Medellín cultural 24/7, un sueño al que aún le falta
Aún sin ser una estrategia de largo plazo, con varios eventos la ciudad ha demostrado que puede tener actividad cultural a altas horas de la noche.
Comunicador social y periodista. Actualmente redactor de los temas de la industria automotriz nacional y global. Y también explorando temáticas de estilo de vida y turismo.
Una biblioteca abierta durante las 24 horas. Un espacio para la lectura y el estudio que opera a sol y sombra. Esta fue la propuesta que lanzó la Universidad Nacional en su sede de Medellín y que funcionó durante unos días, como prueba piloto, hasta el pasado fin de semana.
Una idea que buscaba facilitarles a sus estudiantes el desarrollo de sus actividades académicas de cara a la preparación de una jornada de exámenes. Una propuesta temporal, pero con resultados que hacen que en octubre y noviembre se repita, y en esas ocasiones no solo para los estudiantes de la Nacho, sino para todos aquellos que hagan parte de las universidades agrupadas en el llamado G8, que reúne a instituciones de educación superior como la Universidad de Antioquia, Eafit, la Escuela de Ingeniería de Antioquia, la UPB y la Corporación Universitaria Lasallista, entre otras.
Una iniciativa que llama a la reflexión acerca de las posibilidades que tienen quienes viven en Medellín o visitan la ciudad para encontrar una oferta cultural, de entretenimiento o lúdica hasta altas horas de la noche, o incluso una posibilidad de 24 horas/7 días de la semana, y que vaya más allá del simple acto de ir a un lugar para tomar licor, escuchar música y bailar.
El público asiste
En algunos casos puntuales, algunas salas de cine en la ciudad han programado proyecciones de sus películas en horarios que superan la tradicional función final de las 9 o 10 de la noche cuando se trata de fines de semana. Y los resultado han sido buenos.
Por lo menos así lo plantea Lina Cardona, coordinadora de mercadeo de la firma Procinal, quien recuerda, por ejemplo, cómo en la pasada temporada de Semana Santa se programó el estreno de la película Rápidos y Furiosos 7, en horarios que llegaron incluso hasta la una de la mañana, “y la aceptación del público fue buena”, comenta la representante de la marca.
También utilizan este tipo de estrategias en preestrenos de películas muy esperadas. “El distribuidor, por ejemplo, anuncia que una película se estrenará en un día determinado, entonces nos autoriza a que la pongamos en pantalla a las cero horas de ese día mas cinco minutos, para cumplir con la fecha acordada, y las salas reciben buena afluencia”.
Señala, sí, que para ello es necesario desarrollar una estrategia amplia de divulgación de esos horarios poco tradicionales, y también plantea que en algunas ocasiones se implementan ofertas especiales en precios de boletería o compra de productos en las confiterías de las salas.
“Público sí hay. Somos conscientes de que hay ciertas temporadas y películas que son más convenientes para ofrecer funciones de cine en esos horarios”. Esas películas que generan mucha expectativa, que en otras partes del mundo han llamado la atención del público, son las que más chance tienen de programarse en este tipo de horarios extendidos.
Hoy día las salas de cine, señala Lina, tienen la ventaja de ubicarse en una amplia mayoría en centros comerciales, que ofrecen facilidades de parqueo y seguridad. Cuando una sala planea proyecciones a altas horas de la noche, explica, lo que hace es coordinar con el establecimiento esa logística de apertura de puertas del sitio y disposición de parqueaderos, para facilitar accesos.
Noche no es delincuencia
Así como la proyección en la gran pantalla después de las 11 de la noche tiene ejemplos esporádicos en la ciudad, en las tablas tampoco es habitual encontrar una oferta de espectáculos más allá de las 10 de la noche.
Jaiver Jurado, director del teatro Oficina Central de los Sueños, plantea que de las cerca de 35 salas de mediano y pequeño formato que están establecidas en Medellín, no llegan ni a diez las que plantean programación artística (teatro o música casi siempre) por encima de ese horario. “Hemos sido un poco tímidos”. Lo que hacen algunos teatros es que luego de su función final en la noche, tienen unos espacios para que la gente se tome una o dos cervezas y escuche algún grupo musical, pero a renglón seguido agrega que las experiencias que el sector ha desarrollado en tal sentido muestran que sí hay un público que acepta y acoge iniciativas orientadas a que la lúdica, la cultura y el esparcimiento familiar se tomen las horas que anteceden a una nueva mañana.
Recordó que en administraciones anteriores se desarrolló el programa Medellín despierta para la vida, que intentaba estimular en la ciudad este tipo de apropiaciones, tanto del espacio público, como en los teatros. “Se hacían funciones a las 12 de la noche, una o dos de la mañana, y la afluencia era mucha”. Un trabajo que también se asoció con el comercio de la ciudad.
Y aunque asegura que esa iniciativa desapareció, la Secretaría de Cultura recuerda que se está haciendo dos veces al año.
La posibilidad de una ciudad más viva en las noches, también depende de facilidades como el transporte, y que no dependa solo de tener carro propio o la capacidad económica para costear una carrera en taxi
Como lo relata Carlos Andrés Restrepo, en su columna del medio digital Bajo la Manga, la asistencia a un evento público en la ciudad a altas horas de la noche, y sin transporte particular, es arriesgarse a quedar tirado. “Si tienes que salir corriendo a las 9 p.m. a coger el último bus y a las 11 p.m para coger el último metro, todo este esfuerzo implementado en conectarnos muere en las altas horas de la noche”.
La innovación que se plantea para Medellín también debe pasar por ampliar su oferta de servicios culturales y de recreación más allá de ir a un restaurante o pasar la noche en un bar.