Cultura

¿Por qué un heterosexual debe ver cine Lgbti?

El ciclo rosa del Colombo comenzó y este año llega a los 15 desde su inicio. Estos espacios están pensados también para los heterosexuales.

Comunicador social. Periodista del área de tendencias. Me interesan la ciencia, el lenguaje, la sociedad y el internet. Me gusta responder las preguntas que se hace la gente cuando se hace preguntas.

29 de junio de 2016

Realidad o ficción, el cine tiene la capacidad de ponernos en los zapatos de alguien más. La empatía, esa habilidad para identificarse con alguien, con sus sentimientos o su historia, es una de las fuerzas primigenias de cualquier narración y es esencial a la hora de, por ejemplo, producir interés o compasión entre los espectadores de un filme.

El ciclo de cine rosa del Centro Colombo Americano cumple quince años presentándole a la ciudad películas con temáticas Lgbti. Puede argumentarse que las primeras interesadas en este tipo de historias son, justamente, las personas que tienen identidades u orientaciones de este tipo. Pero, como otros ciclos que también celebran y promueven el acercamiento de los heterosexuales a las problemáticas y realidades Lgbti, el ciclo rosa de la ciudad no es solo “hecho por Lgbti, para Lgbti”. ¿Por qué?

Historias de todos

¿Cuál es la preocupación tras llevar este “tipo” de cine a las personas, independiente de si son o no Lgbti?

Para Marco Andrés Jaramillo, representante de esta población en el Consejo territorial de planeación y director de egoCity, una plataforma digital enfocada a esta población, “si estamos en un proceso de inclusión no tiene sentido seguir hablando entre nosotros”.

La clave de un proyecto así, según Jaramillo, es acercarse a quienes más desconocen, temen y estigmatizan a las personas Lgbti, y ayudarles a informarse sobre el tema.

“Una de las características del cine es que, al hablar desde la sensibilidad artística, permite mostrar la cotidianidad de la gente, de quienes habitamos la ciudad. Cuando un heterosexual va al cine y ve una de estas historias hay un cambio de mentalidad, se construye un imaginario nuevo frente al tema”, añade.

Alejandro Gamboa, coordinador del componente de diversidad sexual de la Secretaría de Cultura de Medellín, opina que este tipo de cine ha superado el cinearte o el género documental y que ahora puede incluirse en más contextos, apelando a públicos mayores.

“Este tipo de historias ahora son más comerciales y populares. Sin embargo, asistir a un evento como el ciclo rosa, donde se ven películas específicamente escogidas porque cuentan situaciones o contextos Lgbti hace que haya un acercamiento más apropiado y consciente al tema de los asistentes”, concluye.

¿Hace falta una etiqueta?

En el mundo existen numerosos festivales de este tipo de películas, como los celebrados en Boston, San Francisco, Londres o Winnipeg, por mencionar algunos. Sin embargo, usar el término “cine Lgbti” hace parecer que este tipo de filmes fueran un género en sí, cuando lo que agrupan son historias frente a un tema común.

“Hay que mirarlo desde la perspectiva de contarle a la gente que se trata de una mirada sobre una problemática específica”, opina Jaramillo.

“Dentro de unos años, cuando se pueda hablar con más tranquilidad del tema, dejarán de existir el cine o los bares ‘lgbti’ porque cualquiera podrá ser lo que siente. Por ahora, como buscamos formar y crear consciencia de que existimos y somos personas como cualquier otra, hace falta la etiqueta”, concluye.