Tensión con Venezuela por cruce de expulsiones
En menos de 24 horas, los gobiernos de Colombia y el país vecino deportaron a funcionarios diplomáticos. Sigue la crisis.
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En una medida que la misma cancillería calificó de “reciprocidad” por la expulsión del ciudadano venezolano Carlos Manuel Pino, quien según el director de Migración Colombia, Christian Krüger, representaba un peligro para la seguridad del país, el Gobierno de Venezuela expulsó de su territorio al funcionario consular colombiano, Juan Carlos Pérez Villamizar.
El Gobierno venezolano señaló que Pérez estaba en territorio venezolano realizando labores de cancillería y relaciones exteriores sin la acreditación debida otorgada por el presidente Nicolás Maduro.
“En aplicación del principio de reciprocidad (decidió) expulsar del territorio nacional al ciudadano colombiano Juan Carlos Pérez Villamizar, quien se encuentra en Venezuela ejerciendo funciones consulares sin contar con la acreditación correspondiente de la Cancillería venezolana en abierta violación a las Convenciones internacionales que rigen”, publicó ese ministerio en su página oficial.
Acto seguido, le notificó al ciudadano colombiano que tiene 48 horas para abandonar Venezuela. “El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela se permite recordar al gobierno de Colombia su obligación de respetar las convenciones internacionales a las que voluntariamente se ha suscrito, especialmente en lo relacionado con las prerrogativas que corresponden al personal de las misiones diplomáticas”, concluyó.
Respuesta a salida de Pino
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, expresó en su cuenta Twitter, que Pino García fue secuestrado por el Gobierno de Iván Duque.
“Ante la arbitraria medida de secuestro y expulsión por parte de las autoridades colombianas del ciudadano venezolano Carlos Pino, funcionario de nuestra embajada en Bogotá, anunciamos la expulsión de Juan Carlos Pérez Villamizar, funcionario consular colombiano no acreditado”, expresó.
Para Juan David Escobar, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Eafit, estas deportaciones mutuas hacen parte de “los elementos clásicos en el juego de las tensiones diplomáticos”.
No obstante, agrega, las relaciones entre Colombia y Venezuela no se desarrollan de forma natural ante el rompimiento del orden democrático en este último país.
Por eso, el escalamiento de las tensiones dependerá “de la necesidad que tenga el gobierno de Venezuela de mostrarse fuerte y, sobre todo, del tono de la respuesta del gobierno colombiano”, concluyó el docente universitario.