Cultura

¿Títeres de papel? Los muñecos le cuentan la historia

El 26 Festival Internacional de Títeres de La Fanfarria reúne en Medellín grupos

de Suramérica y Europa.

Envigadeño dedicado a la escritura de periodismo narrativo y literatura. Libros de cuentos: Al filo de la realidad y El alma de las cosas. Periodismo: Contra el viento del olvido, en coautoría con William Ospina y Rubén López; Crónicas de humo, El Arca de Noé, y Vida y milagros. Novelas: Gema, la nieve y el batracio, El fiscal Rosado, y El fiscal Rosado y la extraña muerte del actor dramático. Fábulas: Las fábulas de Alí Pato. Premio de la Sociedad Interamericana de Prensa.

28 de abril de 2017

Muñecos de España, Venezuela, Argentina y Colombia son los huéspedes que por estos días atienden los muñecos anfitriones de La Fanfarria.

Ellos llegaron para celebrar el Festival Internacional de Títeres de esa casa de artes escénicas, que llega a su edición número 26.

Son Teatro Silfo, de España; Kika Producciones y Sakados del tacho, de Argentina; Charlot Teatro de Muñecos, de Venezuela; Arlequín de Cúcuta, Hilos Mágicos de Bogotá, Tironeta, estos de Colombia. Se unen a La Fanfarria para actuar en su sede, así como en los parques biblioteca, en el Arví, en Comfenalco de Santa Fe de Antioquia y otros.

“En 26 años de festival —cuenta Ana María Ochoa, productora de la actividad— hemos traído grupos de Europa, Asia, Norte América, América Latina, para que el público que hemos formado en nuestro grupo tenga parámetros de valoración y siga enamorándose de los títeres”.

Ana María dice que se han dado cuenta de que los titiriteros del mundo tienen cierta unidad técnica. Acuden a muñecos de guante o de hilo, cuerpo prestado (cuando un actor introduce su cuerpo en un muñeco), manipulación a la vista, sombras chinescas y teatro de objetos para contar cuentos clásicos, historias tradicionales de cada país o dramaturgias propias.

Este año, dice, el público se acerca a una técnica... no nueva, porque es milenaria, pero poco usada: el kamichibai, que trae el grupo Kika Producciones, de Córdoba, Argentina.

Esta palabra quiere decir “drama de papel”. Los muñecos son de este material y son planos. Los narradores van pasando las figuras.

“A veces nos dicen: ‘mi historia es local y no sé si la entenderán en todas partes’. Pero, como decía un escritor, si quieres ser universal, describe tu aldea. Esas obras funcionan perfectamente”.