Marcelo Quintanilha, trazos políticos para entender al gigante del sur
La obra y los premios del brasileño lo consolidan como uno de los narradores gráficos más importantes del continente.
Marcello Quintanilha habla con un acento español en el que se cuelan palabras en portugués. Nacido en Brasil, el historietista está en la cresta de su carrera: en marzo su libro Escuta, formosa Márcia ganó el premio principal del Festival de Cómic de Angulema, el equivalente de la Palma de Oro o del Oscar para los narradores gráficos. Visitó a Medellín en la Fiesta del Libro y la Cultura, fue su primer viaje a las tierras de Colombia.
Lector de Machado de Assis, Marcello cultiva un trazo en el que lo estético se funde con lo político. Residente desde hace varios años en Barcelona, su trabajo no abandona el color, los temas y las imágenes de Brasil. Escuta, Formosa Márcia relata la vida de una enfermera que en una favela de Río de Janeiro trata de vencer las dificultades de la pobreza junto a su novio y a su hija. “En Brasil la política y el arte están imbricados de una manera que no se pueden separar”. En Colombia circulan los libros de Marcello publicados en España: espera que el premio y la visita al país despierte la curiosidad de las editoriales por sus historias y dibujos.
Para él, el cómic no ha sido una lectura exclusiva de los primeros años de la infancia. Si en algún momento dicha idea se volvió común en el mercado editorial se debió —explica con el tono de quien conoce muy bien el tema— a las restricciones que los regímenes quisieron imponerle al lenguaje artístico. Por eso corrige a quien dice que en los últimos años la historieta ha ganado espacio entre el público lector adulto. Los asuntos y los temas del cómic siempre han dado cuenta de las contradicciones del espíritu humano y de las sociedades: ahí están los trabajos de Art Spiegelman, Robert Crumb, Laerte y Daniel B.
Le puede interesar: Las bicis y los trazos de PowerPaola