Salud

Si alguien cercano tiene alzhéimer, estas ideas pueden ayudar

La enfermedad no se irá, pero hay actividades que permiten mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.

Una vez me dijeron que era un buen conversador y me lo creí (para bien o para mal). Me gusta hablar de política, astronomía, teatro y superhéroes.

03 de abril de 2019

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa en la que las neuronas van muriendo con mayor rapidez de lo normal, empezando a atrofiar algunas partes del cerebro. A medida que aumenta trae consigo la pérdida de algunas funciones cognitivas y físicas como la memoria o el control de esfínteres, en su estado más avanzado.

Por lo general está presente en personas mayores de 65 años, aunque algunos expertos como Santiago Restrepo, doctor en Neurociencia e investigador de la Corporación Universitaria Americana, afirman que se pueden presentar casos desde edades tempranas como los 30, o incluso antes.

Si bien hasta el momento incurable, sí existen cosas que se pueden hacer para mejorar las condiciones de vida no solo de las personas que la padecen sino de sus cuidadores, en cada una de las etapas, que son tres: leve, moderada y final.

Desentrañando ideas

Según Mónica Galeano, directora de la corporación Cuídame, dedicada al acompañamiento a personas con alzhéimer, en la primera fase es imperceptible para quien la padece, y con el paso del tiempo solo quienes lo rodean notan que empiezan a olvidar cosas o a tener cambios conductuales muy leves, como olvidar algo que acabó de hacer.

En este punto es necesario visitar al médico para que realice el diagnóstico adecuado, pues se podría confundir con otras afectaciones como la demencia senil, que “puede tener síntomas parecidos, pero se diferencian en la causa. Ambas enfermedades son demencias, pero su diagnóstico y tratamiento pueden ser distintos”, comenta Restrepo.

En este primer grado pueden desenvolverse de manera independiente y la experta recomienda “hacer lo que deberían realizar en cualquier etapa de su vida: crucigramas, sopas de letras y ejercicios de cálculos matemáticos (los números son importantísimos para ejercitar la memoria), actividad física y escuchar música”, manifiesta Galeano, quien agrega que desde este primer momento es necesario el acompañamiento psicológico.

Paso a paso

El diagnóstico es quizá el momento más difícil, aún se es consciente de lo que sucede a su alrededor y de qué va a pasar, esto puede inducir a cuadros de depresión. “Es de gran carga emocional tanto para el paciente como para la familia. Es una enfermedad que no tiene cura y en su fase terminal lleva a la muerte. Siempre debe darse un tratamiento neurológico y psicológico para los cuidadores y para el enfermo, un trabajo integrado”, expresa Restrepo.

La segunda etapa es la moderada y la más prolongada, unos 10 años incluso. A medida avanza requiere un mayor cuidado porque se va teniendo una mayor dificultad para realizar tareas, se empiezan a olvidar los hechos. Primero lo más reciente y al final solo recuerdan cosas de su niñez.

En este momento y hasta el final, según Galeano, es importante hacer con ellos actividades en varias áreas como la estimulación cognitiva con cálculos matemáticos, juegos de memoria, percepción, atención, lenguaje o incluso visitar lugares que fueron importantes en la vida de esa persona.

Otro de las posibilidades es la orientación a la realidad, manteniéndolo con conocimiento de sí mismo, pedirle que diga su nombre, los de familiares y amigos, jugar y recordar fechas con calendarios o relojes.

Realizar además ejercicios de fisioterapia con las manos, los pies, la cadera y en general todo el cuerpo, en tanto permite, según la experta, dormir mejor, mantener un buen estado de ánimo, mejorar la salud, los reflejos y el equilibrio.

“La forma de caminar de ellos cambia y es importante estimular la parte física, si se tiran a una cama el deterioro es más rápido. En esos casos de reposo siempre en cama es donde empiezan las infecciones urinarias y respiratorias que son la principal causa de muerte en personas con alzhéimer”.

La fase final es cuando el cuerpo ya deja de responder. Lo que recomienda la profesional es tener toda la información a la mano y estar muy pendiente y en contacto con el médico que esté llevando al paciente, en especial para los casos de emergencia que se presentarán