los hechos, tanto en Arauca como en Nariño, fue similar: los policías fueron atacados en modalidad de sicariato y mientras se encontraban con la guardia abajo, además se trató, como lo dijo la misma institución, de funcionarios que no hacen parte de grupos que se encargan del combate directo a las estructuras armadas ilegales como el Eln, ya que en el caso de Arauca eran de la seccional Fiscal y Aduanera y los de Nariño eran de vigilancia y control.

El general en retiro Luis Ernesto Gilibert, quien fue director de la Policía Nacional, recuerda que lo que se denominó como “plan pistola” es un acto delincuencial que viene desde la guerra con el Cartel de Medellín y el ofrecimiento de Pablo Escobar de una recompensa para quienes asesinaran a un policía. A partir de ahí, otras organizaciones armadas ilegales fueron utilizando estrategias similares.

“Es una acción muy rápida y de sorpresa y las personas que la cometen no es que tengan una infraestructura de sicarios, simplemente reciben el precio que le ponen al policía y cometen el delito. Pablo Escobar daba dinero a cualquier sicario, no tenía que ser de su organización. Ahora, por ejemplo, el Eln les ordena a sus milicianos que cometan esos homicidios”, explica el oficial.

Para Gilibert, este tipo de acciones son “un acto de cobardía porque es aprovecharse de la situación de descuido o de ocupación que pueda tener la víctima y así lo atacan, además casi siempre es contra funcionarios que están prestando servicio diferente”.

El Clan del Golfo también

El Clan del Golfo es otro de los grupos armados organizados que también ha efectuado, en diferentes oportunidades, el denominado “plan pistola” contra la Policía Nacional en respuesta a operativos de esa institución que han terminado con la muerte o captura de sus cabecillas.

El 22 de marzo de 2016, tras la muerte de Jairo Durango, alias Guagua, el “Clan” decretó “plan pistola” desde ese mismo día hasta el primero de abril, y entre ese espacio de tiempo murieron seis policías y dos militares. También en 2017, entre los días 14 y 29 de noviembre, luego de un operativo fallido contra Aristides Meza, alias El Indio, fueron asesinados seis policías. El último “plan pistola” del Clan del Golfo se dio entre el 2 y 29 de mayo de 2017 por la muerte de Uldar Cardona , conocido con el alias de Pablito; murieron 10 uniformados.

Para el investigador del conflicto armado y profesor de Eafit, Gustavo Duncan, el efecto que buscan los grupos armados ilegales con este tipo de estrategias es atacar directamente al Estado y el mensaje se envía justo en los sitios que ellos pretenden controlar.

“La idea es asegurar el control de las zonas y el plan pistola es una acción muy utilizada por los ilegales para enviar un mensaje al Gobierno y a la institución que atacan. Durante la época de Escobar, que es cuando se empezó hablar de esto, fueron asesinados unos 500 policías en Medellín. Antes era por millonarias recompensas de Escobar, ahora es por una orden directa de quienes comandan esas estructuras”, explica el docente.