Medellín quiere ser una ciudad de película
A través de estímulos e incentivos se busca que las producciones locales y extranjeras filmen en la capital.
Periodista. Estudiante de maestría en Estudios y Creación Audiovisual.
En 2015 Tom Cruise se paseaba por las calles de la ciudad: seguidores se agolparon sobre el famoso actor de la saga Mision imposible, quien por esos días andaba grabando en Medellín la película American Made e interpretaba a un piloto de aviones contratado por la CIA para espiar el cartel de Medellín.
El rodaje comenzó en Georgia, Cherokee, Clayton y Morgan (Estados Unidos) y finalizó en Santa Marta y Medellín. Por haberse filmado en Colombia la cinta recibió un reembolso de parte de sus gastos de producción y de servicios cinematográficos. Tanto el gobierno nacional como la Alcaldía de Medellín le giraron recursos en devolución a su inversión en el país.
El Ministerio de Cultura, a partir de la Ley 1556 de 2012, y la Alcaldía, mediante el Acuerdo 22 de 2015, buscan que Colombia y Medellín sean lugares llamativos para que las productoras de cine internacionales hagan sus rodajes en sus territorios porque mueven la economía. Según la Comisión Fílmica de Medellín, los sectores hoteleros, de transporte y las productoras de cine y televisión, por ejemplo, recibieron 2,5 millones de dólares por cuenta de American Made.
El Gobierno nacional estimula con la devolución del 40 % de los servicios cinematográficos contratados y el 20 % de los logísticos (ver recuadro). Por su parte, el local, a través de su Comisión Fílmica, ofrece hasta un 15 % en devolución por los mismos rubros. Por tanto, una película que elija como destino la capital del Valle de Aburrá podría alcanzar un descuento en sus gastos de 55 % y 35 %, respectivamente, lo que la convierte en un atractivo escenario para filmar.
Juan David Orozco, director de la Comisión Fílmica de Medellín, precisa que lo más importante es que las producciones no dependan del incentivo: “Que ayude, respalde o promueva, pero no sea una condición para que sea escogida como escenario”.
Hasta ahora se han beneficiado tres trabajos de los incentivos de la Comisión Fílmica de Medellín: el telefilme Cup of Love, la española Órbita 9 (rodada principalmente en Santa Elena) y la antedicha de Tom Cruise.
Estímulos
Desde el año pasado la Comisión creó un programa de estímulos a la producción cinematográfica local. Entregaron $750 millones a 56 proyectos relacionados con el cine. Uno de ellos lo recibió Los días de la ballena, de Catalina Arroyave, grabada en octubre de 2017.
El rodaje tuvo en el equipo de producción (crew) aproximadamente 40 profesionales y más de 30 actores. Por las características de la película –es una historia de amor de dos grafiteros–, eligieron más de 20 locaciones del Área Metropolitana. “Fuimos apoyados para los permisos de movilidad, espacio público y pintura”, comenta ella.
La realizadora paisa, primera asistente de dirección de American Made y tercera de Órbita 9, añade que el apoyo ayudó a corregir un problema que tenían de antes con los incentivos para las producciones extranjeras: “Muchos de los crew de esas películas no eran locales, casi siempre el rol era muy operativo, ni siquiera se hacía cámara”, explica. De ese modo, los estímulos benefician el talento local al promover sus producciones.
La deuda local
Matar a Jesús, de la directora antioqueña Laura Mora, fue una de las sorpresas cinematográficas de 2017. Con 34.000 espectadores, lo que es un promedio bajo –las más vistas en el país, por lo general hechas en Hollywood, están por los 2.000.000–, recibió más de 20 premios internacionales, lo que la hizo la más galardonada del país ese año.
Mora cuenta que tuvieron un tropiezo con el anterior comisionado porque les incumplió con la entrega del estímulo, lo que les afectó profundamente. “Era la primera película paisa que podía aplicar. Creíamos que se nos iba a dar prioridad, pero no fue así”. Anota que con el siguiente comisionado (Orozco), las cosas cambiaron y lograron una ayuda por $60 millones para promoción y difusión.
Laura hace énfasis en la importancia de estos para el crecimiento del sector en la ciudad. Solo su película tuvo alrededor de 750 extras, estuvo en 25 locaciones distintas con un equipo de 45 profesionales y 15 actores o figurantes.
La cinta costó finalmente $800.000 dólares, una cifra muy en el promedio de las colombianas (que por lo general no pasan del millón), pero logró ganancias para el sector cinematográfico local y aportes en otros, por ejemplo en transporte y alimentación.
De ahí que para la directora paisa sea fundamental una Comisión Fílmica: “No solo puede estar enfocada en las grandes producciones a las que se les da un incentivo para que graben sino que tienen que servir para incentivar mucho la producción local”. Además añade que Medellín tiene grandes cineastas, pero produce muy poco.
Según Orozco, hay dos producciones internacionales que posiblemente rueden este año. Cree que el reto ahora “es encontrarle el camino logístico y administrativo para que el incentivo esté en los tiempos acordes a las vigencias de la ciudad”, dice.
Desde la Comisión Fílmica se tramita un decreto que busca formalizar la labor y los cursos destinados para el cine en la ciudad.