La artista detrás de los ojones
Durante 22 años Lala González ha creado escenarios y personajes para su cuento de hadas.
A comienzos del nuevo siglo los cuadernos con ilustraciones de tortugas, libélulas, ranas y cucarrones de ojos gigantes eran casi que obligatorios dentro de la lista de útiles escolares. Quién no calcó alguno de estos personajes para decorar una carta de amor o hacer más divertido un trabajo del colegio.
Ángela González, o Lala, como todos llama a la artista que está detrás de estos animales, le dio vida a Natural Zoo en un avión de Costa de Marfil (África) a París (Francia). El miedo a las aeronaves fue su mayor aliado, pues según ella no hay mayor desestresante que tomar un lápiz y empezar a rayar.
Seis horas de viaje y un par de ojos saltones fueron suficientes para crear un sello propio que luego fue adoptado por una marca de libretas. Esta diseñadora gráfica lleva más 20 años trabajando como freelance y comenzó justamente su carrera profesional en 1994, ilustrando El Colombianito, antigua publicación de EL COLOMBIANO.
Ahora sus proyectos personales son prioridad. Un calendario de hadas y el lanzamiento de dos libros la han motivado a continuar dibujando y compartiendo su talento, pues Colores para la vida, un ejemplar para pintar, y Raíces de vida, un texto de crecimiento personal, le han abierto otra puerta a la creatividad.
“El arte puede llegar a cambiar y transformar en un espacio de esperanza lleno de colores. Es una gran oportunidad el encuentro con la generosidad y la sensibilidad. La ilustración no es solamente técnica, recursos o herramientas; es también emoción, sentimientos, creatividad, imaginación, pasión, investigación y conocimientos”, asegura.
Asimismo, Lala busca hacer una labor social, por eso ha pintado algunas páginas de sus libros y las ha donado al Instituto de Cancerología Las Américas para que ellos repliquen las ilustraciones en algunos objetos y los vendan.
La inspiración para sus obras naif (corriente artística que se caracteriza por la sencillez y el colorido de las formas) son la naturaleza, los pigmentos vivos y la espontaneidad. En la ilustración, dice, encuentra mundos fantásticos y maravillosos que se salen de la realidad, lo que ella hace es abstraer lo que tiene a su alrededor para darle magia a una historia a través de metáforas y, así, convertirla en su propio cuento de hadas .