Por falta de atención de EPM, Grammata y Palinuro viven momentos oscuros
Ambas librerías son de las más emblemáticas de la ciudad. Muchos lectores acuden a sus locales en la búsqueda de libros nuevos y leídos.
Las librerías tienen una doble función social: por un lado son sitios de ventas de libros y, por el otro, lugares que promueven la cultura y el arte. En la última semana dos de las librerías más emblemáticas de Medellín viven momentos de zozobra, y esta vez no por las ventas. Desde hace cuatro días Grammata y Palinuro no cuentan con el servicio de energía eléctrica, algo vital para el funcionamiento de cualquier local dedicado a la atención del público.
“Hace unos días se robaron una tapa de los cables de distribución de las librerías, que está en la parte de afuera. Puse un requerimiento a EPM, me dijeron que sí, que iban a venir y nunca se presentaron. Ocho días después empezaron a robarse los cables que llevan la electricidad. Se robaron el primero y funcionamos el lunes relativamente bien. Ya después, el martes, se robaron un pedazo de cable más”, cuenta el librero Wilson Mendoza, fundador y dueño de Grammata.
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Desde entonces, según Mendoza, han sido puestos varios requerimientos en la oficina de atención telefónica de EPM y ninguno ha tenido éxito. “Todos estos días hemos llamado y dicen que hay una cuadrilla que va a venir, pero nunca se presenta”, dice Wilson. “Esto nos tiene perjudicados. Y la cosa es que llamamos, pedimos requerimientos. Hay un call center que contesta sí, ya su está en proceso, esa solicitud está en proceso, pero lleva en proceso ya más de tres días. Y nosotros estamos urgidos”.
De no solucionarse pronto el asunto, las finanzas de Grammata y Palinuro corren el riesgo de caer en los números rojos de los saldos pendientes y las deudas. “Ya hemos perdido dos eventos, hemos tenido que buscar dos sedes para hacer eventos porque no tenemos cómo hacerlo”, dice Wilson.