Música

En una orquesta, la percusión es un ejército de instrumentos

La conforman bombos, marimbas, triángulos, platillos y hasta objetos del día a día. Hoy son protagonistas.

Periodista que entiende mejor el mundo gracias a la música, que atrapa cada momento que puede a través de su lente fotográfico y a la que le fascina contar historias usando su voz.

01 de junio de 2019

Instrumento tras otro, la orquesta se organiza meticulosamente. Los violines a la izquierda del director, los chelos a la derecha. Justo al frente y al fondo, en la última fila, es donde se suele ubicar la percusión, esa en la que puede haber toda clase de herramientas e instrumentos, unos convencionales y otros no tanto. “Una mesa puede ser uno, o una silla”, comenta la percusionista principal de la Orquesta Sinfónica de Chicago, Cynthia Yeh.

De hecho, explica, “se considera que la percusión es todo lo que se pueda golpear, sacudir o raspar”. Por eso en un concierto como el de esta noche con la Filarmónica de Medellín en el Teatro Metropolitano, habrá instrumentos tan diversos como un bombo o un platillo, y hasta un pequeño fragmento que alguna vez perteneció a un carro y que ahora sirve para generar sonido.

Todas las posibilidades

No siempre la percusión es la misma en todas las presentaciones y allí está parte de su encanto: que las posibilidades son ilimitadas.

“En cada concierto el repertorio es el que dicta cuáles son los instrumentos”, cuenta Yeh, quien desde que estaba en la adolescencia empezó a tocar la batería, aunque llevaba años formándose como pianista.

Para el concierto de hoy serán 23 diferentes, calcula ella, los que utilizará para interpretar el Percussion Concerto, que compuso la estadounidense Jennifer Higdon. “Es una pieza muy divertida porque tienes momentos para decir lo que quieres decir de la manera más introvertida hasta expulsar un montón de energía con un set de tambores”, cuenta la solista.

Las necesidades

Yeh es muy precisa a la hora de ejecutar piezas tan complejas como esta. Comenzará por la marimba, continuará con el vibráfono y luego pasará a una estación donde tiene milimétricamente organizados los timbales y los bongos.

Tiene calculado no solo dónde debe ir cada instrumento para seguir la partitura, sabe exactamente cuántos pasos tiene que dar y cuándo tiene que darlos.

Es más, “tengo planeados hasta los zapatos que voy a usar”. Le gusta usar tacones, porque no es muy alta, así que sabe qué necesita para hacerlo bien. También llevará consigo entre 20 y 24 baquetas, pues no todos los instrumentos se interpretan de la misma manera y para ella depende ademas de la acústica del lugar.

Cree que lo que más ha podido aprender en su profesión, y quizá lo que más le sorprende, es cómo la mente humana es capaz de trabajar en tantas cosas al mismo tiempo.

“Nunca pensé en eso cuando era pianista. Como percusionista me asombra la cantidad de cosas en las que tengo que poner atención –dice–. Pero la mente humana puede, se tiene que hacer y se hace”.

Brasil, otra protagonista

Además de la melodía que transmitirá la marimba y los golpes a toda clase de elementos en escena, el repertorio de esta noche será muy latino y emocionante.

“Este es un concierto para celebrar la diversidad”, destaca la maestra Alexandra Arrieche, quien lo dirigirá. Destacó que es especial no solo por el papel estelar de la percusión, sino por la mezcla que conjuga: una solista como Yeh, un compositor colombiano y una directora brasileña.

La mayor parte del repertorio la conforman obras latinoamericanas entre las que figuran Batuque de Lorenzo Fernández, las Bachiannas Brasileiras No. 7, de Heitor Villa-lobos, y Cadenza de James Díaz.