Cultura

Los editores de Roald Dahl en español no modificarán sus libros

La editorial Santillana dijo que no atienden “ningún tipo de censura” y que ya avisaron a sus agentes que no harán los cambios.

22 de febrero de 2023

La noticia de que los herederos del escritor británico y su editorial Puffin cambiaron o suprimieron palabras como “feo” o “gordo” de los libros de Roald Dahl causó revuelo en el mundo editorial desde este domingo. Tras el escándalo desatado por los cientos de cambios introducidos, las editoriales que vierten sus obras a otras lenguas han decidido aclarar su posición ante una situación cuestionada por múltiples lectores y autores en el mundo.

Gallimard, que maneja sus derechos en Francia, dijo que no tenía planes de modificar la obra del autor de Matilda y Charlie y la fábrica de chocolate. Este miércoles la editorial Santillana, que lleva 40 años publicando a Roald Dahl en español, aseguró que ya le transmitieron a sus agentes que no van “a adaptar los libros de Roald Dahl” a los cambios hechos por Puffin.

“Desde la aparición en español de Charlie y la fábrica de chocolate en 1978, traducido por Verónica Head, no hemos dejado de promover la lectura de sus geniales libros por todos los centros educativos del país. Somos, por lo tanto, la editorial que apostó desde el inicio por este autor y nunca hemos dejado de hacerlo. Sus libros siempre han sido una pieza fundamental en nuestro valioso catálogo, que desde hace unos años se publica bajo el sello Loqueleo”, se lee en el comunicado de la casa editorial española.

Los editores subrayaron su defensa por la literatura infantil y juvenil en publicaciones que no atienden “ningún tipo de censura”, trabajando “con independencia de las modas y circunstancias del momento”. “Editamos libros sin complejos, atemporales, que no subestiman al lector. Nos enorgullecemos de ello porque el oficio de editor solo se puede entender desde el respeto a los lectores y autores, y desde la honradez con las historias que nos confían y decidimos publicar”, agregaron.

Uno de los primeros en pronunciarse públicamente sobre el caso fue el escritor Salman Rushdie, que calificó de “censura absurda” y dijo que “Puffin Books y los herederos de Dahl deberían estar avergonzados”.

“Aberrante: reescribir el pasado , intervenirlo, destruirlo, higienizar la literatura”, escribió en su Twitter la escritora mexicana Margo Glantz.