Salud

Las bacterias, un enemigo al acecho en las UCI

Protocolos claros en el manejo de los pacientes y en la asepsia de las UCI son fundamentales.

26 de enero de 2017

El uso racional de antibióticos en los pacientes de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), hacer rondas frecuentes y mantener total asepsia son algunas de las medidas que se aplican en estas áreas de clínicas y hospitales con el fin de evitar la adquisición de bacterias e infecciones que empeoren la salud de esas personas.

Tal es el caso de la UCI de la Clínica Las Américas, donde esa labor ha mantenido unos niveles altos de salubridad con estándares internacionales, informó Vladimir Alejandro Gil Valencia, médico anestesiólogo y Coordinador de la UCI y la UCE de ese centro asistencial.

“Se necesita un grupo especial que es el encargado de aplicar las estrategias múltiples para el control de las infecciones”, añadió el también especialista en medicina crítica y cuidado intensivo.

Juan José Vélez Cadavid, jefe de la UCI del Hospital General Luz Castro de Gutiérrez (HGM) anotó que allí se parte de la premisa de que en las UCI los pacientes no tienen por qué infectarse.

“Por los cuidados que nosotros tenemos, ellos no deberían adquirir ninguna infección del Hospital durante su estancia”, afirma.

Para lograrlo, en esta Empresa Social del Estado se tienen mecanismos que se cumplen, consistentes en mantener la cabecera elevada de las camas, preservar unos parámetros del ventilador ajustados al peso y a la talla del usuario con unos límites establecidos en la ventilación mecánica.

De igual forma, se hace aspiración frecuente de la secreción por el tubo traqueal, el manejo de la higiene oral con clorhexidina, la vigilancia de las lesiones en pie y en las cavidades, así como el manejo adecuado de las lesiones que haya traído al Hospital el interno, con el programa de Clínica de Heridas que es un apoyo del área de enfermería.

También en aquellas personas que por cierto motivo usan un catéter especial u otro dispositivo médico, se les hace el retiro oportuno de este cuando ya no es necesario mantenerlo. Estas acciones son apoyadas por un infectólogo y otros especialistas.

Además, se efectúa una ronda diaria por el uso racional de antibióticos, pues así se evita emplearlos innecesariamente, ya que de lo contrario pueden generar bacterias multirresistentes.

Por su parte, la infectóloga Alicia Hidrón del Hospital Pablo Tobón Uribe explicó que, cuando un paciente se contamina con una bacteria, lo primero que se hace es un análisis detallado del caso y de los factores de riesgo para así implementar medidas específicas encaminadas a prevenir futuros casos.

“Las medidas básicas de control de infecciones son las llamadas precauciones estándar como higiene de manos, limpieza y desinfección de superficies y equipos hospitalarios, uso adecuado del equipo de protección personal ante el riesgo de salpicadura o derrame de sangre o fluidos corporales, etiqueta respiratoria y manejo adecuado del material cortopunzante, uso racional de antibióticos y asepsia en los procedimientos y mantenimiento de dispositivos invasores”, indicó la médica internista.

Dependiendo del tipo de bacteria y de su patrón de resistencia, se determina si se separa al paciente en un área designada del Hospital con personal dedicado para minimizar el riesgo de transmisión (cohortización), puntualizó la especialista.