Cultura

El Power de Paola está en los dibujos que hace

Este jueves se estrena el largometraje Virus Tropical, basado en una novela gráfica de esta artista.

Periodista. Estudiante de maestría en Estudios y Creación Audiovisual.

17 de mayo de 2018

En este momento no encuentra tranquilidad ni silencio. Se la pasa entre Colombia y Argentina, entre el ruido de nuevos proyectos, colectivos, invitaciones y promocionando la película basada en su novela gráfica, Virus tropical, en la que cuenta su vida.

Se llama Power Paola y por estos días está de nómada. Va de país en país lanzando un libro, promocionando la película animada y, sobre todo, dibujando. Aún así, está segura de que le hace falta tranquilidad y silencio. “Aprovecho las seis horas de desconexión de los aviones para trabajar, pero técnicamente, cualquier sala de espera sirve”.

De todas maneras, eso no es extraño para ella: nació en Ecuador, ha vivido en Colombia, Francia, Australia y ahora reside en Buenos Aires, Argentina.

Este jueves se estrena Virus tropical, un largometraje de animación que va más allá de lo biográfico y que toca la esencia de lo que somos.

Escribe sobre usted.

“Todo mi trabajo ha sido autobiográfico. Quería basarme en las mismas situaciones y contextos sociales que había vivido, como las migraciones. En la escuela me decían que por qué no hablaba de algo político y para mí lo personal era político. Si iba a hablar de algo era porque me había atravesado. Empecé a ver cómics de mujeres y dije: quiere hacer la historia desde que me concibieron mis papás hasta mis 18 años”.

Sin quererlo salió otro tema

“Cuando lo empecé a hacer me di cuenta de que había un montón de situaciones arquetípicas de las familias que me ayudaban a enmarcar la historia en cada personaje como cualquier capítulo: mi hermana, mi mamá, mi papá. Los ponía en situaciones como el dinero, la adolescencia, la despedida o la familia”.

Siempre ha tenido una posición política como mujer...

“Es algo que no entendía muy bien por qué era mal visto. Yo no entendía por qué ser feminista tenía una connotación negativa. Hay algo con lo que siempre he peleado y es en ponerme etiquetas: feminista, vanguardista. No me gusta, no me siento cómoda. Cuando empecé a hacer historietas no consideraba que lo hacía por ser feminista, pero cuando se publicó Virus tropical comencé a recibir comentarios como que yo dibujaba a la mujer con un cuerpo distinto. Ahí me di cuenta de que tenía una posición de la que no era consciente; ahora poco a poco me he hecho cargo de esa posición”.

¿Cuándo encontró su estilo?

“Hay muchas referencias de otros artistas que me interesan. Desde muy joven me gusta el arte medieval, los dibujos folclóricos, los primitivistas, el punk, el bad art, el expresionismo abstracto. En su lugar, las cosas muy realistas nunca me llamaron la atención.

Por eso, hay cosas que dibujo que tienen que ver con el pasado, la memoria o la naturaleza. Esos acercamientos al dibujo me hacen experimentar mucho”.

¿Cuál es la intencionalidad para abordar un tema?

“Al principio era muy inconsciente y hacía lo que me daba la gana. Ahora hay una intención detrás. Todo depende de qué proyecto sea. En los últimos años me he sentido muy afortunada y he podido escoger los trabajos que quiero hacer. Me gusta más llamarme dibujante que ilustradora porque con el dibujo puedo experimentar. Trabajo como ilustradora para sobrevivir”.

¿Cómo ve el nicho de la ilustración en el país?

“Creo que cada vez está más abierto. Las nuevas voces han hecho que otros se animen a dibujar y contar sus historias. Esto lo puede llevar a pensar que no hay una única forma de dibujar y que no debe ser virtuoso para poder lograrlo. Siento que ahora hay más editoriales apostándole a las historietas”.