Cultura

“Como artista, uno siempre es su peor enemigo”: Funk Tribu, el DJ bogotano que agotó dos fechas en el Coliseo MedPlus

El DJ pondrá a bailar a los amantes de la música electrónica durante dos noches en Bogotá, donde logró sold out en cuestión de horas este 5 y 6 de septiembre. En entrevista con EL COLOMBIANO, Funk Tribu hizo un repaso por su carrera antes de hacerle un homenaje a la ciudad donde nació su sueño.

Comunicadora social con énfasis en Periodismo y Audiovisual de la Javeriana. Ha trabajado para El Tiempo, Portafolio, Directo Bogotá y ahora en EL COLOMBIANO. Apasionada por temas de cultura, género y derechos humanos.

hace 7 horas

Cuando Eduardo José Montañez Sánchez, conocido como Funk Tribu, terminó de dar su discurso de agradecimiento por haber recibido un reconocimiento del Concejo de Bogotá, alzó sus manos hacia el aire y aplaudió, como si terminara de tocar un set de música electrónica.

¿Cómo llegó un DJ bogotano a una de las esferas políticas más altas de la capital? El premio que recibió no llegó de la nada, el artista ha consolidado un proyecto que está poniendo al país en la mira de los grandes festivales y productores de electrónica a nivel mundial, como Tomorrowland, Awakening y Monegros.

Con un estilo muy influenciado por el trance, también ha conquistado la escena nacional. La última vez que se presentó, en el Festival Estéreo Picnic 2025, Funk Tribu lloró.

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En el público no solo le seguían el ritmo con pasos de baile, sino que le gritaban que armaba “una fiestota”, que lo amaban y que su set era “una chimba”. Sus lágrimas eran de felicidad; estaba conmovido. Ese sentimiento se extendió hacia quienes han seguido su trayectoria. En la parte de atrás de aquella carpa sus fans se enternecieron.

Y aunque Colombia lo ha visto en festivales como el FEP y el Baum, en Medellín, Eduardo volvió a Colombia para ‘romperla’ en solitario: agotó dos fechas en el Coliseo MedPlus de Bogotá, con capacidad para 19.400 personas, récord en ese escenario que sólo se había visto para artistas internacionales de la talla de David Guetta. EL COLOMBIANO habló con él previo a sus dos shows en la capital.

¿Por qué decidió irse del país? ¿Por qué no hacer su carrera en Colombia?

“Fue algo muy espontáneo. Yo nunca planeé irme. Hice un track, Phonky Tribu, y ese tema de cierta forma le dio la vuelta al mundo; marcó un antes y un después. Funcionó muy bien. Mi mánager en ese entonces, que lo era porque lancé el track en su sello, me dijo: ‘Hey, vente a Berlín porque quieren hacerte un videoclip para la canción y vemos qué pasa’. Yo me fui una semana sin esperar nada. Ni siquiera sabía que me iba a quedar allá”.

Paseito...

“Exacto, paseíto (risas). Nunca había salido del país, era mi primera vez. Fui, conocí y me dijeron: Hey, creemos que tienes potencial, hay algo. Deberías quedarte y empezar a trabajar. Y eso fue lo que pasó. Dejé la universidad, dejé todo tirado”.

¿Cómo fue el momento en que se dio cuenta de que Phonky Tribu era viral?

“Fue irreal. Yo no tenía TikTok. De hecho, mis amigos de la universidad fueron los que me dijeron: “Ey, ¿esta no es tu canción?” Y me mostraban los videos. Yo pensé: ‘Uf, algo está pasando’. En ese tiempo la canción tenía diariamente dos o tres millones de streams y ahí entendí: hay que ponerle atención”.

En una entrevista de 2024 mencionó que uno de los puntos clave de su carrera fue el Boiler Room. ¿Por qué?

“Pararse ahí como DJ es una experiencia muy única. Tienes a toda la gente detrás, al lado, tan cerca de los equipos... todo puede pasar: que alguien meta la mano y te tire el set, o que derramen una bebida. Toda esa adrenalina y expectativa de lo que puede ocurrir hace que la experiencia sea irrepetible”.

Dice que para los DJs europeos venir a Colombia se convirtió en algo muy importante. ¿Pasa igual al revés?

“Me baso en el dicho de que ‘nadie es profeta en su tierra’, y desafortunadamente es cierto. Para nosotros simboliza mucho ir a otro país a mostrar nuestra música, igual que cuando alguien de Europa viene acá y la gente lo recibe bien”

A usted lo quieren mucho en Colombia, ¿es profeta en su tierra?

“No sé. No me gusta decir eso. Estoy muy agradecido con mi país porque siento un apoyo inmenso, nunca me van a alcanzar las palabras para agradecerlo. Pero no me gustaría reconocerme como “profeta en mi tierra”. Solo me gusta hacer música, y ya”.

Tiene varios tuits diciendo que extraña mucho a Colombia.

“Extraño a mi familia, a mis amigos... y la comida. Aquí comemos muy bien, de verdad. Es algo que me hace mucha falta. Aquí crecí, aquí empecé a cultivar todos mis sueños. Cada vez que vengo siento esa energía, esa esperanza. Me hace falta, porque estoy lejos de casa”.

El año pasado dijo que en un punto de su carrera le costó tocar sus propias canciones. ¿Por qué?

“Uno como artista está en constante evolución. Hay canciones por las que la gente te conoce, que son famosas, pero en un punto dejan de representar lo que quieres mostrar. Entonces encontrar el balance entre lo que yo quiero como artista y lo que la gente quiere escuchar es muy complicado. Pero como todo artista, poco a poco se va logrando”.

¿Considera que alguna canción suya es mala?

“No pienso que no debí hacer alguna, pero sí me pasa que escucho tracks viejos y pienso: ‘Uf, esto pude haberlo hecho mejor, lo pude haber mezclado mejor’. Incluso con All of it, que ahora es uno de mis temas más conocidos, siento que pudo sonar más limpio. Como artista, uno siempre es su peor enemigo: nunca estamos satisfechos y por eso seguimos creando”.

¿Y le ha pasado lo contrario? ¿Que escuche una de sus canciones y diga: hice un hit?

“No, con mi música nunca. Pero sí me pasa que escucho algo de otros artistas y pienso: ¿Por qué no se me ocurrió a mí?”.

Dice que le gusta innovar. ¿Qué implica eso?

“No siempre se trata de innovar. Yo hago música a partir de lo que siento: emociones, momentos de mi vida. Esa es mi mayor influencia. No busco innovar activamente, solo hacer música basada en mis sentimientos, y eso funciona”.

¿Cuáles son los samples con los que más le ha gustado trabajar?

“Me gusta mucho samplear hip hop de los 2000, de los 90. Es divertido. Nelly, por ejemplo, me gusta cómo suena sampleado. También 50 Cent, Snoop Dogg (el de hace muchos años). Ese tipo de hip hop me encanta”.

Todo empezó con un mixer que le regaló su abuela.

“Sí, ella me regaló mi primer mixer, una RX de primera generación. Con ese practiqué y aprendí. Ya después, cuando pude comprar mis propios CDJs y mixers, fue increíble. Los tengo en mi casa y cada mañana pienso: Wow, son míos, lo logré”.

Siguió con las fiestas de guaracha de sus amigos. ¿En ese momento quería ser DJ o solo quería parchar?

“Siempre me gustó la música electrónica, y vi en eso una oportunidad para tocar. Obviamente, en ese contexto tocaba lo que tocaba, a mis amigos les gustaba y yo lo disfrutaba. Nunca me proyecté para todo lo que está sucediendo ahora.

Éramos muy punk en ese sentido: do it yourself. Nosotros mismos hacíamos todo: flyers, promoción, sonido. Me encantaba. Era underground, un grupo de amigos organizando fiestas y diciendo: “Este es el sonido, vamos a llevarlo, necesitamos esto.” Eso me encanta, y es algo que me gustaría mantener en el contexto actual en el que me muevo”.

Cuando inició, le dijeron que ser DJ no tenía futuro. ¿Cuál es su mensaje para quienes están comenzando ahora?

“Siento que, a nivel América, Colombia tiene una de las escenas más sólidas. He tocado en Estados Unidos, Brasil, Chile... y no hay nada como Colombia. Te lo puedo asegurar. A los DJs les gusta venir acá porque simboliza algo, y eso ya dice mucho”.