Margarita García Robayo habla del premio Casa de las Américas
La cartagenera Margarita García Robayo acaba de ganar el Premio Casa de las Américas, un impulso para su carrera.
Diez años lleva radicada en Buenos Aires Margarita García Robayo, una cartagenera en una ciudad que respira literatura. Además de cuidar a su bebé de dos años, no ha dejado de escribir, como en Cosas peores, su libro de relatos con el cual ganó el Premio Casa de las Américas.
Su primer libro, Hay ciertas cosas que una no puede hacer descalza, también era de relatos...
“Fue mi primer libro, publicado en 2010, con el cual estaba empezando, dando mis primeros pasos en la literatura y en realidad no me gusta mucho, pero calculo que esto les suele suceder a muchos escritores con sus primeros libros.
Me siento muy afortunada de haber publicado ese libro de una forma tan rápida, recién empezando y siendo un libro de relatos, pero debo ser honesta que siento que les faltó tiempo a esos relatos. Me parece que cuando te apresuras, tarde o temprano te das cuenta que no estaban listas para salir. Pero igual fue un aprendizaje para los siguientes pasos”.
¿Siente la diferencia entre ese libro y Cosas peores, también de relatos?
“Ahora siento que la diferencia es que ‘Cosas peores’ es un libro más maduro porque la escritora es más madura, que lo trabajé bastante y con mucho cuidado, más con el voto de confianza que es él haber ganado un premio”.
¿Dónde está la diferencia?
“Siempre los libros serán infinitamente trabajables y perfeccionables, y aun así tendrán sus defectos. Este libro lo trabajé con la conciencia de lo que quería, sabiendo que quería trabajar historias que tocaran temas como la enfermedad, las fracturas cada vez más comunes en la sociedad contemporánea, así como los vínculos rotos y las separaciones.
Una idea que se mantuvo de principio a fin, donde cada historia pudiera leerse de manera independiente pero a la vez, hicieran parte de un todo, que le diera solidez al libro, y siento que se logró, lo cual me dejó contenta”.
Los problemas familiares son constantes a lo largo de estos relatos...
“La familia es el epicentro de todo lo que escribo, pero aún más en este libro, con sus composiciones conflictivas, donde aparentemente, ante los ojos de los demás, todo está bien, pero sabemos bien que nunca es así, que dentro de las familias siempre hay más de un tema por resolver”.