“El presidente Gustavo Petro tiene un liderazgo que es tóxico para el país”: representante Hernán Cadavid
El congresista del Centro Democrático aseguró que el Jefe de Estado desafía la separación de poderes y no escucha a opositores. Entrevista.
Cadavid señaló que el presidente Petro intenta presionar al Congreso y a la Rama Judicial con sus convocatorias a marchas.
FOTO CAMILO SUÁREZ
Periodista, apasionado por la historia, la geopolítica y los documentales. Hago preguntas desde que tengo uso de razón. Egresado de la Universidad Eafit.
Uno de los congresistas que más ha sobresalido en el Centro Democrático por su labor de control político al gobierno de Gustavo Petro ha sido el representante Hernán Cadavid, quien ha impulsado demandas como la que hoy está en estudio en el Consejo de Estado, que busca tumbar el decreto con el que la Casa de Nariño liberó a integrantes de la ‘Primera Línea’.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Cadavid planteó que el Congreso hoy está relegado a la agenda que impone el Gobierno, lo que según él ha desatado una saturación de proyectos reformistas que considera que afectan el trámite de otras iniciativas legislativas.
Además, aseguró que el Jefe de Estado no se siente cómodo gobernando porque cree que sigue con una mentalidad de opositor, que considera contraproducente para el país. También puso en tela de juicio la veracidad de la independencia decantada por el Partido Conservador y La U.
Usted ha sobresalido entre la oposición por las demandas y el control que le hace el Gobierno, ¿qué lo motiva a hacerlo?
“Uno desde la oposición no puede limitarse al micrófono del Congreso, hay otros instrumentos por utilizar. El país en este momento de desafío tiene que activar la institucionalidad. Eso implica una buena función del Congreso y una buena función de la Rama Judicial, pero ella no actúa de oficio, hay que activarla y eso implica presentar demandas cuando corresponda, por ejemplo, cuando consideramos que el presidente abusa del poder al otorgarle beneficios de libertad a miembros de la Primera Línea”.
¿Y cuál es su percepción de este Congreso que legisla con un gobierno de izquierda al mando?
“Es un Congreso que ha perdido mucha capacidad técnica, sin que antes fuera la joya de exposición de debate. Con la entrada de esas nuevas formas que muchos llaman ‘alternativas’, yo diría más activistas, se ha perdido la concentración del debate sobre temas puntuales. Eso se termina reflejando en un Congreso que ha perdido el debate serio. Hay nombres buenos, los hay en todos lados, pero uno sí percibe eso”.
¿Siente que el Presidente intenta presionar al Congreso con su convocatoria a marchar?
“Sí. Lo que pasa es que Petro es un presidente con mente de opositor, él no se siente cómodo gobernando. Petro es un liderazgo tóxico para el país, un liderazgo correcto convoca, equilibra, escucha, pero él tiene un liderazgo tóxico al decir: o es conmigo o es contra mí. Y ese contra mí plantea un desafío a las instituciones y en particular a la figura del Congreso y a la Rama Judicial. Tan es así que la Corte Suprema de Justicia tuvo que salir a contestarle en tiempo récord por asegurar que era el jefe del fiscal general de la Nación, la Corte entendió el riesgo que hay ahí”.
Uno de los temas que usted más cuestiona es la paz total, ¿qué reparos tiene al respecto?
“Hoy nadie sabe qué es la paz total. Es un eslogan dentro del que van un montón de grupos y factores, pero nadie sabe ni metodología ni rutas jurídicas. Hoy en el Congreso no se ha avanzado la ley de sometimiento, que es el mayor instrumento para las bandas criminales. No hay ni instrumento jurídico, ni organización y el Gobierno creo que va a perder control sobre ese barco, porque no tiene como manejar todos esos intereses con ilegales al mismo tiempo”.
¿Cree que eso ha pesado en el torpedeado trámite de las reformas sociales del Gobierno?
“Sí. A mí una de las cosas que me extraña es que el presidente Gustavo Petro proceda como lo está haciendo aunque tiene nombres que conocen muy bien el funcionamiento del Congreso como Luis Fernando Velasco, Mauricio Lizcano o Roy Barreras, que ya salió. El Gobierno comete un error al soltar todas las reformas a la misma vez, eso lo que hizo fue encarecerle el Congreso. En términos prácticos, cuando los partidos son netamente transaccionales, como ocurrió, lo que termina sucediendo es como una ley de oferta y demanda: el Gobierno necesita mucho de los partidos, ellos dicen que valen mucho”.
¿O sea que usted cree que los partidos tradicionales le pueden poner la agenda al Gobierno?
“Solo hay que mirar el comportamiento del Congreso y de las reformas en las últimas semanas. Los protagonistas son los directores del Conservador, Efraín Cepeda, y de La U, Dilian Francisca Toro. Ambos se declararon en independencia y todo el tiempo estuvieron poniéndole agenda al Gobierno. ¿Por qué? Porque en la Casa de Nariño decidieron tramitar todas las reformas a la misma vez, no hemos salido de la de salud y ya están encima la laboral y pensional”.
¿Cree que esa saturación con las reformas afecta los otros proyectos de congresistas?
“Claro. El Congreso hoy se está moviendo solo bajo la inercia de la iniciativa del Gobierno. Todas las iniciativas legislativas de nosotros los congresistas, están prácticamente muertas, porque todo está en función de la agenda de las reformas de Petro”.
Algunos sectores del Congreso no creen en esa independencia de conservadores y La U, ¿usted también duda de ellos?
“Creo que hay algunos escasos matices de independencia dentro de esos partidos, pero hoy las cuentas indican que ellos siguen siendo partidos de gobierno, solo que son calculadores. Están tratando de quedar bien con el Gobierno y, a la vez, piensan en las urnas. Al Gobierno le dicen: yo estoy en la capacidad de salvarle sus reformas, y a los electores les dicen: yo modero las reformas del Gobierno”.
¿Y qué cuestiona de la gestión que ha hecho el alto comisionado para la paz, Danilo Rueda?
“Él ha sido una figura lesiva para la paz total. No es un hombre que trabaje con neutralidad frente a grupos armados al margen de la ley, sino que sus antecedentes lo han ubicado con una gran cercanía con ellos. No estoy diciendo que él sea parte de un grupo ilegal, pero él no es capaz de confrontar o controlar los desajustes por parte de esos grupos. De una manera puntual, ha fungido casi como vocero de alias Iván Márquez. Además, tiene actuaciones ocultas y le cuestiono la mala utilización de la figura de gestores de paz para beneficiar a personas que hacen parte de la delincuencia común”.
¿Cuáles proyectos de ley impulsa desde su curul?
“Uno de los más claves es el de protección a los usuarios del transporte aéreo. También estamos impulsando otro para eliminar las contralorías territoriales“.
¿Y qué motiva esa intención de eliminarlas?
“Solo hay que ver lo que sucede en Medellín y Antioquia, es vergonzoso, respetando a los funcionarios de carrera y a los que hacen bien su trabajo. Estas contralorías se han convertido en una trinchera para atacar adversarios políticos y en una plataforma para presionar beneficios políticos a alcaldes y a otras personas“.
¿O sea que cree que se volvieron fortines políticos?
“Sí. Las contralorías tienen dueño político y mientras eso funcione así, pues el control fiscal está perdido”.