Cultura

Aterciopelados celebra un amor rebelde

Estrenó 15añera, que refleja los contrastes en una relación madre e hija. Andrea la interpreta con su hija, Milagros.

Periodista que entiende mejor el mundo gracias a la música, que atrapa cada momento que puede a través de su lente fotográfico y a la que le fascina contar historias usando su voz.

28 de mayo de 2020

Milagros, la hija de la cantante Andrea Echeverri, ha hecho parte de la historia de Aterciopelados desde antes de nacer. Fue protagonista de Rompecabezas, un videoclip en el que Andrea y una decena de mujeres más lucían sus barrigas embarazadas en una especie de celebración de la vida.

Han pasado 18 años desde su nacimiento y en ese camino Milagros ha aparecido en la bicicleta de su mamá en A EME O y cantó junto a ella en Ataque de Risa. Los años han pasado y las relaciones entre madre e hija a veces se ponen más complicadas. Eso plasmó Echeverri en 15añera, tema que comparte junto a su hija en las voces y en el video.

A pesar de la zozobra y la incertidumbre que puede generar el encierro, esta canción ha traído un poco de luz, “las primeras veces que la oí, se me salían las lágrimas”, cuenta.

En su momento, ¿qué representó el nacimiento de Milagros para su música?

“Eso fue súper lindo, cuando llegó hicimos el disco Andrea Echeverri I. Todo el álbum son canciones compuestas para mi pareja y para Mili. Hay temas que hablan del líquido amniótico, de la lactancia. Creo que la mayoría de lo que escribo tiene que ver con mi vida y cuando llega un bebé, esta cambia totalmente. Es imposible no incluirlo en las canciones, imágenes y estéticas que manejas”.

¿Qué es lo más parecido que tienen usted y Milagros?

“Creo que compartimos melodías, eso es clave. Yo hago comparaciones con mi otro hijo, que tiene 11, y resulta que a él le tocó todo con audífonos, ya nadie pone música duro para que todo el mundo oiga. En cambio con Mili sí, todos escuchamos mucha música. A ella le gusta el reguetón y lo que está de moda, pero también le gusta Cafeta, Los Fabulosos Cadillacs, Jorge Drexler, Soda Stereo, Cerati, entonces compartimos mucha cultura musical. Le gusta mucho Aterciopelados y escucha, entonces tiene sus favoritas, que a veces difieren conmigo. Por ejemplo, le fascina La Pipa de la Paz y a mí más o menos, no tanto.

Compartimos también muchas cosas estéticamente, ella ha crecido con todo un desarrollo de vestuario y de videos, tiene su propia estética. Últimamente está haciendo videos animados y es muy tremenda, porque uno a los 18 qué estética puede tener, ¿no? Ella viene ya con un recorrido hecho. No que sea mi recorrido, pero el mío ya hace parte del de ella, ya superado incluso”.

Y ¿qué es lo más diferente?

“Es fuerte y le gusta marcar la diferencia. Además es súper feminista y cosas que a mí me gustaría ser, ella ya es. Por ejemplo, yo canto El Estuche (una canción que habla sobre no fijarse tanto en las apariencias y el 90, 60, 90), no porque yo ya lo tenga superado, sino porque me da piedra. ¿Por qué me importa? Porque crecí con eso, porque mi mamá me lo metió por todos los poros. A ella no le importa. Me fascina y supongo que es así por todo mi proceso de rechazar esas cosas”.

Una relación diferente a la que tuvo con su madre al crecer, entonces...

“Sí, totalmente diferente, aunque de todas maneras uno ve cosas parecidas. Un adolescente es un adolescente y esa pereza que uno le tenía a los padres los hijos se la tienen a uno. Creo que eso va a pasar y va a seguir pasando. Uno de adulto sabe a veces que no tiene la razón, pero los papás de uno sí la tenían, fuera lo que fuera, no había ni siquiera una introspección. Ahora uno tal vez es demasiado inseguro y piensa que no sabe nada. A mí a veces me falta autoridad, aunque conmigo fueron muy autoritarios. Habría que tener algo en la mitad, que no sé quién la tenga”.

Puede leer: Sacar el trapo naranja para revisar la cultura

Hace poco también lanzaron el tema Los 90, ¿están trabajando en un nuevo disco?

“Con Claroscura ya nos dimos cuenta de por qué la gente ya no hace discos. Crear un disco es un trabajo increíble, enorme, y luego cuando sacas una o dos canciones, al querer sacar la tercera, ya todas las plataformas te dicen que ese disco es viejo. Así es la mecánica, entonces no tiene mucho sentido sacar todo un disco para que al momento te digan que está vieja. Por eso es que se van sacando canciones nuevas y se juntan para que nadie diga que eso es viejo. Entonces creo que es la manera en la que vamos a hacerlo esta vez, vamos a seguir sacando canciones y en un momento uniremos varias y diremos: acá está el disco”.

¿Qué reflexiones le ha dejado a Aterciopelados este periodo de cuarentena?

“Para uno como artista, este asunto de parar varios meses no es tan exótico, en la vida nos pasa continuamente. En algunos momentos estás famoso y estás en todas partes, te contratan y luego vienen periodos en que nadie se acuerda que existes o les da jartera: por tantos años. Uno está acostumbrado a esas subidas y bajadas, a esas vacas gordas y flacas. Pero es que lo que está pasando es muy raro y creo que todo el mundo está lleno de preguntas, dudas y sospechas. Yo trato de no pensar tanto en eso.

Creo que a mí lo que más me angustia es que hayamos construido una sociedad donde nadie puede parar de trabajar. Es increíble y para donde te metas hay gente diciendo “estamos jodidos”, ¿cómo puede ser que construyamos una cosa así? El neoliberalismo, el capitalismo devorador es insostenible, nos estamos dando cuenta en este momento.

Y también está esta sensación de sentirse mal gobernados, es un estado débil. Todo como con una inoperancia terrible y muy angustiosa. Creo que así no es y no veo que haya un movimiento para repensar esto, está más la idea de: ¿cuándo puedo volver a lo mismo?

¿Qué es lo más parecido que tienen usted y Milagros?

“Creo que compartimos melodías, eso es clave. Yo hago comparaciones con mi otro hijo, que tiene 11, y resulta que a él le tocó todo con audífonos, ya nadie pone música duro para que todo el mundo oiga. En cambio con Mili sí, todos escuchamos mucha música. A ella le gusta el reguetón y lo que está de moda, pero también le gusta Cafeta, Los Fabulosos Cadillacs, Jorge Drexler, Soda Stereo, Cerati, entonces compartimos mucha cultura musical. Le gusta mucho Aterciopelados y escucha, entonces tiene sus favoritas, que a veces difieren conmigo. Por ejemplo, le fascina La Pipa de la Paz y a mí más o menos, no tanto.

Compartimos también muchas cosas estéticamente, ella ha crecido con todo un desarrollo de vestuario y de videos, tiene su propia estética. Últimamente está haciendo videos animados y es muy tremenda, porque uno a los 18 qué estética puede tener, ¿no? Ella viene ya con un recorrido hecho. No que sea mi recorrido, pero el mío ya hace parte del de ella, ya superado incluso”.

Y ¿qué es lo más diferente?

“Es fuerte y le gusta marcar la diferencia. Además es súper feminista y cosas que a mí me gustaría ser, ella ya es. Por ejemplo, yo canto El Estuche (una canción que habla sobre no fijarse tanto en las apariencias y el 90, 60, 90), no porque yo ya lo tenga superado, sino porque me da piedra. ¿Por qué me importa? Porque crecí con eso, porque mi mamá me lo metió por todos los poros. A ella no le importa. Me fascina y supongo que es así por todo mi proceso de rechazar esas cosas”.

Una relación diferente a la que tuvo con su madre al crecer, entonces...

“Sí, totalmente diferente, aunque de todas maneras uno ve cosas parecidas. Un adolescente es un adolescente y esa pereza que uno le tenía a los padres los hijos se la tienen a uno. Creo que eso va a pasar y va a seguir pasando. Uno de adulto sabe a veces que no tiene la razón, pero los papás de uno sí la tenían, fuera lo que fuera, no había ni siquiera una introspección. Ahora uno tal vez es demasiado inseguro y piensa que no sabe nada. A mí a veces me falta autoridad, aunque conmigo fueron muy autoritarios. Habría que tener algo en la mitad, que no sé quién la tenga”.

Hace poco también lanzaron el tema Los 90, ¿están trabajando en un nuevo disco?

“Con Claroscura ya nos dimos cuenta de por qué la gente ya no hace discos. Crear un disco es un trabajo increíble, enorme, y luego cuando sacas una o dos canciones, al querer sacar la tercera, ya todas las plataformas te dicen que ese disco es viejo. Así es la mecánica, entonces no tiene mucho sentido sacar todo un disco para que al momento te digan que está vieja. Por eso es que se van sacando canciones nuevas y se juntan para que nadie diga que eso es viejo. Entonces creo que es la manera en la que vamos a hacerlo esta vez, vamos a seguir sacando canciones y en un momento uniremos varias y diremos: acá está el disco”.

¿Qué reflexiones le ha dejado a Aterciopelados este periodo de cuarentena?

“Para uno como artista, este asunto de parar varios meses no es tan exótico, en la vida nos pasa continuamente. En algunos momentos estás famoso y estás en todas partes, te contratan y luego vienen periodos en que nadie se acuerda que existes o les da jartera: por tantos años. Uno está acostumbrado a esas subidas y bajadas, a esas vacas gordas y flacas. Pero es que lo que está pasando es muy raro y creo que todo el mundo está lleno de preguntas, dudas y sospechas. Yo trato de no pensar tanto en eso.

Creo que a mí lo que más me angustia es que hayamos construido una sociedad donde nadie puede parar de trabajar. Es increíble y para donde te metas hay gente diciendo “estamos jodidos”, ¿cómo puede ser que construyamos una cosa así? El neoliberalismo, el capitalismo devorador es insostenible, nos estamos dando cuenta en este momento.

Y también está esta sensación de sentirse mal gobernados, es un estado débil. Todo como con una inoperancia terrible y muy angustiosa. Creo que así no es y no veo que haya un movimiento para repensar esto, está más la idea de: ¿cuándo puedo volver a lo mismo?.