El Eterno Anacobero, Daniel Santos, cumple 25 años de muerto
Hoy se cumplen 25 años de la muerte del boricua. Dos gardenias, Despedida y Lamento borincano están entre sus éxitos.
Envigadeño dedicado a la escritura de periodismo narrativo y literatura. Libros de cuentos: Al filo de la realidad y El alma de las cosas. Periodismo: Contra el viento del olvido, en coautoría con William Ospina y Rubén López; Crónicas de humo, El Arca de Noé, y Vida y milagros. Novelas: Gema, la nieve y el batracio, El fiscal Rosado, y El fiscal Rosado y la extraña muerte del actor dramático. Fábulas: Las fábulas de Alí Pato. Premio de la Sociedad Interamericana de Prensa.
La coba que le dio Gabriel García Márquez en Relato de un náufrago al Inquieto Anacobero, Daniel Santos, este se la devolvió después, cuando el cataquero recibió el Premio Nobel de Literatura.
La primera consistió en una mención afortunada del cantante boricua de la crónica de Gabo. Un personaje secundario, Ramón Herrera, amigo del marinero Luis Alejandro Velasco, el náufrago, se caracterizaba por ser dicharachero y con habilidad para imitar a los cantantes de moda:
“Fue una de las mejores broncas de Mobile, con sillas rotas en la cabeza, radiopatrullas y policías. Ramón Herrera, que logró ponerle dos buenos pescozones al norteamericano, regresó al buque a la una de la madrugada, imitando a Daniel Santos. Dijo que era la última vez que se embarcaba. Y, en realidad, fue la última”.
La atención de Santos al escritor fue la canción El hijo del telegrafista, de Antonio del Villar, incluida en el disco Del jefe a Gabo, en 1983: “Donde quemaban billetes aquellos imperialistas, pero que sirvió de tema a nuestro gran novelista”, dice el coro.
Hoy, a los 25 años de la muerte del cantante, el sociólogo Fabio Betancur, autor del libro Sin clave y sin bongó no hay son, señala que Daniel es una figura superlativa en la música de América Latina, como intérprete y compositor, porque tenía capacidad de improvisación en el escenario y en los estudios de grabación. Dueño de buen sentido del humor, llevó una vida picaresca, entre la bohemia y las mujeres. Su estilo y su fraseo han sido imitados por otros.
“A Celia Cruz la llaman la Guarachera, pero el más guarachero de la Sonora Matancera es Daniel Santos”.
Recuerda que, en Barranquilla, Santos grabó con Pedro Laza y los Pelayeros el disco Candela, con temas de Toño Fuentes, Julio Bovea y José Barros. Importante porque el puertorriqueño tenía gran popularidad. Añade: este trabajo es muy perseguido y valorado por los coleccionistas.
El investigador Sergio Rendón, autor de la página El Salsero del Mes de Latina Stereo, dice: “Su vida bohemia y su personalidad dispuesta a la inspiración, al amor y a la revuelta lo han convertido en una leyenda. Se han publicado biografías noveladas, cuentos, crónicas, artículos, documentales fílmicos y libros”.
Entre estos menciona Confesiones de Daniel Santos, de Héctor Mojica (1982) y La importancia de llamarse Daniel Santos, de Luis Rafael Sánchez (1988).