Cultura

Recordar a Quino con las palabras de Mafalda

Periodista de la Universidad de Antioquia, especialista en periodismo digital en la UPB con 30 años de experiencia. Locutora y programadora de RCN Radio, reportera en Hora 13 Noticias y periodista en EL COLOMBIANO desde su página web hasta la sección de Tendencias de la que actualmente soy editora.

01 de octubre de 2020

Desde hace varios años las tiras de Mafalda acompañan la edición impresa de EL COLOMBIANO. Hija de un vendedor de seguros y una ama de casa, habitante del barrio San Telmo, ávida de lectura y noticias, se convirtió en un icono contestatario cuya voz sigue tan vigente hoy como cuando nació en 1964. Quino lo dijo en su página web: “Viendo lo que hice en todos estos años me doy cuenta de que digo siempre las mismas cosas, y siguen vigentes. Eso es lo terrible... ¿No?”.

Las ideas del dibujante y humorista, como buen artista, se expresaron a través de sus historietas y sólo con cuentagotas en apariciones públicas. En las viñetas opinó sobre política mundial, sobre la paz, el arte y sobre la vida en sí.

Puede leer: La niña que todos aman y que refleja el otro yo de Quino

Nada define tanto la idiosincrasia de Quino como aquella tira en la que Mafalda le muestra a su oso de peluche un globo terráqueo y le pregunta “¿Te gusta? Porque es una maqueta, el original es un desastre”.

Mafalda escucha, y sobre lo que comentan los demás expresa sus ideas, piensa en el futuro y reflexiona sobre la humanidad, una de sus grandes preocupaciones. Muchos adjetivos se ajustan a la personalidad de Mafalda: rebelde, inconformista y curiosa, aunque entre estas cualidades destaca su simpleza y dominio de la palabra, debajo de la cual siempre hay un mensaje subyacente, con alta carga moral, que impregnó a varias generaciones con su deseo de construir una realidad mejor, y es que como ella decía: “paren el mundo que me quiero bajar”.

Lo de la sopa, ese rechazo al alimento, explicó Quino que era una metáfora, “sobre el militarismo y la imposición política”, porque de todo eso Mafalda era la voz suya.

Le puede interesar: Desde Argentina hasta España, así reacciona el mundo a la muerte de Quino

Aquí algunos ejemplos para recordar sus ideas.

Mafalda ama a los Beatles, la democracia, los derechos de los niños, la lectura, la paz y los panqueques. Odia a James Bond, las armas, la guerra y tomar sopa. Sueña con arreglar el mundo, un mundo que mientras Quino la dibujaba vivía tiempos convulsos, con la Guerra de Vietnam (1955-1975) como telón de fondo, ante lo que siempre expresó un mensaje en favor de los derechos humanos y antibelicista.

La criatura que dejaba mudos y helados a los adultos con sus preguntas y ácidos comentarios fue clasificada por el intelectual italiano Umberto Eco como “una heroína iracunda”.

Ella “rechaza al mundo tal cual es, reivindicando su derecho a seguir siendo una niña que no quiere hacerse cargo de un universo adulterado por los padres”, según Eco.

No se hace cargo del horror de las guerras, la injusticia y la hipocresía en las relaciones sociales.

El globo terráqueo aparece recostadao en la cama, Mafalda va a ver las noticias a ver como sigue el enfermo y regresa a tratar de darle aliento a ese mundo enfermo en el que vive.