Cultura

Los cuentos detrás de tradiciones navideñas

Sepa de dónde vienen el pesebre, la natilla y otros íconos decembrinos, que se viven con acento antioqueño.

Quiero pasarme la vida aprendiendo cosas nuevas y me hice periodista para asegurarme. Escribo sobre tecnología y gastronomía en la sección de Tendencias.

07 de diciembre de 2019

No hay nada más colombiano que comer natilla y buñuelos en diciembre. ¿O no? También están esas hojuelas crocantes que se sirven en la mesa de los antioqueños. Estas tres comidas, tan fáciles de relacionar con Colombia, tienen en realidad un origen español y fueron heredadas desde épocas de Colonia.

De hecho, es más común comer estos platos en Navidad en Antioquia que en el resto del país por un tema de educación religiosa. Luis Vidal, investigador en temas gastronómicos, cuenta que “muchas jóvenes de Medellín eran educadas por monjas, se iban a los conventos y regresaban a la familia en diciembre con la sazón conventual española”.

Esta misma costumbre también transformó la forma local de comer buñuelos, porque en los conventos fue donde las monjas le pusieron queso a esta fritura. La natilla es probablemente la comida navideña que menos modificaciones ha tenido. En Colombia se le fue agregando panela y se cambió la fécula de harina de trigo por harina de maíz.

Tradiciones con historia

Así como estas tres comidas tienen un origen, también hay una razón para que el mundo celebre la Navidad en esta fecha. Cada 21 de diciembre el sol alcanza su punto más bajo, haciendo que los días parezcan más largos y dando origen al solsticio de invierno. Por estas fechas, los pueblos prerromanos festejaban en el neolítico el rito del Nuevo Sol. Este es el registro más antiguo que se tiene de una celebración en diciembre, según explica el periodista Pepe Rodríguez en su libro Mitos y ritos de la Navidad.

Luego, desde otras culturas, este mes se adoptó como el elegido para conmemorar hechos como el nacimiento de Jesús, hito cristiano representado en el pesebre; la llegada de Papá Noel, que viene de la figura de un obispo turco llamado San Nicolás, y la caída de las hojas de los árboles, que fue el génesis de una práctica celta que le rendía culto al roble y lo adornaba con frutos, telas y piedras pintadas.

Aunque el origen de la celebración navideña lo dan los cambios de la estación, en Colombia se conoció con la llegada de los españoles. Ellos enseñaron a los indígenas los símbolos tradicionales cristianos, como el pesebre y la novena, pero es la forma festiva de ver el mundo de los pueblos aborígenes la que le dio identidad a la Navidad colombiana.

Para Hernán Darío Gil, antropólogo y docente de humanidades de la Universidad Pontificia Bolivariana, “los indígenas siempre tuvieron fiestas con ruido, por eso nosotros adoptamos la Navidad como un jolgorio comunitario con abundancia de comida”, dice.

Incluso hubo tradiciones que solo se arraigaron en esta región del país, como el partido de casados contra solteros. En esta, los más jóvenes de un barrio jugaban contra los señores el 25 de diciembre, según cuenta Gil.

Esta es la historia de algunas costumbres, populares por estos días, y el camino que las trajo hasta las calles, las oficinas, las casas, las salas y las cocinas de los antioqueños.