Música

Ella Fitzgerald, la centenaria voz del jazz

Se celebran 100 años del nacimiento de Ella Fitzgerald, la “primera dama de la canción”. Su legado en el cancionero americano sigue vigente.

Soy diseñador gráfico y Magíster en Escrituras Creativas. Escribo sobre personajes simples a los que les pasan cosas raras. Dibujo letras y otras cosas.

25 de abril de 2017

La potente trompeta de Louis Armstrong marca el ritmo y crea el ambiente. De pronto, la voz diáfana de Ella Fitzgerald entona las primeras líneas de Summertime, y quien la escucha comprende que está ante dos fuerzas interpretativas de altísimo nivel que le dan al clásico tema de George Gershwin la categoría de insuperable. La voz de Armstrong, rasposa y potente, y la de Ella, clara y precisa, juegan y se cruzan en el final de la versión que se considera obligatoria del tema.

Hoy se conmemoran cien años del nacimiento de la cantante de Virginia, amada por el público, elogiada por la crítica, y quien se estableció en la memoria de los melómanos. Y aunque el jazz fue su casa, interpretó temas de diversos géneros como el blues, el swing y el pop.

“Las condiciones técnicas de Ella como cantante son privilegiadas, su registro es muy amplio, entonces puede bajar mucho y subir mucho. Tuvo una vida tranquila, juiciosa, que le permitió tener su voz en muy buen estado”, apunta Juan Fernando Giraldo, músico y director de la Red de Escuelas de Música de Medellín, quien agrega que la cantante “logra hacer medio camino, gracias a su virtuosismo y su talento exuberante, entre el jazz instrumental y el jazz cantado: cuando uno escoge grandes improvisadores dentro del jazz, necesariamente tiene que estar Fitzgerald con el scat singing que es improvisar con onomatopeyas afinadas, con sílabas en un tema”.

En 1935 ingresó a la orquesta del genial Chick Webb, quien la apadrinó. Incluso a la muerte de este, en 1939, dirigió la orquesta que pasó a llamarse Ella and her Famous Orchestra y de la que se retiró para lanzar su carrera en solitario con el sello discográfico Decca.

Su biógrafo, el crítico de jazz Stuart Nicholson, le dijo a la agencia Efe: “Su voz es la voz de una adolescente perpetua esperando a ver qué le trae la vida”, y la calificó como “clara, cálida y natural”.

Colaboraciones y grandes conciertos

Además de las grabaciones con Satchmo, Ella hizo recurrente sus colaboraciones con intérpretes de calidad dentro del jazz. Nombres como Duke Ellington, Joe Pass, el pianista Count Basie y el cantante Bill Kenny comparten las carátulas de sus discos.

Muchos de estos duetos nacieron de la fascinación que como intérprete despertaba en los músicos y compositores. Esa calidad la llevó a ser una de las cantantes más cotizadas y mejor pagadas de su época.

Son memorables los conciertos en el Carnegie Hall y sus giras por Hamburgo, Berlín, Niza e incluso Tokio, que se grabaron y lanzaron como álbumes en vivo y que son testigo de la cuidada calidad de su voz.

Por supuesto, tienen un lugar especial en su repertorio las canciones de Cole Porter y los hermanos Gershwin a los que interpretó y reinterpretó imprimiendo un sello tan particular que llevó a que la condecoraran con la medalla presidencial de la Libertad, el más alto honor que otorga la presidencia de Estados Unidos, quienes reconocieron en la de Ella Fitzgerald, la voz que representa una época dorada de la música americana.

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